Declaración de la Mesa Nacional del Frente Nuevo Encuentro sobre el 18F
A poco de cumplirse otro aniversario del golpe cívico-militar de 1976 y a un mes de la lamentable muerte del fiscal Alberto Nisman, un grupo de funcionarios judiciales, candidatos y dirigentes políticos opositores encabezarán una marcha en la Ciudad de Buenos Aires. Aunque anuncian una movilización silenciosa en su homenaje, quienes convocan al llamado 18F se ocupan de llenar las jornadas previas con numerosas y agraviantes declaraciones contra el Gobierno nacional, contra la presidenta y contra los y las funcionarios judiciales que no se sumarán a la jugada. Es que no cabe ninguna duda que el propósito de los fiscales, candidatos y dirigentes políticos y sindicales opositores, así como el de los empresarios de medios que los publicitan, es usar la muerte de Nisman para golpear e intentar, una vez más, demoler al proyecto nacional, popular, democrático y transformador que lidera nuestra presidenta Cristina Kirchner.
Todos ellos coinciden en la necesidad de terminar cuanto antes con nuestro Gobierno, porque el rumbo transformador iniciado el 25 de mayo de 2003 los afectó y afecta directamente en la perpetuación de sus privilegios:
- La democratización del Poder Judicial, que nosotros promovemos y ellos resisten, apunta a terminar con las dispensas y prerrogativas indebidas que se arrogan muchos jueces y fiscales, quienes se comportan como si fueran una casta superior con facultades de frenar las transformaciones decididas desde el Congreso y el Gobierno nacional por los representantes del Pueblo. Aliados con espías, empresarios de medios y dirigentes políticos y económicos, abusaron y abusan de sus funciones para torcer el comportamiento de funcionarios y representantes, generando, retrasando o acelerando causas judiciales, agitando una amenaza constante frente a cualquier acción que no sea de su agrado o del de sus aliados.
- La reforma integral del sistema de Inteligencia, impulsada por nuestra presidenta y debatida estos días en el Congreso de la Nación, significa un cambio trascendente que arrasa con ese verdadero “criptoestado”, en el que las prebendas, las extorsiones y la producción de insumos para la manipulación de la opinión pública, desplazaron a las políticas preventivas del crimen, la producción de datos fehacientes y útiles y la investigación legal de delitos. La desarticulación de esa trama perversa y clandestina afecta directamente a agentes corrompidos, a jueces, fiscales y periodistas que intercambian información y prebendas con espías y también a dirigentes opositores que, mientras públicamente cuestionan la red de espionaje y reclaman su desmantelamiento, son habituales interlocutores de servicios de Inteligencia. La ausencia de senadores opositores en los debates por la reforma es la muestra más cabal de esa connivencia hipócrita.
- También los candidatos y dirigentes de la oposición se suman a la convocatoria del 18F con la ilusión de desestabilizar a nuestro Gobierno, dejando claro que no es una movilización apolítica, como anuncian los fiscales. Quienes aspiran a suceder a Cristina en la Presidencia de la Nación saben que no es suficiente ganar en octubre próximo las elecciones y esperar a la finalización del mandato constitucional. Saben que su principal problema es la capacidad de Cristina de conducir un proyecto político y social transformador, repleto de militancia y con un impresionante respaldo popular, más allá del final de su gestión. El apoyo de la mayoría de argentinos y argentinas a este presente, así como la enorme cantidad de personas que, desde diversas agrupaciones, constituimos la militancia kirchnerista, se les vuelve un problema serio a futuro, en la medida en que ellos necesitan a la sociedad lejos de la política y desorganizada para poder ejecutar los planes de ajuste y restauración de privilegios. En su delirio reaccionario, sueñan con una Cristina alejada de la política y aislada de la sociedad, sin el respaldo que ellos creen que podrán birlarle a fuerza de denuncias falsas, mentiras y manipulaciones. Cuentan para ello, con el siempre dispuesto servicio de Héctor Magnetto y su corporación mediática, cuya adecuación a la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual se encuentra frenada por una parte del mismo Poder Judicial.
Así, la trágica y lamentable muerte del fiscal Nisman se transforma en una mera excusa que les permite, a todos esos sectores que perdieron privilegios, agrupar fuerzas dispersas con la ilusión de que esta vez el golpe sea eficaz para desestabilizar al Gobierno constitucional electo y respaldado por la mayoría del Pueblo argentino.
