11/11/2012 | Tiempo Argentino | Panorama Económico
El riesgo país, los fondos buitre, el supuesto aumento de cheques rechazados y el crecimiento del sector financiero.
Por Carlos Heller
El riesgo país ha vuelto a los titulares de los diarios argentinos. La suba de la tasa de riesgo, como se la denomina actualmente en Europa, es utilizada como el gran paraguas argumentativo destinado a descalificar todas las medidas que contravienen los preceptos de la doctrina neoliberal.
Muchos analistas se alarman porque la tasa de riesgo de Argentina ha llegado al nivel que está soportando Grecia. ¿Acaso no es esa comparación la que deslegitima los valores que arroja este indicador para nuestro país? Salvo que se piense que la economía argentina está en una situación similar a la de Grecia, lo cual sería un grosero error de apreciación.
La editorial de La Nación del 6 de noviembre que lleva por título “La peligrosa estampida del riesgo argentino” es clara al respecto, pues asocia el aumento en el riesgo país con la disminución de la inversión, menor crecimiento y menor empleo. Esta postura va contra la historia reciente, dado que se ha logrado el más alto nivel histórico de inversión bruta fija sobre PBI, y un fuerte incremento en la producción y el empleo, a pesar de tener cerrados los mercados internacionales de financiamiento privado durante todos estos años, a excepción de un breve intervalo en los primeros meses de 2007.
De hecho, entre octubre y diciembre de 2008, la tasa de riesgo argentina superó en varias ocasiones los 1900 puntos, lo cual no fue impedimento para la fuerte recuperación posterior.
En el mencionado editorial, se asigna el crecimiento de la tasa de riesgo "de la mano de un exacerbado intervencionismo estatal y de erróneas medidas gubernamentales". Entre otras razones, se cita "la forma extremadamente agresiva con que se lo renegoció (el default declarado a fines de 2001), nos han puesto prácticamente en la categoría de un país estafador".
Cabe recordar que con la renegociación de la deuda pública de 2005 la tasa de riesgo de Argentina bajó de algo más de 6600 puntos a menos de 1000, por lo que fue una exitosa renegociación de deuda. Además de haberse obtenido un fuerte descuento, se trató de un proceso voluntario que evidenció una alta tasa de aceptación. Muy lejos de una "estafa" y muy cerca de un ejemplo de resolución de crisis de endeudamiento.
RELACIONES CARNALES. De la entrevista a varios economistas que asistieron a la reunión en la Embajada de Estados Unidos en Argentina, convocada para seguir los resultados de las elecciones estadounidenses, se confeccionó un artículo titulado "Pagar la deuda en default, la clave para reencauzar la relación" (La Nación, 08.11.12). En el artículo se cita a Miguel Kiguel expresando que "desgraciadamente la Argentina no puede aprovechar" esta coyuntura de alta liquidez "para financiar inversión pública y privada, ya que el alto nivel de riesgo país implica que el mercado internacional está cerrado para los emisores argentinos". En realidad, todos los comentarios apuntan a volver al endeudamiento, porque esta coyuntura de alta liquidez, como la define Kiguel, esta formada por capitales altamente especulativos; en estos momentos esos capitales están migrando de Brasil, país que posee grado de inversión, hacia otros destinos más rentables.
En este punto conviene destacar las declaraciones de Enrique Iglesias, expresidente del BID, quien comentó que la acción de los grupos de holdouts es "perniciosa", ya que su actividad es "de una especulación desenfrenada".
Esos especuladores desenfrenados, liderados por Paul Singer, un magnate de Wall Street, son los que está presionando sobre el juez Griesa para una rápida resolución; aún con la pronta información solicitada por el juez a las partes para el 19 de noviembre, la implementación de la cláusula pari passu, o de trato igualitario, no será de fácil aplicación, por lo cual el proceso aún no está definido. No obstante, la firme decisión del gobierno argentino de cumplir con las obligaciones hace suponer una sólida defensa de las posiciones sostenidas hasta el presente y ratificadas en las últimas declaraciones de la presidenta.
ACLARANDO CONCEPTOS. En muchas oportunidades, desde esta columna salí a polemizar con temas que son instalados por los medios y que generalmente no resisten el análisis de los números que le dan sustento económico.
En estos días se ha repetido con cierta asiduidad que se evidencia un aumento en los cheques rechazados, así como un incremento en la mora crediticia, junto con una ralentización de los depósitos y préstamos, cóctel que indicaría problemas significativos en el sector productivo y de consumo. Sin embargo, el comportamiento actual del sistema financiero no avala esta tesis.
Los depósitos totales del sector privado vienen creciendo a octubre a un ritmo del 23% anual, a pesar de que los depósitos en dólares han descendido un 46% respecto de octubre de 2011, dado que estos últimos poseen una escasa participación; los depósitos en pesos crecen a un 39% anual, y los plazos fijos a un 52 por ciento.
En el caso del total de préstamos al sector privado no financiero, estos vienen creciendo a un ritmo del 27%, aunque los créditos en dólares cayeron en el último año un 40%; al igual que los depósitos, los préstamos en dólares tienen una escasa participación en el total. Los préstamos en pesos vienen creciendo al 37%, con especial énfasis en aquellos destinados a las empresas. Además, hay políticas que promocionan los préstamos productivos, como la línea del Bicentenario, que ya ha licitado unos $ 5100 millones, o el Crédito para la Inversión Productiva que terminará generando financiaciones por cerca de $ 15 mil millones, de los cuales al menos un 50% se destinará a las MiPymes.
En el caso de los cheques rechazados, cuya importancia debe medirse como porcentaje de los cheques compensados (los que se depositan en los bancos), esta ratio subió algo en el primer semestre de este año, pero en agosto y septiembre ya se acercó a los niveles normales de estos últimos años.
La mora de familias evidentemente aumentó. Pasó del 2,2% en diciembre de 2011, al 2,7% en julio y se mantuvo en agosto. Pero este nivel es mucho más bajo que el 3,5% de mediados de 2007. Lo mismo sucede con la cartera comercial, que creció 0,2 puntos porcentuales entre diciembre de 2011 y agosto de 2012 para situarse este mes en el 1,0% de la cartera total, uno de los niveles históricos más bajos, y mucho más respecto de mediados de 2007, donde se ubicaba en el 3,2%, antes de la crisis de las hipotecas estadounidenses.
En definitiva, el sector financiero está creciendo sólidamente, los niveles de mora son históricamente bajos y en los primeros ocho meses de este año los resultados por intereses de los bancos son más altos que en igual período del año anterior, con una gran diferencia según el grupo. Los bancos privados extranjeros poseen hoy una tasa del 7,8%, medida como los resultados netos por intereses respecto al activo, mientras que los bancos públicos tienen una tasa del 3,1%, lo que evidencia dos enfoques distintos sobre el servicio financiero. Sin duda, en algún mes se producirá algún incremento marginal en la mora o en la cantidad de cheques rechazados, pero hasta el momento no se ha evidenciado similar tendencia, ni hay pronósticos de que ello se produzca.
En resumen, el enfoque ideológico es fundamental. Se evidencia en las proposiciones sobre cómo tratar a los fondos buitre y sus presiones, entre aquellos que los defienden y los que detallan su naturaleza carroñera. Pero también surge al interpretar la marcha de la economía, ya sea haciendo un análisis desapasionado o intentando generar expectativas adversas con datos puntuales.