Los buitres no están solos

16/07/2014

Clic de Noticias | Nota de Opinión

Para entender la embestida buitre hacia los intereses de nuestra Nación resulta necesario hacer un repaso de las organizaciones privadas que solapadamente apoyan financiera y políticamente las acciones de los litigantes.

Por Carlos Heller

El accionar de estos fondos, que va más allá del reclamo judicial sobre el pago de los bonos, revela la existencia de un entramado mucho más profundo que nos lleva directamente a aquellos sectores más reaccionarios y conservadores de la sociedad norteamericana.

Hace pocos días la “American Task Force Argentina” (ATFA), liderada por el fondo Elliot (propiedad de Paul Singer) e integrada en su mayoría por asociaciones de los sectores agrícolas y ganaderos de Estados Unidos, financió la publicación de una solicitada en varios medios gráficos argentinos en la que insiste en su posición contra nuestro país. Este “grupo de tareas norteamericano” fue creado en el año 2006 y desde entonces desarrolla diversas actividades con un denominador común: bregar por la defensa de los intereses privados de sus integrantes a expensas del bienestar social de los habitantes de Argentina.

Cualquiera de los reclamos de este grupo resulta más que suficiente para reflejar cabalmente su “espíritu”.

En el portal de su página web se observan anuncios como: “Por años la Argentina estafó a los inversores y contribuyentes norteamericanos (…). Es tiempo de que Argentina obedezca las leyes estadounidenses y deje de desacatar a la Corte de Estados Unidos”. Como si esto no fuera suficiente, se encargan de establecer un paralelismo entre la situación de la deuda argentina y el perjuicio que la misma genera en el sector rural norteamericano alegando que el default y la reestructuración argentinos “crearon un subsidio injusto para las exportaciones agrícolas argentinas” y “dañaron la industria de alimentos de Estados Unidos, la cual exporta productos similares (a los argentinos) al resto del mundo”.

Estas visiones se ven reforzadas por las ideas vertidas a través de la “National Grange”, miembro de la ATFA, una especie de Sociedad Rural del país del norte que, con motivo de su convención anual en el año 2007, explicitó que Argentina es el mayor competidor de productos agrícolas de los Estados Unidos en el mercado global y que los incumplimientos de deuda argentina pueden ser reorientados a inversiones en infraestructura agropecuaria que generarían mayor producción y por lo tanto una competencia desleal para los granjeros estadounidenses.

Esta misma organización fue la que en el año 2008 apoyó la prohibición de la importación de carne argentina en el Congreso de Estados Unidos y que en estos días, junto con la “Asociación de Ganaderos de Estados Unidos”, también presente en la ATFA, hizo lobby para que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés) se retractase de haber declarado a la Patagonia Argentina libre de aftosa.

Las declaraciones comentadas constituyen una visión claramente sesgada hacia los intereses de las organizaciones que representan a este “grupo de tareas” y que no resisten ninguna evaluación técnica. En efecto, las mismas relacionan directamente la quita de la deuda que la Argentina exitosamente obtuvo luego de arduas negociaciones con los acreedores, con la idea de que la misma se destinó a subsidiar a un sector económico de nuestro país.

Otra organización que apoya a la ATFA es la “Sociedad Hispánica Conservadora”, la cual dentro de sus valores brega por limitar la acción del Estado, sosteniendo entre otras cosas que es “el sector privado el que debe hacerse cargo del bienestar de los más pobres”. Por último, uno de sus principales lemas es “asegurarse que todos los norteamericanos puedan perseguir sus sueños sin que los retenga la mano del «Gran Gobierno»”, haciendo alusión al famoso “Gran Hermano” de George Orwell, en donde el Estado y su aparato burocrático se convierten en un enemigo del bienestar social.

Las voces de quienes amparan a los buitres también se han hecho oír en el despacho del representante comercial de Estados Unidos. En enero de 2011 reclamaron una suspensión de nuestro país en el “Sistema Generalizado de Preferencias” alegando que la Argentina no demostró reciprocidad en los “beneficios comerciales” otorgados por Estados Unidos. Justifican lo anterior al afirmar que nuestro país impuso “derechos de exportación más altos a las materias primas en relación a los de productos procesados” perjudicando así a los productores de su país. No hace falta ser especialista en materia comercial para entender que el objetivo detrás de este reclamo apunta a perpetuar la idea de que los países del sur estén condenados a exportar insumos e importar productos terminados del norte sin posibilidades de generar algún tipo de industrialización.

Por último, otra de las organizaciones que componen este grupo es la “Unión Nacional de Contribuyentes” la cual, entre otras acciones, intentó convencer a distintas autoridades del gobierno norteamericano de que, en calidad de mayor aportante del Banco Mundial, las autoridades estadounidenses no deberían permitir que el organismo internacional utilice el dinero de sus contribuyentes para prestarle a la Argentina. También aclara que los habitantes de su país no tienen por qué “soportar el peso de la imprudencia argentina”.

No caben dudas del poder que estas organizaciones intentan conservar en la política de su gobierno y los organismos financieros controlados por el mismo. Poder que se ve desafiado, entre otros, por el bloque de los BRICS, que en estos días marcó su sexta cumbre en Brasil. En este encuentro los países miembro terminaron de definir la creación de un banco de fomento propio y de un fondo de reservas, que podrían convertirse además en un medio internacional alternativo de financiamiento para el resto de los emergentes.