Tiempo Argentino | Opinión Por Carlos Heller
La actividad legislativa viene siendo muy intensa en comparación con otros períodos, con el agregado de estar en pandemia.
Durante esta semana se trataron varios proyectos en la Cámara de Diputados, en los que se trabajó en forma colaborativa entre los/as legisladores/as, el Poder Ejecutivo y las organizaciones de la comunidad, tendientes a receptar algunos reclamos y observaciones de mejoras. Es un enfoque que privilegia las instituciones y el funcionamiento republicano.
A continuación, detallaré dos de ellos que tuvieron tratamiento exclusivo en la Comisión de Presupuesto y Hacienda: el de Alivio Fiscal para los monotributistas (que continúa ampliando los beneficios de varias leyes, que comenzaron con la de Solidaridad Social y Reactivación Productiva de diciembre de 2019) y una Ley de Fomento del ahorro y la inversión en pesos.
Se dio media sanción al proyecto para aliviar la situación de las y los monotributistas. En lo esencial, se retrotrae el monto de las cuotas de enero a junio de este año a valores de diciembre del año pasado. Además, se otorgan facilidades para refinanciar las deudas en planes que llegan hasta 60 cuotas, con un interés del 1,5% mensual (la mitad del que se venía aplicando), eliminando multas, intereses devengados y recargos. Otro importante beneficio es que se actualizan las escalas de ingresos brutos en un monto muy por encima de la inflación (a escala más baja, mayor aumento), por lo que podría haber quienes se recategoricen en un nivel inferior. Son algunos de los cambios que benefician a unos 4 millones de personas incluidas en este régimen.
Otra ley aprobada en Diputados fue la ampliación de las exenciones en el Impuesto a las Ganancias para incluir los intereses de los depósitos en pesos con cláusula de ajuste y el rendimiento de instrumentos emitidos en moneda nacional destinados a fomentar la inversión productiva. También se ampliaron las exenciones sobre Bienes Personales, con el mismo espíritu que en Ganancias. A lo que se apunta es a estimular el ahorro en pesos generando disminuciones o desgravaciones en los impuestos en las colocaciones en pesos, en la búsqueda de ir robusteciendo una de las políticas que tiene el gobierno, de ir yendo a una economía en la que el peso se fortalezca. Es un elemento central en el sendero hacia una economía más tranquila.
Se fomenta la demanda y se mejoran los ingresos
El gobierno continúa con su misión de recomponer los ingresos de los argentinos y las argentinas. Por medio de distintas herramientas avanza en una estrategia coherente, que incluye políticas de control de precios, de aumento real de salarios, de cuidado del empleo y de impulso fiscal. Es el plan al que algunos sectores se resisten.
La tarea no es sencilla. En abril, por caso, el índice de salarios elaborado por el INDEC mostró una suba del 3,2%, aunque ha ido por debajo de la inflación (4,1%), lo que implica una pérdida de poder adquisitivo. Y no es el primer mes que se produce esta situación.
La divergencia actual tiene su origen en el hecho de que la inflación no ha ido en línea con los fundamentos de la economía (a saber, los costos, y las variables monetarias y fiscales), sino por la decisión de los formadores de precios de incrementar sus ganancias. En mayo, no obstante, la inflación mostró una leve desaceleración (3,3%,) y es muy importante que se refuerce la tendencia en el segundo semestre (se espera una cifra similar o algo más baja para junio). A eso apuntan distintas medidas específicas, como los 70 productos con precios congelados, Precios Cuidados, o las medidas de cortes populares de la carne, entre otras. Además de mantener los equilibrios macroeconómicos.
En cuanto a la política salarial, tal como expresó el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, “en caso de que las negociaciones hayan quedado por debajo de la inflación íbamos a reabrir las paritarias para volver a ajustar y es lo que está sucediendo”.
Por el lado del empleo, se prorrogó hasta fin de año la prohibición para efectuar despidos sin justa causa y suspensiones, una medida que impacta más que nada en la órbita de la formalidad y que se da en el marco de las disposiciones adoptadas desde el inicio de la pandemia. Desde el seno de la Unión Industrial Argentina (UIA) salieron a criticar la medida. Se dijo que “genera incertidumbre” y que la actividad industrial está casi “normalizada”, por lo que no habría razón para que se mantenga una medida pensada para un momento extraordinario. Si la actividad está
normalizada, pocos serían los eventuales despidos por lo que no se entiende la crítica de la UIA. Es evidente que ciertos grupos empresarios lo que están reclamando es tener manos libres para la flexibilización laboral.
Sobre estos temas el papa Francisco fue contundente. En un videomensaje en el marco del Encuentro Anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas señaló: “la construcción de una comunidad justa, económicamente y socialmente para todos, la tienen que hacer todos: sindicalistas y empresarios, trabajadores y dirigentes”. El Papa enfatizó que hay que “volver a la economía de lo concreto, no perder lo concreto. Y lo concreto es la producción, el trabajo de todos, que no haya falta de trabajo, las familias, la patria, la sociedad (…). En una sociedad donde haya un margen de pobreza muy grande, uno se tiene que preguntar cómo va la economía, si es justa, si es social o simplemente busca intereses personales”. Acto seguido, llamó a “invertir en el bien común, no esconder la plata en los paraísos fiscales”. Un mensaje que inmediatamente generó críticas en los sectores a los cuales iba dirigido.
Respecto de las medidas fiscales que apuntan al cuidado de los ingresos, se acaban de ampliar los beneficios del reintegro sobre el monto total de los consumos con tarjetas de débito de sectores denominados vulnerables. Se extendió la vigencia de la norma hasta el 31 de diciembre de 2021, se incluyeron en el listado los gastos realizados en farmacias, y se elevó el tope mensual del reintegro hasta $1.200, lo que redunda en un incremento de algo más del 70%.
Con esta herramienta se aspira a llegar a 7 millones de personas, aunque, como explicó el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, “son 1,3 millones las que utilizan habitualmente” la tarjeta de débito, por lo que es importante incentivar su uso. Es una opción perfectamente válida para avanzar, además, en la formalización de la economía.
Entre las noticias que no ocupan las primeras planas de los principales medios también estuvo la reducción de las retenciones a las exportaciones de 70 productos agrícolas y agroindustriales, en la mayoría de los casos con alícuota cero. Los sectores alcanzados incluyen la producción de huevos, pimienta, semillas de papa, girasol y arroz, aceites y jugos de varias frutas, caseína y albumina, y maní. Una medida que no hay que perder de vista, que beneficia a las economías regionales, y que tira por la borda el argumento de que “acá no te dejan producir ni exportar”.
La dinámica impulsada por el gobierno es contraria a lo que marca la lógica del derrame. Se apunta a que con el cuidado de los ingresos crezca la demanda, se reactive la economía, se incremente el empleo y aumente la recaudación, y ello a su vez permita mayores gastos e inversiones públicas. Es importante no obturar este
proceso, una cuestión que nos lleva al necesario respaldo que este proyecto requiere en las próximas elecciones, garantía de que el mismo se pueda desarrollar más ampliamente.