23/06/2009
El Luna Park estaba repleto como en sus mejores noches. Pero no hubo
boxeo, ni básquet, ni música, a excepción de las canciones de Ignacio
Copani que abrieron el acto. Las clásicas banderas celestes y blancas
de los sindicatos y las agrupaciones estudiantiles se mezclaban con
otras de izquierda, de fuerzas progresistas y movimientos sociales que
representan al espectro que apoyan la candidatura de Carlos Heller en
el distrito porteño. Todas estas banderas flamearon cuando Néstor
Kirchner, el orador de fondo, le apuntó al jefe de Gobierno porteño,
Mauricio Macri.“Cómo se ve que se olvida de la Argentina, que no necesita de la línea de bandera (por Aerolíneas), que no sufre de las necesidades de todos los argentinos. Cómo se ve que mira el país por televisión y que nunca sufrió las persecuciones políticas, económicas e institucionales”, lanzó en uno de los pasajes más aplaudidos en el Luna.
Prácticamente todos los candidatos a diputados y legisladores por el Encuentro Popular para la Victoria se amontonaban en el escenario: aunque aún quedan cinco días para los comicios y una cantidad importante de actividades por delante, el acto de ayer en el Luna Park fue el cierre de campaña oficial del kirchnerismo porteño.
Por eso, el ex presidente Néstor Kirchner abandonó por un momento su recorrido por la provincia para apuntalar su apuesta en Capital: los sondeos ubican la intención de voto de Heller peleando un tercer puesto con Pino Solanas, y a ambos casi a la par de Alfonso Prat Gay, el candidato del Acuerdo Cívico y Social.
“En política, quien tiene un millón de amigos, seguramente acaba traicionando a la mitad”, definió Kirchner al comienzo de su exposición. Fiel a su estilo, no se guardó estocadas. “El vicepresidente de la Nación, como tantos otros, está más preocupado en armar listas que en contribuir con el desarrollo del país. Heller no dudó ni especuló a la hora de ponerse al frente de este proyecto. Gracias por tu ejemplo”, continuó.
Antes, el cooperativista había resaltado que “ya nadie duda de que se trata de la confrontación de dos modelos”. “A la oposición se le salió la cadena y dijeron lo que trataban de esconder: que quieren volver hacia atrás con todos los logros realizados por el Gobierno en estos seis años”, explicó.
El primero de los tres oradores, el candidato a legislador Francisco “Tito” Nenna, fue más allá al señalar que “en la ciudad de Buenos Aires está representado el otro modelo de país, donde los fondos del Estado no se invierten en obras y trabajo para el pueblo, sino que son transferidos a los grandes grupos empresarios”. “Quieren volver no sólo a la política de los noventa, sino a las que se inauguraron el 24 de marzo de 1976”, advirtió el docente.
En el público, las voces se alzaban en cantos dedicados “a Macri que lo mira por tevé”. En un momento, la Marcha Peronista fue cantada por casi todo el estadio, en el marco deun silencio respetuoso por parte de los aliados no peronistas. A un costado del escenario, una chica disfrazada de pingüino sufría por el calor de los focos. El jefe de campaña, el senador Daniel Filmus, corría de acá para allá, tratando de mantener todo bajo control, con bastante éxito.
Heller aprovechó su tiempo al micrófono para diferenciarse de Solanas, convertido en su principal rival en la disputa del voto progresista en la ciudad. “En el debate tan difundido de la semana pasada estuve muy solo, porque no enfrenté a dos expresiones de la derecha, sino a tres”, lanzó.
El candidato oficialista pidió recordar que “cuando el Gobierno intentó aprobar en el Congreso la medida más fuerte que se intentó para redistribuir el ingreso (en referencia a la resolución 125 sobre las retenciones a las exportaciones) algunos que hoy nos corren por izquierda operaron para sabotear la ley”. En ese momento, el que miraba el acto por televisión, según los asistentes, era Solanas.
“Nos acusan de confrontar –prosiguió Heller–. No se equivoquen, los que confrontan no son los que gobiernan, son los grupos económicos que no quieren perder sus privilegios.” El principal candidato oficialista en Capital terminó su discurso explicando que “no es a tiros que vamos a arreglar el problema de la inseguridad: es con inclusión”, y se retiró del estrado con una ovación que anticipaba el plato fuerte de la noche.
Néstor Kirchner tuvo que esperar varios minutos desde que pasó al frente del escenario hasta que pudo empezar a hablar: el problema de contar con un público tan joven como el que asistió ayer al Luna Park es que tardan más en cansarse. Una vez que se calmaron los cantos y los bombos, el ex presidente pudo arrancar: apuntó a marcar la cancha y establecer diferencias con la oposición, apelando no sólo al voto justicialista, sino a todo el espectro progresista.
