Laudato si’ versus crisis ambiental

03/06/2020
Laudato si

Economis | Opinión

Por Julia Perié

¿Por qué es tan importante en estos momentos la segunda encíclica del Papa Francisco denominada Laudato si’? Porque es el planeta, considerado como la casa común, el que está en constante peligro. “Defender la Naturaleza, la vida animal, así como combatir la degradación ambiental y el cambio climático”, destaca con énfasis uno de los capítulos y agrega que “la Tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquerías” y por eso necesitamos una “revolución valiente”, sostiene Francisco.

Ante estas reflexiones tan precisas, debemos replantearnos y ratificar que la humanidad necesita cambiar el funcionamiento de la economía global, dado que el modelo económico del libre mercado tiene consecuencias humanas gravísimas. La cuestión social y la cuestión ambiental deben ir de la mano.

Francisco hace referencia a la desmedida ambición de algunos empresarios que conlleva una feroz depredación ambiental, que va acelerando el cambio climático y conduce a la destrucción de la casa común. Y convoca a rehumanizar las relaciones económicas, a cuidarnos y a pensar que no se puede hablar de desarrollo sostenible sin solidaridad entre todos.

Propone el Papa cuidar la Salud antes que la economía, y una modificación en el estilo de vida, cambiando la cultura del consumismo.

La terrible sequía de nuestros ríos producida por innumerables causas, la agresiva depredación de nuestros montes nativos, la utilización de manera indiscriminada de agrotóxicos y agroquímicos que deterioran nuestros suelos, la contaminación de ríos, lagos y mares, no hará posible el goce por la Naturaleza del que habla Francisco, si no se toman medidas urgentes para mitigar la destrucción a la que estamos sometiendo a nuestra casa común.

Ante esta situación, es necesario repensar el modelo de desarrollo y consolidar las dimensiones económicas, sociales y ambientales del desarrollo sostenible sin dejar a nadie atrás ni afuera, tal y como lo señala la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

Nota publicada en Economis el 03/06/2020