Diputado Nacional por Córdoba y Presidente del Partido Solidario Córdoba
Desde el primer momento, Alberto Fernández promovió un debate que se sustentó en la conciencia, en el entendimiento y en la solidaridad, instando a que todas y todos hagamos los aportes que nos corresponden para sobrepasar unidos la situación actual. Cuando se decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio en el país, el Presidente instó a la ciudadanía a colaborar con la situación de manera solidaria.
Alberto empezó brindando el ejemplo y llamó a una unidad nacional histórica, donde trabajó con propios y ajenos, dejando de lado diferencias partidarias, en pos de la ejecución de políticas sanitarias y económicas que llevaran alivio a los sectores más perjudicados por la pandemia.
Pero no todos respondieron de la misma manera. De hecho, uno de los temas que motivó este artículo, es el debate que se dio entre el Presidente y el sector al que llamó “miserables”.
La antipolítica y el individualismo como banderas
A través del discurso de la antipolítica, el poder económico concentrado del país cuestionó cada paso del Gobierno Nacional, buscando instalar que no hay una preocupación por la situación de las PyMEs, la economía y el trabajo, y poniendo en duda la necesaria extensión del aislamiento social, preventivo y obligatorio anunciado días atrás.
Para contextualizar, el poder concentrado fue quien se benefició con el endeudamiento del país y con el achicamiento del Estado y quien no se pronunció por la pérdida de 25 mil pequeñas y medianas empresas en los últimos 4 años. Hoy despiden a miles de empleados, aumentan de manera desproporcionada e injustificada los precios y acumulan y esconden productos de primera necesidad.
Ese discurso y ese accionar que intentan dividir a la población se tornan peligrosos cuando son replicados por dirigentes políticos, y en Córdoba vivimos un par de situaciones:
En Carlos Paz, por ejemplo, el intendente Daniel Gómez Gesteira inició acciones penales contra un colectivo integrado por dirigentes de la oposición y otros vecinos que, dentro de la normativa vigente, entregaron módulos de alimentos a familias en estado de vulnerabilidad.
Otro caso fue el de Capilla del Monte, donde un ex concejal radical fue denunciado ante el INADI después de filtrarse un audio suyo donde plantea que espera que la pandemia haga “una limpieza étnica” y que “con cinco o seis millones de negros menos (…) capaz que este país arranca”.
Apelar a una necesaria madurez política en tiempos críticos y a eliminar el discurso de odio que aún fomentan algunos personajes es fundamental para salir adelante.
El “riesgo” para estos sectores, es que en la perspectiva de que Argentina se sobreponga a esta situación con al apoyo de la ciudadanía, las condiciones cambien porque se ha desnudado como nunca la necesidad de un Estado activo que promueva la igualdad y le ponga un freno a las avivadas de unos pocos. Una vez más, la salida es colectiva.
El camino que transitamos desafía al Gobierno Nacional a dar respuestas rápidas y precisas en muchísimos frentes, al mismo tiempo y sin dejar afuera a nadie. Cada quien tiene un rol muy preciso y fundamental en esta cruzada colectiva donde todos somos importantes.
“Nadie se salva solo”, enfatizó Alberto ante el G-20, y esa frase que tanto molesta marca que la senda para poner a la Argentina de Pie es la solidaridad y nunca más el egoísmo y el odio.