21/06/2009
No era, meteorológicamente hablando, un día peronista. El cielo encapotado de gris fue la única constante de una jornada que combinó lluvia, viento y la llovizna. Sin embargo, eso no hizo mella en la caravana que recorrió todo el sur de la Ciudad de Buenos Aires, llevando de paseo a los candidatos del Encuentro Popular para la Victoria, la cara porteña del kirchnerismo.
Subidos al techo de un ómnibus preparado especialmente para la ocasión, los candidatos a diputados nacionales Carlos Heller, Noemí Rial y Julio Piumato, junto a los postulantes a la Legislatura local Francisco “Tito” Nenna, Gabriel Fucks y María José Lubertino cruzaron de oeste a este la ciudad. Arrancaron por el barrio de Mataderos, hicieron escalas en Parque Patricios y Villa Lugano y terminaron el recorrido en La Boca, casi a orillas del Riachuelo.
La jornada comenzó bien temprano sobre Juan Bautista Alberdi, en Mataderos. A pie, los candidatos –acompañados por el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y el senador y jefe de campaña Daniel Filmus– desafiaban la llovizna mientras avanzaban por la avenida, con parada obligada en cada esquina para las fotos de rigor y el reclutamiento de simpatizantes para la caravana que estaba por arrancar.
Una multitud de autos, desde lujosos último modelo hasta combis destartaladas, varios camiones, colectivos, una flotilla de taxis (gentileza del también candidato a legislador Claudio Palmieri) y el ya clásico ómnibus rojo de dos pisos que adorna la campaña de Nenna siguieron al micro de los candidatos en una lenta, tranquila y caótica fila india hasta su primer gran destino: el centro cívico de Lugano, ahí donde se juntan los complejos 1 y 2, el lugar escogido para el principal acto de la jornada.
La desprolija calma del desfile ni siquiera se vio empañada cuando, en una esquina, simpatizantes kirchneristas se encontraron, cara a cara, con un grupo que hacía campaña por Aníbal Ibarra. Luego de mirarse con desconfianza, la parcialidad K comenzó, desafiante, a entonar la marcha peronista. Unos segundos más tarde, y para sorpresa de todos, los ibarristas se sumaron al canto. No debería resultar tan asombroso: al fin y al cabo, ambos partidos presentaron idénticas plataformas ante la Justicia electoral.
El acto del mediodía no contó, como se rumoreaba, con la presencia del candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires Néstor Kirchner. Quien sí se acercó a dar su apoyo y transmitir “un abrazo” del ex presidente fue su compañero de lista Daniel Scioli. El gobernador de Buenos Aires dijo esperar que Mauricio Macri “se haga cargo de una vez de los problemas de la ciudad”. “Por cada problema que tiene y que no puede resolver, le echa la culpa a alguien”, acusó Scioli, que fue ovacionado tras su brevísimo mensaje, el punto fuerte de un acto en el que también hablaron Heller, Nenna, Piumato y Rial.
“Esta no es una elección legislativa más porque se está definiendo el modelo de país que queremos para la Argentina. Tenemos que seguir profundizando la distribución del ingreso”, insistió Heller en el discurso que cerró el acto. El cooperativista recordó que “quedan ocho días para las elecciones; que parece poco pero es mucho”, y por lo tanto “hay que trabajar para sortear un cerco informativo que muchas veces no nos permite llegar con nuestras propuestas, con nuestros proyectos; por eso tenemos que llegar casa por casa y vecino por vecino”.
Antes, Rial había recordado que “este proyecto que se inició en 2003 permitió la creación de cuatro millones de nuevos puestos de trabajo” y arengó “para ir por otros cuatro millones más”.