La utilización política del fiscal, cuya muerte debe ser urgentemente esclarecida, no es nueva. En vida, en particular en los últimos años, el propio Nisman se puso al servicio de los peores intereses desestabilizadores, desviando la causa de la investigación del atentado a la AMIA para dirigirla contra la presidenta de la Nación y otros funcionarios, sujetando cada paso de su fiscalía a los consejos de oscuros espías y de representaciones diplomáticas que le sugirieron abandonar determinadas pistas y ahondarse en otras más convenientes a sus ambiciones geopolíticas. Las 290 páginas de la paupérrima denuncia contra Cristina son un testimonio definitivo de cómo se ejecutaba parte de ese plan de desprestigio desde el propio Poder Judicial, con la propagandización de la usina mediática de mentiras y odio. La exposición de Nisman ante el Congreso, truncada por su repentino fallecimiento, lo habría expuesto a una situación bochornosa: la de mostrarlo carente de las pruebas que había publicitado para fundamentar su gravísima acusación a la primera mandataria. Habría sido una gran oportunidad -aún a pesar de la reserva exigida por los dirigentes encubridores de la mentira- para dejar en evidencia la farsa que, no obstante, se pudo constatar días después con el mismo texto de la denuncia.
Todos los argentinos y argentinas tenemos el derecho a manifestarnos por lo que querramos. Nos asiste el derecho, en el marco de una Democracia plena de libertades y garantías, de decir y hacer lo que nos plazca y de reunirnos con quién deseamos para realizar los homenajes que creamos convenientes. Pero también, todos y todas tenemos el derecho de correrle el velo a la mentira, de desmontar la trama de engaños con la que habitualmente se intenta manipular a la sociedad.
Basta ver quiénes son los convocantes “no políticos”, los “colegas de Nisman”, que invitan a la marcha del 18F para ver qué intereses se ocultan detrás de la mascarada del homenaje al fiscal fallecido:
Se trata de funcionarios judiciales como Carlos Stornelli (responsable de la Seguridad en Boca Juniors y amigo personal de barrabravas), Ricardo Saenz (que, entre otras cosas, dictaminó a favor de leyes de impunidad como la Obediencia debida y el Punto Final), Guillermo Marijuán (que dejó dormir la denuncia del ex vicepresidente del JP Morgan, Hernán Arbizu, por lavado de dinero), José María Campagnoli (acusado por las irregularidades en la tramitación de causas de lavado de dinero), Raúl Pleé y Germán Moldes (que, entre otras cosas, están denunciados por el CELS y Memoria Activa por demorar la acusación por encubrimiento del atentado a la AMIA). La mayoría de ellos se agrupan en la Asociación de Fiscales y Funcionarios del Ministerio Público Fiscal, una entidad abiertamente opositora al Gobierno nacional, desde la que combaten a la procuradora Alejandra Gils Carbó y a cualquier reforma democratizadora del Poder Judicial, desde la designación de fiscales para causas que están frenadas hasta el pago del Impuesto a las Ganancias.
Ellos, en nombre de la República y las instituciones, recorrerán las calles céntricas codo a codo a Luis Barrionuevo, Hugo Moyano, Julio Piumatto, Mauricio Macri, Sergio Massa, Ernesto Sanz, Elisa Carrió y otros, para reclamar por una Justicia que no ejercen y que mancillan con su degradado desempeño. Será una nueva demostración de fuerza opositora y una oportunidad para ver juntos a quienes luchan cada día por detener el proceso de transformaciones profundas y populares iniciado en el 2003.
Mientras tanto, nuestra presidenta, la militancia kirchnerista y millones de argentinos y argentinas seguiremos trabajando en la construcción de una Patria justa, libre, soberana, solidaria y democrática, como siempre lo hicimos. Seguiremos trabajando por el esclarecimiento pleno de los atentados a la AMIA y la Embajada de Israel, desenmascarando a quienes se burlaron y se burlan de las víctimas, de sus familiares y de todo el Pueblo argentino.
Buenos Aires, 13 de febrero de 2015, Mesa nacional del Frente NUEVO ENCUENTRO