Página/12 | Opinión
Por Juan Carlos Junio
*La negación del manifiesto liminar de los reformistas de 1918
El tumulto tan desenfrenado como deliberado organizado por Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados constituye la estación previa a la condena más anunciada e ilegítima de la historia argentina, desnudando ya sin ningún pudor el pulso antidemocrático y violento que la derecha le imprimirá a la campaña electoral del próximo año. No será una injusticia más de jueces y fiscales corruptibles y quebrados, sino un paso muy determinante hacia un peligroso vacío político impulsado conscientemente por los verdaderos núcleos del poder capitalista actual: los dueños de los grandes medios y sus editorialistas estrellas, las corporaciones empresarias en su actual fase depredadora y los partidos conservadores en etapa de fusión con la ultraderecha. El Poder Judicial desde su propia cabeza ha cruzado la línea de la ética, aceptando rebajarse al mandato de los verdaderos “poderes modernos”. Toda esta modernidad ya ha tomado su decisión: el sistema democrático con sus principios fundacionales, la Constitución nacional y el sistema de representación parlamentaria son un obstáculo para el cumplimiento de sus objetivos políticos: retomar el gobierno, para lo cual lo primero es proscribir y/o estigmatizar a Cristina Fernández de Kirchner, a quien le temen no solo por su legitimidad popular, sino también por su firmeza ante los poderosos, por sus raíces peronistas populares, sus amistades con líderes progresistas y de izquierda de nuestro continente, a quienes denigran, y porque lucha obstinadamente para que los núcleos granempresarios pongan algo de sus eternos lucros para mejorar la vida del pueblo. Este punto de la “distribución de los ingresos” los obnubila. Incomprensiblemente no soportan revertir en una mínima proporción su disfrute del principio de Lavoisier aplicado a las depredaciones: “nada se pierde todo se transfiere”. De allí surge un interrogante obligado, ¿dónde están los 19 puntos de pérdida de salarios del sector trabajo?, ¿acaso se esfumaron por algún fenómeno indescifrable? Está claro que el sector empresario se lo apropió. Consecuentemente aplican otro principio filosófico sagrado: “pelito para la vieja”. Además, gran parte de esa riqueza la fugaron a las guaridas fiscales. Otro ritual sagrado del establishment: de allí no vuelven más.
En Diputados, los gritos, agravios y gestos misóginos dirigidos particularmente contra la presidenta del cuerpo, Cecilia Moreau, por parte de la oposición, no sólo degradaron a la Cámara de representantes del pueblo, sino que tuvieron otro propósito: al caerse la sesión impidieron el tratamiento de la creación de ocho universidades nacionales. Una aplicación práctica de la doctrina Macri: “¿qué es esto de hacer universidades por todos lados?”, que los radicales “reformistas” asumieron como propia. Esta conducta también se expresó en el ámbito porteño, el jefe de Gabinete, Felipe Miguel al presentar su informe anual ante la Legislatura, lo transformó en un acto de campaña electoral eludiendo un verdadero balance de la gestión. Siguiendo el plan propagandístico de Horacio Rodríguez Larreta enfatizó en la cartera educativa soslayando sus crónicos recortes presupuestarios, los ataques deliberados de la ignota ministra a las y los docentes, y a los alumnos y sus familias cuando defienden sus derechos, a las organizaciones sindicales, y quizás lo peor, soslayó que dejan afuera de la educación pública de 25 mil a 50 mil niños y niñas por año. El ministro no trepidó en ensalzar a los funcionarios que Larreta candidatea a jefe de gobierno, todo sazonado con agravios al kirchnerismo. En suma, un gran acto de campaña, en el cual las 2400 preguntas de los legisladores quedaron sin respuesta.
La puesta en escena del candidato presidencial continuó en otro de sus escenarios: en primer lugar se propuso rivalizar con Cristina, en una suerte de teorema imposible, un ratón presentándose como antagonista de la leona, intentando deslegitimar las apreciaciones de la vicepresidenta sobre la persecución política que viene sufriendo. Ya que estaba presentó al equipo económico para su “futuro gabinete”. Y adelantó que en tal quimérico caso hará en 100 horas lo que Macri hizo en 4 años. Para eso armó un equipo encabezado por el “reperfilador”-defaulteador de la deuda en pesos, Hernán Lacunza. El equipo en cuestión es un rejunte de técnicos presentados por los medios como “economistas que saben” aunque nunca pegaron una. Eso sí, todos y todas provenientes de consultoras que siempre juegan proyectando escenarios negativos y explosiones de los gobiernos populares, y muy racionales y positivos cuando gobiernan los neoliberales. En definitiva, un equipo promercado, con las mismas ideas perimidas de aquel “mejor equipo de los últimos 50 años” que llevaron al país y a su pueblo a una situación ruinosa durante la presidencia de Macri. En síntesis, Larreta se propone aplicar el mismo plan que su jefe Mauricio, de allí que convoca a economistas que fueron funcionarios en los cuatro años de despilfarro de nuestras riquezas y caída de los indicadores sociales. Eso sí, Rodríguez con su fuerte impronta propagandística la rotula como “generación del 23” en pos de vender ilusiones con la presuntuosa idea de que será esta la generación que cambie la historia.
El año que viene se disputarán, una vez más, dos modelos de país. En CABA, los candidatos que asoman bajo el ala de Larreta intentarán perpetrarse en el poder luego de transcurridos 15 años. Paradójicamente, los funcionarios candidateados son los que están al frente de las carteras más ajustadas por la gestión PRO: Educación (Soledad Acuña) y Salud (Fernán Quirós).
La memoria histórica siempre es oportuna: en la colonia existió durante siglos una institución monárquica, la real audiencia, que tenía un poder equivalente a la Corte Suprema. Cuando triunfa la Revolución de Mayo, los oidores (jueces) y fiscales la resisten y comienzan a conspirar. El 22 de junio fueron citados al fuerte por los vocales Domingo Matheu y J. J. Castelli quienes procedieron a apresarlos y deportarlos con lo puesto rumbo a España acusados de conspiración y sedición.