Los tópicos se repitieron en todas las exposiciones: críticas al gobierno macrista en Capital, la necesidad de reinsertar a la Ciudad de Buenos Aires en el contexto del país, el consabido choque de modelos en juego en los próximos comicios, números y más números (Heller fue quien más recurrió a las estadísticas en su discurso) para repasar los logros del oficialismo en los últimos seis años. Rial se destacó por su brevedad; Piumato, por todo lo contrario. Nenna, a sabiendas de que su número fuerte sería más tarde, se expresó con mesura, aunque fue el más aclamado por las muchas y ruidosas columnas de jóvenes y estudiantes que participaron de la caravana cuando advirtió: “Ojo, compañeras y compañeros, que vienen por nosotros. No se bancan que este gobierno haya recuperado cuatro millones de puestos de trabajo, no se bancan que se hayan dado aumentos a los jubilados, no se bancan que se discutan salarios ni convenios colectivos”.
Luego de la desconcentración todo se volvió confuso: en su periplo hacia el Riachuelo, la caravana se atomizó en una multitud de pequeños grupos de vehículos que, comunicados a través de handies y celulares, intercambiaban coordenadas para intentar reunirse. A través de Lugano, Mataderos, Flores, Parque Chacabuco y Boedo, los vehículos se juntaban y volvían a perderse, esparciendo el mensaje por todo el sur de la ciudad.
Llegando a Parque Patricios, la tercera escala del viaje, al fin pudo la caravana recuperar su forma original, o casi. Pero la unión no duraría demasiado: en ese punto, la comitiva se dividió en dos, una parte encabezada por Heller, que se quedó en el barrio para realizar un acto en el club Huracán, y otra, con el resto de los candidatos en el techo del micro, que completó el recorrido.
Ya oscurecía cuando el ómnibus con su escolta llegó a La Boca, feudo de Nenna, que fue recibido calurosamente por sus seguidores. Estacionados casi a orillas del Riachuelo, los candidatos repitieron la rutina del mediodía, sin grandes cambios en el discurso. Envalentonado porque la gente coreaba su nombre, Piumato hasta se animó a cantar consignas políticas al micrófono.
La larga jornada culminó con la convocatoria al que será el cierre de la campaña kirchnerista en Capital, el lunes por la tarde en el Luna Park. Según se jactaban los organizadores, para aquella ocasión no sólo no habrá faltazo de Néstor Kirchner, sino que esperan la presencia de la presidenta Cristina Fernández.
Informe: Nicolás Lantos. (Página 12)
Subidos al techo de un ómnibus preparado especialmente para la ocasión, los candidatos a diputados nacionales Carlos Heller, Noemí Rial y Julio Piumato, junto a los postulantes a la Legislatura local Francisco “Tito” Nenna, Gabriel Fucks y María José Lubertino cruzaron de oeste a este la ciudad. Arrancaron por el barrio de Mataderos, hicieron escalas en Parque Patricios y Villa Lugano y terminaron el recorrido en La Boca, casi a orillas del Riachuelo.
La jornada comenzó bien temprano sobre Juan Bautista Alberdi, en Mataderos. A pie, los candidatos –acompañados por el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y el senador y jefe de campaña Daniel Filmus– desafiaban la llovizna mientras avanzaban por la avenida, con parada obligada en cada esquina para las fotos de rigor y el reclutamiento de simpatizantes para la caravana que estaba por arrancar.
Una multitud de autos, desde lujosos último modelo hasta combis destartaladas, varios camiones, colectivos, una flotilla de taxis (gentileza del también candidato a legislador Claudio Palmieri) y el ya clásico ómnibus rojo de dos pisos que adorna la campaña de Nenna siguieron al micro de los candidatos en una lenta, tranquila y caótica fila india hasta su primer gran destino: el centro cívico de Lugano, ahí donde se juntan los complejos 1 y 2, el lugar escogido para el principal acto de la jornada.
La desprolija calma del desfile ni siquiera se vio empañada cuando, en una esquina, simpatizantes kirchneristas se encontraron, cara a cara, con un grupo que hacía campaña por Aníbal Ibarra. Luego de mirarse con desconfianza, la parcialidad K comenzó, desafiante, a entonar la marcha peronista. Unos segundos más tarde, y para sorpresa de todos, los ibarristas se sumaron al canto. No debería resultar tan asombroso: al fin y al cabo, ambos partidos presentaron idénticas plataformas ante la Justicia electoral.
