22.09.2013 | Tiempo Argentino | Escenario económico
Por Carlos Heller
Las políticas públicas que fortalecen el mercado interno frente a los nuevos "retoños" del neoliberalismo
La incertidumbre y la debilidad del entorno global no dejan demasiadas dudas en torno de la importancia de seguir gestionando políticas públicas que permitan fortalecer el mercado interno y la generación de puestos de trabajo. Este enfoque resulta consistente con los lineamientos reflejados en el proyecto de Presupuesto, comentados la anterior semana, que apuntan a darle continuidad al proceso iniciado en el año 2003, lo que implica, entre otros, "el sostenimiento de los puestos de trabajo, la mejora de los salarios reales, la promoción de mejores niveles de inversión pública y privada, la inclusión y la movilidad previsional".
En materia de inversión privada, vale resaltar el anuncio de la automotriz Toyota de una inversión de U$S 800 millones, destinada a incrementar en un 50% la producción de la planta, generando además 1000 puestos de trabajo y estimándose U$S 1200 millones más de exportaciones al año. La inversión ya está en ejecución y finalizará en 2015.
Sobre el mismo tema, escribe un periodista (Cronista 19.09.13) criticando cómo supuestamente el gobierno utiliza actos empresarios como mitines de campaña. Hacia el final de la nota, indica que "cabe recordar que sólo en 2012, por el despacho de Giorgi pasaron más de 30 grupos multinacionales y nacionales para anunciar inversiones por $ 10 mil millones. Todo sea por destacar la 'Década Ganada' y fustigar a los sectores políticos que ponen en tela de juicio esa muletilla." En esencia, la nota termina alabando la política del gobierno, ya que resulta bastante difícil que 30 grupos multinacionales inviertan sólo para hacerle propaganda al gobierno.
Cabe destacar el anuncio de YPF, que saldrá a captar fondos en el mercado internacional a través de un bono con vencimiento en agosto de 2018 por U$S 50 millones de dólares, ampliable a U$S 150 millones. Tendrá una garantía especial constituida con exportaciones de granos, que YPF obtendrá como pago de productos agroquímicos y gasoil. Es una serie orientada a grandes inversores, dado que la colocación menor será de U$S 500 mil, y consistirá en un importante test sobre la posibilidad de colocación de fondos en el exterior, recursos necesarios para profundizar el proceso de inversión de la petrolera.
También es interesante recordar algunos párrafos que se escribieron luego del alivio tributario para la cuarta categoría de Ganancias. En principio, no escapa a nadie que ante el reclamo de la sociedad el gobierno respondió con la importante decisión de elevar el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, mucho más allá que lo que establecían los diversos proyectos presentados, aún los que intentaron usarse para hacer campaña. La decisión es inobjetable, y por supuesto, conlleva sus costos, que el gobierno reconoce, e incluso el Parlamento ha sancionado nuevas fuentes de ingresos para compensar la reducción, y también para dotar de mayor progresividad al sistema tributario. Lo curioso es que ante esta situación, en la semana se pudo leer un alarmante título de portada que indicaba los ingentes recursos por coparticipación que perderían las provincias por esta rebaja en Ganancias, cuando antes se reclamaba fogosamente el cambio invocando el interés de los asalariados. Un razonamiento llamativo, como tantos otros que circulan, que no llegan a atravesar ni el más delgado filtro de los archivos periodísticos.
Nuevos retoños de feroz neoliberalismo.
En cuanto al marco económico global, si bien los mayores riesgos de contagio financiero se han podido minimizar, el principal problema es que se transita un sendero de bajo crecimiento, a raíz de las políticas neoliberales que se están implementando en los principales países desarrollados y que según datos de la CEPAL, determinarían una tasa moderada de aumento de la actividad global del 3,1% en 2013.
