Boletín Notisol Nº 289

En su último panorama económico para Tiempo Argentino el diputado Carlos Heller analizó los principales ítems del discurso de Mauricio Macri ante la Asamblea legislativa al asumir como Presidente de la Nación. “Uno de los ejes de acción que mencionó es el de «pobreza cero» -señaló Heller-. Cómo no estar de acuerdo. Yo siempre he sostenido que el único nivel aceptable de pobreza es cero, como una gran aspiración que guíe las políticas del gobierno. Pero ese logro debe obtenerse necesariamente con una fuerte acción del Estado, que intervenga en los mercados para mejorar la distribución del ingreso. Es reconocido internacionalmente que sin esta condición será muy difícil avanzar hacia ese exigente objetivo de terminar con la pobreza. El Presidente también llamó a «un tiempo de diálogo, de respeto y de trabajo conjunto». Varios de sus ministros se han referido a su intención de trabajar con un acuerdo económico y social, principalmente para enfrentar el proceso inflacionario. Una situación que se ha profundizado a partir de la instalación de las expectativas de devaluación, y que seguramente se consolidará con el nuevo régimen cambiario”. Y agregó: “El acuerdo se podría subscribir si tuviera por objeto bajar la nominalidad de los ajustes (principalmente salarios y precios), y siempre en la medida que dicho proceso no signifique una pérdida en el poder adquisitivo de los salarios. Esta condición resulta esencial para fomentar la demanda en el mercado interno, y sostener a gran cantidad de PyMEs que producen para el mismo, y por esta vía generan una parte importante del empleo total”.

Asunción presidencial. En su discurso ante la Asamblea Legislativa, el Presidente Mauricio Macri hizo hincapié en unos pocos temas.

“Recomposiciones”. Los trabajadores y todos aquellos que perciben ingresos fijos serán la variable de ajuste sobre la que hará eje el nuevo modelo de los “promotores del cambio”, que inevitablemente impactará en las pymes y en el conjunto de los sectores medios, señaló Junio.

El miércoles 9 de diciembre quedará grabado en la memoria de miles de ciudadanos y ciudadanas de todas las edades, pero muy especialmente en los jóvenes, que se dieron cita en la Plaza de Mayo para despedir a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner con motivo de haber culminado su segundo mandato.

Con inocultable emoción y abundantes lágrimas, la multitud congregada frente a la Casa Rosada dio muestras elocuentes de cariño hacia esa mujer que se ganó un lugar en la historia argentina, por su compromiso con las causas populares y la defensa del patrimonio material y simbólico de nuestro país.

El discurso que Cristina hilvanó con su proverbial capacidad oratoria fue una pieza de enorme riqueza conceptual, cargada de ideología y de inmensa pasión, en cuyo desarrollo brindó un balance de la gestión que condujo a lo largo de los ocho años de su ejercicio presidencial, sumados a los del recordado Presidente Néstor Carlos Kirchner.

Además de enumerar los hitos de su gobierno y detallar el país que le deja a las nuevas autoridades, Cristina Fernández de Kirchner hizo hincapié en la gran herencia que nos deja: el haber empoderado al pueblo. Éste es, indudablemente, uno de sus grandes legados, pero implica el desafío de traducir en organización social y política el entusiasmo y la energía de los militantes y ciudadanos de a pie que colmaron la Plaza de Mayo. Porque ésta será la única garantía de que se puedan defender los derechos consagrados en los últimos doce años, canalizar las demandas por nuevas conquistas y tener la capacidad de resistir a las políticas restauradoras del modelo neoliberal.

Para los militantes del Partido Solidario, la construcción de esta fuerza política es la prioridad insoslayable, por eso estuvimos en ese abrazo simbólico a la compañera Presidenta y asumimos el compromiso de aportar a la unidad del campo popular con un criterio frentista, amplio, plural y diverso.