El acto del mediodía no contó, como se rumoreaba, con la presencia del candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires Néstor Kirchner. Quien sí se acercó a dar su apoyo y transmitir “un abrazo” del ex presidente fue su compañero de lista Daniel Scioli. El gobernador de Buenos Aires dijo esperar que Mauricio Macri “se haga cargo de una vez de los problemas de la ciudad”. “Por cada problema que tiene y que no puede resolver, le echa la culpa a alguien”, acusó Scioli, que fue ovacionado tras su brevísimo mensaje, el punto fuerte de un acto en el que también hablaron Heller, Nenna, Piumato y Rial.
“Esta no es una elección legislativa más porque se está definiendo el modelo de país que queremos para la Argentina. Tenemos que seguir profundizando la distribución del ingreso”, insistió Heller en el discurso que cerró el acto. El cooperativista recordó que “quedan ocho días para las elecciones; que parece poco pero es mucho”, y por lo tanto “hay que trabajar para sortear un cerco informativo que muchas veces no nos permite llegar con nuestras propuestas, con nuestros proyectos; por eso tenemos que llegar casa por casa y vecino por vecino”.
Antes, Rial había recordado que “este proyecto que se inició en 2003 permitió la creación de cuatro millones de nuevos puestos de trabajo” y arengó “para ir por otros cuatro millones más”.
Los tópicos se repitieron en todas las exposiciones: críticas al gobierno macrista en Capital, la necesidad de reinsertar a la Ciudad de Buenos Aires en el contexto del país, el consabido choque de modelos en juego en los próximos comicios, números y más números (Heller fue quien más recurrió a las estadísticas en su discurso) para repasar los logros del oficialismo en los últimos seis años. Rial se destacó por su brevedad; Piumato, por todo lo contrario. Nenna, a sabiendas de que su número fuerte sería más tarde, se expresó con mesura, aunque fue el más aclamado por las muchas y ruidosas columnas de jóvenes y estudiantes que participaron de la caravana cuando advirtió: “Ojo, compañeras y compañeros, que vienen por nosotros. No se bancan que este gobierno haya recuperado cuatro millones de puestos de trabajo, no se bancan que se hayan dado aumentos a los jubilados, no se bancan que se discutan salarios ni convenios colectivos”.
Luego de la desconcentración todo se volvió confuso: en su periplo hacia el Riachuelo, la caravana se atomizó en una multitud de pequeños grupos de vehículos que, comunicados a través de handies y celulares, intercambiaban coordenadas para intentar reunirse. A través de Lugano, Mataderos, Flores, Parque Chacabuco y Boedo, los vehículos se juntaban y volvían a perderse, esparciendo el mensaje por todo el sur de la ciudad.
Llegando a Parque Patricios, la tercera escala del viaje, al fin pudo la caravana recuperar su forma original, o casi. Pero la unión no duraría demasiado: en ese punto, la comitiva se dividió en dos, una parte encabezada por Heller, que se quedó en el barrio para realizar un acto en el club Huracán, y otra, con el resto de los candidatos en el techo del micro, que completó el recorrido.
Ya oscurecía cuando el ómnibus con su escolta llegó a La Boca, feudo de Nenna, que fue recibido calurosamente por sus seguidores. Estacionados casi a orillas del Riachuelo, los candidatos repitieron la rutina del mediodía, sin grandes cambios en el discurso. Envalentonado porque la gente coreaba su nombre, Piumato hasta se animó a cantar consignas políticas al micrófono.
La larga jornada culminó con la convocatoria al que será el cierre de la campaña kirchnerista en Capital, el lunes por la tarde en el Luna Park. Según se jactaban los organizadores, para aquella ocasión no sólo no habrá faltazo de Néstor Kirchner, sino que esperan la presencia de la presidenta Cristina Fernández.
Informe: Nicolás Lantos. (Página 12)