Ámbito Financiero | Opinión
Por Carlos Heller
El Gobierno argentino está manteniendo una fuerte pulseada con ciertos sectores que especulan y tratan de modificar el rumbo de las políticas económicas, que en lo esencial apuntan a garantizar la recuperación de la actividad y el empleo.
Complementando las normas para el pago de importaciones de la anterior semana, el jueves el BCRA mejoró las condiciones de financiación para la compra de fertilizantes, productos fitosanitarios e insumos necesarios para su elaboración en el país, reduciendo de 90 días a 60 días el plazo para el acceso al mercado de cambios. A su vez se disminuyó de 365 a 60 días el plazo para acceder a insumos destinados a la producción local de bienes a exportar y se simplificó el acceso para el pago de autopartes del exterior a las terminales automotrices que producen unidades destinadas a la exportación.
Con relación a los consumos externos, se restringió la posibilidad de pagar en cuotas con tarjetas en tiendas libres de impuestos, extendiendo la prohibición que rige para pasajes y servicios turísticos en el exterior y productos que se reciben por el denominado sistema puerta a puerta.
No hay que perder de vista que estamos dentro de un contexto global sumamente turbulento y que a su vez hay una restricción externa que opera cada vez que la economía crece. De allí surge la necesidad, por partida doble, de asignar las reservas a los fines prioritarios, de forma tal de garantizar el proceso de recuperación económica. Por otro lado, nuestro país no debe atender en el corto y mediano plazo obligaciones de deuda en moneda extranjera. Además, se cumplió con las metas de acumulación de reservas que se acordaron con el FMI.
En este marco, desde diversos medios se busca instalar la idea de que el dólar oficial estaría “atrasado” respecto del ilegal y que hace falta una devaluación para reducir la elevada brecha. Si bien es cierto que la existencia de dicha brecha impacta en las expectativas, su reducción no puede ocurrir por medio de la suba del dólar oficial; debe darse por vía de la reducción de los extremos valores que adopta el dólar ilegal, que surgen de un mercado volátil y de muy escaso volumen. Las cotizaciones de los dólares MEP y “contado con liqui”, o del ilegal, están totalmente fuera de contexto, se mantienen en función de la especulación generada, en especial a partir del cambio en el Ministerio de Economía. Pero debe quedar claro que una devaluación sólo generaría una suba de precios y un aumento de la brecha que más importa: la que existe entre los sectores más ricos y el resto de la población.
Un ejemplo concreto de cómo se trata de influir en las expectativas surge de un informe del JP Morgan, donde, entre otras cuestiones, se señala: “como muestra la historia económica, las crisis políticas aparecen como condiciones necesarias para escenarios de muy alta inflación/hiperinflación”. Una afirmación irresponsable sobre la cual la entidad no presenta documentación académica alguna, y que sólo pretende generar incertidumbre que complica el manejo de la economía y las finanzas.
En los últimos días se han denunciado aumentos no justificados en productos de variado tipo, en especial los pertenecientes a la canasta básica: algunos sectores concentrados están utilizando el contexto de incertidumbre para incrementar sus ganancias a costa de muchos comerciantes a quienes desabastecen, y, principalmente, de los consumidores. Puja distributiva en su máxima expresión, con intención de “golpe de mercado”.
Para despejar cualquier duda, con las primeras definiciones tras el recambio ministerial se manifestó que se avanza con el programa económico vigente, es decir, con políticas como la profundización del mercado de capitales doméstico, con el sendero fiscal trazado y con los demás lineamientos que ha venido sosteniendo el gobierno, incluidos los que figuran en el acuerdo con el FMI.
Respecto de lo “político”, considero que la designación de Silvina Batakis como ministra de Economía puede contribuir a fortalecer el camino, ya que se abrió un debate y finalmente se logró consensuar entre los principales referentes del Frente de Todos. En su momento señalé que la unidad era imprescindible y que había que hacer todo los esfuerzos para que el espacio oficialista no se debilite sino que se consolide. Es vital seguir abonando este sendero.