En este contexto, la Reserva Federal de Estados Unidos decidió que todavía no resulta apropiado restringir el programa de estímulos, basado en compras mensuales de títulos hipotecarios y bonos del Tesoro por 85 mil millones de dólares, hasta tanto no haya señales precisas de una consolidación de las mejoras del mercado laboral. Una decisión fue bien recibida por los mercados, aunque también por las economías de la región, que en los últimos tiempos se habían visto afectadas por una importante salida de fondos y devaluaciones cambiarias, derivadas de la fuga hacia la calidad de los inversores globales. Sin embargo, el entusiasmo duró poco, ya que a las 48 horas el presidente de la Reserva Federal de St. Louis, James Bullard, comentó que "fue una decisión cerrada en septiembre", dando a entender que los datos económicos no son concluyentes, y que en octubre podría comenzar la reducción de los estímulos monetarios; apenas conocida la declaración, Wall Street dejó su tendencia alcista para evidenciar una baja pronunciada. Esta situación sirve para interpretar en toda su extensión el adjetivo de "quebradiza" adjudicado a la economía mundial, que la presidenta Cristina Fernández indicó como la palabra más escuchada en la reciente cumbre del G-20 en San Petersburgo.
Estos vaivenes impactan en los países en desarrollo, como Brasil, donde el precio del dólar alcanzó niveles máximos en cinco años, aspecto que derivó hace unas semanas en la decisión del Banco Central, para evitar que siga subiendo el dólar, de realizar intervenciones cambiarias hasta fin de año por unos 60 mil millones de dólares de las reservas, monto que se sumará a los 45 mil millones que lleva vendidos en 2013. La reacción brasileña resulta un claro ejemplo de la necesidad de mantener políticas activas para evitar el impacto de lo que ocurre en los países centrales.
Otro de los puntos que hay que seguir muy de cerca tiene que ver con la Eurozona, donde se espera una caída del PIB del 0,4% en 2013, un desempleo en aumento y, tal vez lo más alarmante, una profundización de las políticas de desmantelamiento de las instituciones de bienestar de la posguerra, situación que viene afectando seriamente las condiciones de vida de la población. Un caso llamativo es el de Holanda, donde se llevará a cabo un nuevo ajuste fiscal de 6000 millones de euros, en tanto se anunció también la sustitución del "clásico Estado de Bienestar de la segunda mitad del siglo XX por una sociedad participativa", según las palabras utilizadas por el nuevo rey de ese país durante la apertura del parlamento. El monarca profundizó su idea diciendo que "la gente quiere decidir por sí misma, organizar su vida y cuidar unos de otros". En los hechos implicará la descentralización de programas sociales a los municipios, que tendrán que arreglarse con sólo la mitad del presupuesto que le asignaba hasta el momento la administración central. Esto ocurre a pesar del rechazo que muestra el 80% de la población, que a fines de año sufrirá un desempleo del 7.5%. Neoliberalismo en estado puro, que plantea la retirada del Estado y el culto al individualismo, justo en tiempos cuando más se necesita la solidaridad y un Estado activo que resuelva los problemas sociales y económicos derivados de la crisis.
Capítulo aparte para el FMI que, tras recibir fuertes críticas por su responsabilidad en la falta de recuperación de las economías desarrolladas, la semana pasada sostuvo que los ajustes fiscales pueden realizarse a un ritmo más moderado, siempre y cuando se trate de un país que no está viéndose sujeto a "presiones de los mercados". Muy lejos de representar una autocrítica genuina y a años luz de las necesidades de países como los de la periferia europea, aunque muy cerca de los intereses del establishment financiero global.
Por su parte, según los datos de la CEPAL, la debilidad que viene mostrando la economía mundial impactará de lleno en el intercambio comercial, que en el 2013 crecerá un 2,5%, muy lejos del promedio del bienio 2010-2011, que superó el 8 por ciento. A pesar de ello, para nuestro país se proyecta un mayor dinamismo relativo en términos de exportaciones, ya que su valor crecerá un 6,7% en 2013, por encima de la región latinoamericana (2%). El organismo prevé en ambos casos que el crecimiento será en base a mayores volúmenes, en tanto que los precios mostrarán una ligera caída, pero seguirán en niveles altos en 2014.
En resumen, algunos datos preocupantes y otros alentadores, de una situación internacional que lejos está de mostrar una evolución consistente.