Por Carlos Heller
La conmoción causada tiene sentido. Kirchner ocupo el centro de la escena política desde el 2003. Y en la actualidad, además, su designación como Secretario de la UNASUR, fue la confirmación de su perfil latinoamericanista. La desaparición de un luchador deja siempre estelas que transmiten su trascendencia. En este caso la figura de Kirchner quedará asociada a la ruptura de varios mitos que el neoliberalismo sembró y logró inculcar, casi como fenómenos naturalizados, en la conciencia social general de una gran porción del pueblo. Uno de ellos fue la imposibilidad de la ruptura de las relaciones de vasallaje de la política exterior argentina, respecto a los Estados Unidos, conocidas como las relaciones carnales. El giro hacia una política exterior independiente y solidamente orientada hacia la integración latinoamericana en claves emancipatorias tuvieron en Kirchner un fuerte adalid y un consecuente impulsor.
Con su estilo apasionado, de interpelación permanente de los poderes concentrados, cimentó un reverdecer de la política, y contribuyó a la superación de aquellos justos pero sin futuro alaridos ciudadanos que recordamos en la consigna “que se vayan todos”. Su figura ordenando el retiro de los retratos de los genocidas de las galerías pensadas para el homenaje, constituyen un símbolo de la política de derechos humanos de memoria, verdad y justicia. El rumbo iniciado en el 2003, como lo he dicho infinidad de veces, es un proceso en disputa. Nosotros nos ubicamos en esta disputa no en forma testimonial sino activa, protagónica y con vocación siempre de ir por mas. Y si hay algo que Kirchner simbolizó es que ante cada embate de las derechas neoliberales y restauradoras fue por mas, dobló la apuesta, retomó la iniciativa y profundizó el modelo. Nosotros no fuimos ni somos kirchneristas, venimos de historias e identidades diferentes, pero sin ningún rubor apoyamos y defendemos todo lo que supone avances hacia la construcción de un modelo de país equitativo, solidario, justo y soberano.
Así como destacamos la política exterior independiente y la política de derechos humanos, compartimos la visión de la relación entre política y economía y del rol del Estado como actor no solo como regulador y atemperador del mero mercado, sino como artífice de políticas en pos del desarrollo con inclusión y justicia social, con promoción de políticas de empleo, producción y desarrollo del mercado interno.
Vamos a transitar escenarios de gran conflictividad, en los cuales estará en juego todo lo que se avanzó, pues las fuerzas opositoras representan el no cambio, expresan la voluntad de restaurar un modelo y cuentan para ello con grandes recursos de poder, no solo local sino también trasnacional. La muerte de Kirchner conmueve, interpela y da cauce a una potencialidad convocante para sus adeptos y para compañeros de ruta entre los cuales nos identificamos. Esa potencialidad convocante estuvo representada en las cientos de miles de almas que poblaron la Plaza y rindieron homenaje a un hombre, un político, un pasional de la política, alguien que se atrevió a romper moldes cuando la sociedad argentina padecía el invierno y la desolación producida por el neoliberalismo.
La gran tarea será la de no dejar caer las banderas y las realizaciones, propender a ensanchar la Democracia con mas participación popular y con mas justicia social.
No habrá homenaje suficiente cuando permanezcan indicadores de pobreza e indigencia y la generación que Kirchner simboliza solo podrá sentir que la lucha tuvo sentido cuando el cero sea el numero que indica la pobreza en la Argentina.
Hay una juventud que pugna por participar y la palabra militancia recobra sentido, hay un nuevo momento de los trabajadores, de los pequeños y medianos empresarios, profesionales, que perciben las mejoras en materia económica y el contraste con los padecimientos paradójicamente novedosos en lo países centrales. Nuestro mayor homenaje será la brega por fortalecer el rumbo iniciado en el 2003, alentando la unidad y diversidad necesaria para ello, y nuestras condolencias con la Presidenta Cristina van hermanadas con el compromiso de apoyarla en su gestión presidencial y en su militancia por la construcción de una Argentina solidaria, equitativa y soberana.