Este sábado 17 de julio seguimos adelante con la iniciativa que impulsamos desde el Frente de Todos, juntando firmas para lograr que se realice un gran parque público en los terrenos de Costa Salguero y Punta Carrasco. Queremos disfrutar de nuestro río en contraposición con el negociado inmobiliario en el que Horacio Rodríguez Larreta —contra los intereses de lxs porteñxs y la opinión ciudadana manifestada en audiencias públicas— pretende se construya un barrio privado de torres premium que nos impedirán, de concretarse, el acceso y disfrute para siempre de nuestro río. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires estamos lejos de cumplir con el promedio de metros cuadrados de verde por habitante que recomienda la OMS; aquí el 50% de los habitantes tiene problemas de acceso a la vivienda y la pandemia ha visibilizado aún más la necesidad ciudadana de esparcimiento al aire libre.
El parque público traería enormes beneficios para el bienestar de quienes habitamos la ciudad, contribuyendo a mejorar el medio ambiente urbano, por eso es necesario juntar 40 mil firmas para que la Legislatura trate nuestra iniciativa frentista.
Pero en particular en este fin de semana sentí en una dimensión especial la presencia de nuestro partido en la calle, con todo lo que representa la calle: poner el cuerpo, el temple, el tiempo, y las convicciones. Y también poniendo el cuidado a nosotros mismos y expresamente a los demás en medio de la pandemia. Con un par de compañerxs —no más— en cada lugar, una mesita, un alcohol en gel y sin tirarle la birome encima a nadie, con distancia y barbijo. Pero con la palabra —necesaria palabra— y la política en la calle.
Rompiendo la distancia política, la distancia que quieren poner el macrismo y Juntos por el Cambio con su grieta y su veneno entre nuestra propuesta y la gente. Y rompiendo la traba de un posible mito “barbijo=silencio es salud”.
Así puedo decir de nuestra presencia en las Comunas, pero también en el festival frente a la embajada cubana bancando a Cuba y su pueblo, o en el playón de Colegiales acompañando a los vecinxs marchando en defensa de las tierras públicas, diciéndole NO a otras torres (y al mismo negociado de Larreta). Y así en muchas plazas y esquinas.
Quiero volver a la dimensión especial que percibí de esa presencia. La necesidad de los compañerxs de “salir”, hacer el esfuerzo de poner la política por los mismos lugares donde transitan los changuitos y las bolsas de los mandados de lxs porteñxs, y allí donde se perciban signos de descontento, y la necesidad de encauzarlo.
No se trata de un partido —literalmente— en la calle. Se trata de un partido en la política. En la política que modifica y genera sentido. Comprometidos con la verdad y la palabra que la revela, y con alcanzarla del modo en que se pueda (presencial y/o virtual) a los vecinos y vecinas de la Ciudad. Calentando los parches (¡y otras partes con este frío!) de una campaña electoral que se viene especial en pandemia, pero no cambiará la necesidad y la responsabilidad que tenemos como partido de dar testimonio, validando a la política y a la salud de hacerla, como el instrumento con que contamos para conseguir una Ciudad mejor, más justa, más solidaria que la que la derecha quiere “edificar”.
Y nosotrxs acá en el PSol, con el barbijo que nos cubre hasta el mentón, pero con la palabra plena que se nos escapa por la barbilla, reclamando menos torres y menos mentiras. Y proponiendo más verde y más política pública en favor del pueblo de la Ciudad.
