Por Carlos Heller
Dos hechos importantes ocurrieron en los últimos días. Por un lado, en Estados Unidos, demócratas y republicanos llegaron finalmente a un acuerdo para subir el techo de la deuda (la posibilidad de seguir emitiendo dinero y bonos para financiarse) que pesa sobre el país y que lo amenaza con el default. Por otro, los ministros de economía de la UNASUR se reunieron en Lima, Perú, para acordar la mejor manera de proteger a la región ante las consecuencias que pudiesen surgir de dicha crisis.
Sobre el acuerdo, quiero decir que generó un efecto contrario al esperado y que, en lugar de traer tranquilidad, planteó un futuro complejo. Veamos por qué: el acuerdo se logró con una mayoría compuesta por 174 votos republicanos y 95 demócratas, sobre 66 votos republicanos (del Tea Party) y 95 votos demócratas (el ala izquierda) en contra.
¿Qué se puede esperar en el futuro de este equilibrio de fuerzas? Más presión de los mercados. ¿Y qué piden los mercados? Medidas ortodoxas, más ajuste, más recorte. Es la misma discusión que tenemos en Argentina. ¿Pero quiénes son “los mercados”? Son los tenedores de bonos, los grandes inversores, los grandes grupos económicos.
En cuanto a la reunión de los ministros de economía, creo que es una buena noticia para la política regional, y que es producto del trabajo que se viene realizando desde hace algunos años. El objetivo fue empezar a buscar algunas medidas para que la crisis nos impacte lo menos posible.
Sin embargo, cuando miramos lo que pasó durante la crisis de 2008/2009 vemos que en los países de América Latina -salvo México que está en el NAFTA- la crisis tuvo menor impacto. En este sentido, creo que buscar el blindaje regional para evitar el contagio es una iniciativa acertada.
¿En qué consistirá el blindaje? Se buscará incrementar el comercio entre los países de la región, sin el uso de divisas; se impulsará el demorado proyecto del Banco del Sur y se intentará buscar un mecanismo integrador para las reservas de los países del bloque y así contar con un fondo de estabilidad frente a la crisis.
Finalmente, quiero destacar algo que quedó claro durante la última visita del presidente uruguayo José Mujica y es que, a pesar de las diferencias, existe un consenso generalizado de que los conflictos deben resolverse en negociaciones entre los países del bloque. Diferencias habrá siempre, hay que buscar la mejor manera de resolverlas.