“En una nota de mayo de 2018, en el preludio de las negociaciones con el FMI, quien escribe mencionaba en este medio algunas posibles consecuencias de este acuerdo: «metas fiscales imposibles de cumplir», «daños en el tejido productivo, en el empleo y en la distribución del ingreso» y «una hipoteca intergeneracional que algún día costará levantar». Así comienza Carlos Heller su nota de opinión para Ámbito Financiero. Y continúa: “Lamentablemente, casi dos años después, todas estas situaciones se hicieron realidad. De allí que es importante lo dicho por la misión del Fondo Monetario que visitó Buenos Aires: «El personal del FMI tuvo reuniones muy productivas con las autoridades argentinas sobre sus planes y políticas macroeconómicas», para luego agregar: «compartimos el objetivo general de las autoridades de restablecer el crecimiento y reducir la pobreza, y al mismo tiempo fortalecer los equilibrios fiscal y externo». La misión también definió que «la deuda de Argentina no es sostenible» y en consecuencia «se requiere de una operación de deuda definitiva, que genere una contribución apreciable de los acreedores privados». Queda claro que no es cierto que no haya un plan de gobierno, como algunos intentan instalar. Lo que sí ocurre es que hasta tanto no se resuelva la situación de la deuda, que por su magnitud condiciona la asignación del gasto público, no se podrán llevar adelante las medidas de fondo que permitan salir del «pantano» en el que se encuentra el país”. Tras enumerar las medidas que el gobierno nacional ya puso en marcha, el Presidente del Psol señaló: “Un buen comienzo en un largo camino que involucra distintos frentes de emergencia que no pueden esperar. Al mismo tiempo, se continúa con el proceso de resolver el cuello de botella que dejó el endeudamiento irresponsable de la gestión anterior”.
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