La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:
Su beneplácito ante el impulso dado por los países del Grupo de Río y del CARICOM (Comunidad del Caribe) a la idea de crear una organización que agrupe a las naciones latinoamericanas y caribeñas.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El 22 y el 23 de febrero del corriente se realizó en la localidad mexicana de Cancún la "Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe" (CALC) que reunió a las naciones integrantes del Grupo de Río (GRIO) y a los países miembros de la Comunidad Caribeña (CARICOM).
Al encuentro en el que participaron 32 de los 33 estados latinoamericanos y caribeños, concurrieron 25 Jefes de Estado que, entre otros temas, abordaron la creación de una nueva organización supraestatal que contenga a los países americanos con excepción de Estados Unidos y Canadá.
En rigor, esta idea nació en 2008 tras el conflicto suscitado entre Bogotá y Quito cuando tropas del ejército colombiano incursionaron en Ecuador, y fue encarnándose entre los mandatarios de la región ante nuevos acontecimientos que parecieran confirmar la necesidad contar con un organismo regional.
No parece preciso abundar en las razones de distinta índole que justifican la unidad de los países latinoamericanos y caribeños. Hijos de un mismo proceso de aniquilación de nuestros pueblos originarios, de conquistas, de colonialismos y de una frágil independencia que las potencias interrumpieron a su antojo cada vez que nuestros pueblos se resistieron a los designios imperiales de dominación, hemos sufrido los mismos males y fuimos sometidos a los mismos yugos que hoy explican nuestra situación de atraso.
Desde ese pasado de penurias compartidas, es válido pensar que sólo el esfuerzo mancomunado de nuestras naciones nos permitirá ponernos definitivamente de pie para reconstruir nuestra identidad, generar nuestra prosperidad y un futuro de dignidad e igualdad que pueda ser gozado por las generaciones actuales y venideras.
Pero este encomiable propósito enfrenta el obstáculo que representa Estado Unidos y su rol de potencia hegemónica y monolítica que ha asumido en las últimas dos décadas. Fue en este lapso que la nación del Norte pretendió subsumir a nuestros países a nuevos ensayos de su vieja
lógica imperial. En tal sentido, su último y más resonante experimento a escala continental fue la conformación del ALCA, un intento cuya estrepitosa frustración fue mérito y victoria del pueblo latinoamericano.
Pero desde que el ex presidente norteamericano George W. Bush mordiera las arenas marplatense viendo como el ALCA comenzaba a naufragar, su país ha impulsado acciones que -de no haber mediado la actuación conjunta de los países de la región- hubieran generado, al menos, importantes desestabilizaciones institucionales y otros perjuicios directos de gran magnitud.
Al respecto, basta recordar el apoyo estadounidense al intento de golpe de Estado en Bolivia; el sustento que brinda a las acciones golpistas de la oposición venezolana; su aquiescencia o inacción ante la ya mencionada incursión del ejército colombiano en Ecuador o frente al golpe cívico militar que el año pasado derrocó al gobierno democrático de Honduras. Asimismo, la instalación de sus bases militares en Colombia y la reactivación de su IV Flota muestran a las claras que EEUU desarrolla una política militar de control e injerencia en los asuntos internos de nuestros países y de la región.
Ante ello, la unidad de nuestros países es la clave para frenar los embates del coloso del Norte y avanzar hacia la consolidación de América Latina y el Caribe como un actor independiente en la escena mundial.
Finalmente, cabe mencionar que no son sólo razones de defensa o geopolíticas las que sustentan la creación de una organización de estados latinoamericanos y caribeños. Políticas de integración económica, cultural, productiva o energética, entre otras, también resultan imprescindibles para fortalecer a nuestros países, mejorar sus realidades socio-económicas y vincularlos de manera más sólida con el resto del mundo.
En definitiva, consideramos que en Cancún se ha dado un paso fundamental y esperamos que este sueño sea realidad cuando la CALC vuelva a reunirse durante 2011 en Caracas; como así también que el gobierno argentino haga todo cuanto esté a su alcance para que ello ocurra.
Por todo lo dicho, solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.
FIRMANTES:
BASTEIRO, SERGIO ARIEL NUEVO ENCUENTRO POPULAR Y SOLIDARIO BUENOS AIRES
ALVARO, HECTOR JORGE DE LA CONCERTACION MENDOZA
BELOUS, NELIDA PROYECTO PROGRESISTA TIERRA DEL FUEGO
RIVAS, JORGE NUEVO ENCUENTRO POPULAR Y SOLIDARIO BUENOS AIRES