Ámbito Financiero | Opinión
Por Carlos Heller
Tal como se esperaba, el Fondo Monetario Internacional terminó aprobando el desembolso de u$s7.500 millones en el marco de la quinta y sexta revisión del acuerdo. Con la llegada de estos recursos se fortalecen las Reservas Internacionales y se sigue allanando el camino para reducir la incertidumbre y los comportamientos especulativos.
En un comunicado posterior a la aprobación del giro de los fondos, la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, afirmó que se mantiene el objetivo de déficit primario del 1,9% y que, para alcanzarlo, entre otras políticas hace falta “reforzar los controles de gasto con medidas iniciales dirigidas a actualizar las tarifas de la energía y contener los salarios públicos y las pensiones”.
En el comunicado del Fondo se señala que “los principales objetivos del programa no se alcanzaron, como consecuencia de la sequía sin precedentes y desviaciones de las políticas”. Es todo un logro del gobierno, que consiguió que se reconociera el fuerte impacto de la sequía. A su vez, si no se cumplió con determinados compromisos por las “desviaciones de políticas”, como las que se detallan en el párrafo anterior, es porque se trató de atender los intereses de la sociedad.
La aprobación de las revisiones también significa que se podrá atravesar el proceso electoral sin estar negociando con el Fondo, ya que recién a fines de año hay que cerrar la séptima revisión. Para las principales fuerzas de la oposición, el FMI no representa condicionante alguno, pues comparten todo su recetario de medidas, e incluso proponen mayores ajustes fiscales que los que fijaría el organismo. Para quienes bregamos por un país autónomo, con más crecimiento, con mejor distribución del ingreso, con más y mejor salud y educación públicas, es fundamental pararnos firmes ante el FMI y defender las políticas que permitan crecer, sin el sacrificio de quienes producen y de la ciudadanía, en especial de quienes menos tienen.
Además de las divisas del desembolso del FMI, en lo que va del mes se han registrado compras netas por parte del BCRA por u$s1.015 millones, que contribuyen en la misma dirección de engrosar las Reservas. Una noticia que va en similar sentido es que el gobierno brasileño propuso pagar con yuanes en el intercambio comercial con nuestro país, para evitar depender de los dólares y mantener el flujo de comercio bilateral, según anunció el ministro de Hacienda Fernando Haddad. En estos días las autoridades de ambos países avanzarán con las conversaciones.
Una novedad sumamente importante fue el ingreso de Argentina (junto a otros cinco países) al grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que se formalizará a partir del 1º de enero de 2024. Para dimensionar el impacto económico, hay que decir que este bloque explica un 18% del comercio global, casi un cuarto de la producción mundial, y alberga al 42% de la población. Los seis países que fueron aceptados sumarán a los BRICS el 5% del PIB mundial y un porcentaje similar en términos de la población total. Los BRICS a su vez cuentan con el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), al que se sumarán los países ingresados: una poderosa herramienta de financiamiento que sirve a los fines del desarrollo.
Tras mucho esfuerzo se están construyendo los puentes necesarios para atravesar un año muy complicado por la sequía.
No obstante, hay intereses políticos y económicos que no quieren que el país se ordene y buscan que se instale una sensación de asfixia para hacer creer que no es “por acá”. Quieren por todos los medios convencer que es “para el otro lado”. Es una tensión permanente.
Cierta frustración e insatisfacción de algunos sectores no debe hacer que tiremos por la borda todo lo hecho. Es muy fácil destruir y muy difícil construir: lo hemos vivido en reiteradas oportunidades en nuestro país. Hay que seguir convenciendo acerca de que, entre las opciones que compiten en las elecciones presidenciales, hay una sola que nos puede llevar a cumplir con todo lo que falta. Como ya dijimos alguna vez: por todo lo que se hizo bien, por todo lo que falta.