“La derecha siempre marcha junta, porque tienen sus propios intereses”, señaló. “Ellos desean nuevamente a Cavallo o a Martínez de Hoz. No es posible tamaña mezquindad. Hay que hacer realidad los sueños de tantos compañeros, independientemente de sus ideas. Hay que aprender la lección de la historia: hay que saber construir en la diversidad.”
“Lo importante es que voten los principios y las ideas”, resaltó Kirchner. “Ellos algún día van a sentir vergüenza, nosotros podemos mirarnos todos los días al espejo”, concluyó.
(Página 12)
Prácticamente todos los candidatos a diputados y legisladores por el Encuentro Popular para la Victoria se amontonaban en el escenario: aunque aún quedan cinco días para los comicios y una cantidad importante de actividades por delante, el acto de ayer en el Luna Park fue el cierre de campaña oficial del kirchnerismo porteño.
Por eso, el ex presidente Néstor Kirchner abandonó por un momento su recorrido por la provincia para apuntalar su apuesta en Capital: los sondeos ubican la intención de voto de Heller peleando un tercer puesto con Pino Solanas, y a ambos casi a la par de Alfonso Prat Gay, el candidato del Acuerdo Cívico y Social.
“En política, quien tiene un millón de amigos, seguramente acaba traicionando a la mitad”, definió Kirchner al comienzo de su exposición. Fiel a su estilo, no se guardó estocadas. “El vicepresidente de la Nación, como tantos otros, está más preocupado en armar listas que en contribuir con el desarrollo del país. Heller no dudó ni especuló a la hora de ponerse al frente de este proyecto. Gracias por tu ejemplo”, continuó.
Antes, el cooperativista había resaltado que “ya nadie duda de que se trata de la confrontación de dos modelos”. “A la oposición se le salió la cadena y dijeron lo que trataban de esconder: que quieren volver hacia atrás con todos los logros realizados por el Gobierno en estos seis años”, explicó.
El primero de los tres oradores, el candidato a legislador Francisco “Tito” Nenna, fue más allá al señalar que “en la ciudad de Buenos Aires está representado el otro modelo de país, donde los fondos del Estado no se invierten en obras y trabajo para el pueblo, sino que son transferidos a los grandes grupos empresarios”. “Quieren volver no sólo a la política de los noventa, sino a las que se inauguraron el 24 de marzo de 1976”, advirtió el docente.
En el público, las voces se alzaban en cantos dedicados “a Macri que lo mira por tevé”. En un momento, la Marcha Peronista fue cantada por casi todo el estadio, en el marco deun silencio respetuoso por parte de los aliados no peronistas. A un costado del escenario, una chica disfrazada de pingüino sufría por el calor de los focos. El jefe de campaña, el senador Daniel Filmus, corría de acá para allá, tratando de mantener todo bajo control, con bastante éxito.
Heller aprovechó su tiempo al micrófono para diferenciarse de Solanas, convertido en su principal rival en la disputa del voto progresista en la ciudad. “En el debate tan difundido de la semana pasada estuve muy solo, porque no enfrenté a dos expresiones de la derecha, sino a tres”, lanzó.
El candidato oficialista pidió recordar que “cuando el Gobierno intentó aprobar en el Congreso la medida más fuerte que se intentó para redistribuir el ingreso (en referencia a la resolución 125 sobre las retenciones a las exportaciones) algunos que hoy nos corren por izquierda operaron para sabotear la ley”. En ese momento, el que miraba el acto por televisión, según los asistentes, era Solanas.
“Nos acusan de confrontar –prosiguió Heller–. No se equivoquen, los que confrontan no son los que gobiernan, son los grupos económicos que no quieren perder sus privilegios.” El principal candidato oficialista en Capital terminó su discurso explicando que “no es a tiros que vamos a arreglar el problema de la inseguridad: es con inclusión”, y se retiró del estrado con una ovación que anticipaba el plato fuerte de la noche.
Néstor Kirchner tuvo que esperar varios minutos desde que pasó al frente del escenario hasta que pudo empezar a hablar: el problema de contar con un público tan joven como el que asistió ayer al Luna Park es que tardan más en cansarse. Una vez que se calmaron los cantos y los bombos, el ex presidente pudo arrancar: apuntó a marcar la cancha y establecer diferencias con la oposición, apelando no sólo al voto justicialista, sino a todo el espectro progresista.
“La derecha siempre marcha junta, porque tienen sus propios intereses”, señaló. “Ellos desean nuevamente a Cavallo o a Martínez de Hoz. No es posible tamaña mezquindad. Hay que hacer realidad los sueños de tantos compañeros, independientemente de sus ideas. Hay que aprender la lección de la historia: hay que saber construir en la diversidad.”
“Lo importante es que voten los principios y las ideas”, resaltó Kirchner. “Ellos algún día van a sentir vergüenza, nosotros podemos mirarnos todos los días al espejo”, concluyó.
(Página 12)