Se termina un año muy difícil, la pandemia sanitaria profundizó todos los problemas que había causado la pandemia económica resultado de las políticas neoliberales que aplicó Macri durante cuatro años en nuestro país. Sin embargo, la unidad conseguida con el Frente de Todos y un Gobierno Nacional encabezado por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner permitió morigerar los efectos de ambas pandemias con un enorme trabajo legislativo y una gestión que estuvo del lado de la gente, las PyMEs, los trabajadores y la producción, con fuerte énfasis en resolver la situación sanitaria para que todos los argentinos puedan ser atendidos en caso de contraer el coronavirus, al mismo tiempo que se refinanció positivamente la impagable deuda contraída por Macri con los acreedores privados (queda para el 2021 reestructurar la deuda con el FMI). El esfuerzo ha sido muy grande y obviamente no alcanza, pero permitió transitar este 2020 de la mejor manera posible y dejar sentadas las bases para que en el 2021 comience un proceso de recuperación económica.
En nuestra ciudad, la situación fue muy distinta en términos de políticas públicas. Como todos saben, el proyecto macrista sigue vigente en la Ciudad de Buenos Aires y por ende su gestión tiene el mismo sesgo neoliberal. No hubo prácticamente medidas estatales para contrarrestar los efectos de la pandemia y cerramos el año con un presupuesto aprobado con fuertes recortes, especialmente en Educación y Salud, pero con subas en publicidad y propaganda y en el rubro destinado a pagar los intereses de deuda. Un presupuesto que es acompañado por aumentos en peajes, subtes, patentes, ingresos brutos, impuesto inmobiliario, con la creación de 80 mil espacios de estacionamiento pagos en calles de barrios donde hoy no se paga y con un nuevo impuesto a los consumos con tarjetas de crédito. Todas medidas que van en contra de los sectores medios y populares. Es necesario aclarar que esta vez la excusa de Rodríguez Larreta es la “compensación” de los fondos nacionales que Macri le transfirió —en exceso y por decreto— cuando se produjo el traspaso de la policía a la ciudad (y que ahora Nación recupera mediante una ley aprobada por ambas cámaras). Que eran excesivos para el fin específico se evidencia en el uso discrecional que la Ciudad dio a esos recursos. Discrecional pero coherente a su ideología, porque con ellos no hizo ni una escuela, ni un hospital, ni nada que le haya mejorado la vida a los y las porteñas de clases medias y bajas.
Con este panorama citadino y con la imposibilidad de juntarnos en las calles y en los locales, desde el PSol CABA realizamos un gran esfuerzo militante superando las limitaciones que impone la pandemia. Nos adaptamos rápidamente a la virtualidad para que nuestras instancias de debate y decisión sigan funcionando. Durante este año hicimos charlas de todo tipo en las distintas comunas con nuestros referentes y con diversas personalidades de la cultura y de otras fuerzas políticas. A su vez, fortalecimos nuestros frentes de PyMEs, de Jubilados, de Mujeres y Diversidad, de Cultura, de Derechos Humanos y el trabajo en los Territorios; nuestras secretarías de Organización y Comunicación Política estuvieron también muy activas, al mismo tiempo que dimos los primeros pasos en la constitución de un espacio de juventud pesolera en la ciudad.
Hoy nuestra militancia está participando activamente en la audiencia pública para tratar de impedir la privatización de la Costanera Norte, proyecto que de concretarse nos dejaría a todos los porteños y las porteñas sin la posibilidad de disfrutar del río con las consecuencias ambientales que tiene la instalación de las torres de lujo con las que el macrismo pretende seguir haciendo negocios a costa de la salud y la calidad de vida de los habitantes de la ciudad.
Cabe una mención especial para nuestros militantes por las campañas realizadas para paliar la situación de los barrios más postergados de la ciudad en los momentos más críticos de la cuarentena y por la colecta de fondos para ayudar a lxs trabajadorxs de la cooperativa BAUEN en los momentos más aciagos de la crisis.
Párrafo aparte merecen todas las actividades que hicimos para difundir y concientizar sobre el ya promulgado Aporte Solidario y Extraordinario de las grandes fortunas coordinado por nuestro principal referente Carlos Heller a pedido del jefe de bloque del FDT en la Cámara de Diputados, Máximo Kirchner, así como la militancia de las mujeres porteñas del PSol en cuanto al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo, que esperamos con muchas ansias sea Ley la semana que viene.
Cerramos el 2020 sosteniendo, como decía Floreal Gorini, que sin solidaridad no hay futuro, que necesitamos un mundo mejor, un país mejor y una ciudad mejor, con la clara conciencia de que para ello es necesario que la gente lo quiera y luche para conseguirlo. El 2021 será un año clave para modificar la relación de fuerzas en el Congreso para poder avanzar con el programa que la mayoría de la población votó en 2019, como también será clave modificar la relación en la Legislatura porteña, donde la mayoría de Juntos por el Cambio sigue aprobando año tras año los ajustes y los negocios de Horacio Rodríguez Larreta, por donde se va el dinero que aportamos todos y todas. Habrá que seguir con este ímpetu militante pero con los cuidados sanitarios correspondientes porque la pandemia no terminó todavía, y hay que hacer todo lo necesario para evitar una segunda ola de contagios. Pasemos las fiestas con el mayor cuidado posible y arranquemos el 2021 con toda la fuerza para seguir militando por un país y una ciudad más humanitarios, con justicia social, con más democracia y participación, con más derechos y un modelo económico con inclusión social.
Abrazo militante.
Por la Dirección del PSol CABA, Gustavo Nagel y Ernesto Giacomini