Significados y significantes

18/11/2013

Tiempo Argentino

Las elecciones de Chile están inmersas en un mar de significados y significantes.

Por Mariano Ciafardini, Comisión Asuntos Internacionales del Partido Solidario, Miembro del Instituto Argentino de Geopolítica IADEG

En primer lugar, el escenario político, que ha dejado a Michelle Bachelet competir con posibilidades de ser la primer presidente que gobierna en segundo mandato en ese país en los últimos cincuenta años, se ha configurado en gran parte gracias al golpe divisionista que le asestó a la Concertación socialista-democratacristiana Marco Enríquez Ominami, otro de los contendientes de la puja electoral e hijo de Miguel Enríquez, líder del MIR, que tantos dolores de cabeza le trajera al gobierno de la Unidad Popular en los años '70 al boicotear sistemáticamente el delicado equilibrio en que se movía la gestión del presidente Salvador Allende.

En segundo lugar, como si fuera parte de una novela de Isabel Allende –a la sazón sobrina segunda de Allende– las dos finalistas en estas elecciones, Bachelet y Evelyn Matthei, se conocen de la infancia y son hijas de dos militares, íntimos amigos hasta el golpe que derrocó a Allende en el '73, a partir del cual uno devino víctima y el otro conspicuo colaborador e integrante del régimen criminal de Pinochet. Con el condimento de que Bachelet padre fue torturado y asesinado en la Academia de Guerra Aérea de Chile, en ese momento bajo el mando de Matthei padre. En los juicios que se desarrollan en Argentina por violaciones de los Derechos Humanos de la pasada dictadura, esta circunstancia le habría valido la responsabilidad de autor mediato y la condena a cadena perpetua.

En un nuevo y previsible acceso a la máxima magistratura, Bachelet trae de la mano al Partido Comunista, integrante de la Unidad Popular allendista y excluido histórico de la Concertación y de la política institucional chilena. Es decir que vuelve a tener cargos en el Parlamento y probablemente en el Ejecutivo después de 40 años el partido de Neruda y de Luis Corvalán, enemigos jurados del régimen de Pinochet y que, por ello, representa las antiguas luchas revolucionarias del siglo XX, expresadas en gran medida en la tenaz insistencia del movimiento estudiantil (entre cuyos líderes principales figura la miembro de las juventudes comunistas Camila Vallejo).

La interpretación de todos estos significantes queda abierta tanto como las expectativas acerca del destino de un nuevo gobierno de Bachelet, que insuflaría una cuota no despreciable de necesario oxígeno a las tendencias progresistas del proceso de integración suramericana.

Nota publicada en Tiempo Argentino el 18/11/2013