Ámbito Financiero | Opinión
Por Carlos Heller
La positiva evolución de la producción argentina, de la que cuentan innumerables datos, aunque ralentizada en parte por el efecto de los problemas externos, continúa la tendencia positiva. Un dato que no debe pasar desapercibido es que en un reciente informe del FMI se redujo la proyección de crecimiento del PBI para el mundo y para la mayoría de los países, mientras que se mantuvo para la Argentina en un 4%.
En varias oportunidades he dicho que esta evolución tendría su efecto en los indicadores sociales: en el primer trimestre de 2022, según datos del Indec, la indigencia bajó del 11,2% al 8,2% y la pobreza del 39,5% al 34,2%, respecto a igual período del año anterior, retrocediendo ambas a los niveles de prepandemia. En cantidad de personas son 2,3 millones de pobres menos (-13%), y 1,3 millones de indigentes menos (-26%). La tasa de empleo aumentó en el mismo período al 43,3%, desde el 41,6%, y con el nivel alcanzado este año es el mayor porcentaje para un primer trimestre de la serie estadística reformulada en 2016.
No obstante, estos datos no evitan que importantes formadores de opinión como el banco JP Morgan, por tomar un ejemplo, se refieran a “la calamitosa situación macroeconómica actual” de nuestro país. Una exageración bajo cualquier enfoque.
Es que son estos lobistas universales quienes aprovecharon para intentar condicionar al gobierno, presentando un país en crisis cuando, en gran parte, han sido ellos y los economistas y políticos argentinos que los escoltan quienes han generado la irracional volatilidad cambiaria durante julio.
Se ha creado así una fuerte tentativa de perturbar el funcionamiento de la economía. Lo he dicho en innumerables oportunidades: fue el intento de dar un “golpe de mercado”. Desde la oposición se habló del “casi seguro reperfilamiento de la deuda pública”, instalando inseguridad en la población. Se utilizaron mecanismos ilegales (el llamado dólar blue) y otros legales, aunque igualmente especulativos, como el dólar MEP o el CCL (de escasa magnitud comparada con la que se transacciona en el mercado oficial de cambios) para llevar esos valores a niveles absurdos. La mejor constatación de esta irracionalidad es que, ante las expectativas de la llegada de Massa al Ejecutivo, estos bajaron significativamente. Luego de esta baja, varios economistas ortodoxos comentaron que, efectivamente, los valores de estos dólares especulativos estaban sobrepasados (pero evitaron decirlo cuando estas cotizaciones seguían aumentando).
Me referiré ahora a las medidas anunciadas por Sergio Massa sobre las Reservas y el comercio exterior.
Se detectaron casos de subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones en unas 13.640 operaciones que involucran a 722 empresas. Se otorgará un periodo de 60 días para que ratifiquen o rectifiquen su posición. Si no se corrigen las declaraciones, se procederá a denunciarlas en la Justicia argentina y en la unidad antilavado de EEUU. Un enfoque que no sólo defiende las divisas y los ingresos fiscales, sino que se orienta a otorgar mayor transparencia en las operaciones de comercio exterior.
Para incentivar el ingreso de divisas, el ministro expresó haber acordado con las cadenas de valor de la pesca, el agro, la minería y otros, un adelanto de exportaciones que implicaría un ingreso de u$s5.000 millones en los próximos 60 días.
Siguiendo con el impacto en las Reservas, Massa señaló que el Gobierno está avanzando en lograr desembolsos cercanos a los u$s2.000 millones de organismos internacionales. Además, el Gobierno “está evaluando cuatro ofertas de REPO para fortalecimiento de Reservas y recompra de deuda soberana”.
El BCRA ya ha informado las condiciones del canje de deuda en pesos que vence dentro de 90 días, por bonos duales con rendimiento según el CER o la variación del tipo de cambio mayorista, el mayor de ellos.
Por lo tanto, sería de esperar que el acuerdo con los sectores exportadores junto con estas líneas de financiamiento y el canje de deuda reduzcan la especulación con el dólar.
Hay que continuar analizando las medidas en tanto se vayan plasmando, para observar cómo impactan en la economía y la situación social. Medidas que están orientadas para avanzar en el necesario fortalecimiento de los equilibrios macroeconómicos, y hay todo un desafío por delante para que las mismas terminen mejorando la situación social.
Es un paso hacia adelante para profundizar el programa lanzado por el Frente de Todos en la campaña electoral del 2019 y luego aplicado por el Gobierno. A pesar de la dura herencia macrista, la pandemia y los efectos de la guerra en curso, la economía argentina sigue avanzando y recuperándose.