Perfil | Opinión
Por Carlos Heller
Vamos hacia el final de un año que será inolvidable. Pero no sólo por la pandemia sanitaria. Previo a ella, el gobierno actual debió declarar en diciembre de 2019 nueve emergencias. El país todo estaba en emergencia. Su deuda era impagable. El PBI se encontraba en descenso, con una inflación del 54%, una pobreza del 40% y un creciente desempleo, entre otros indicadores críticos. Esa era la Argentina que heredaron Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Sobre ese desastre, a los tres meses, irrumpió otro desastre: la pandemia sanitaria.
A un año de haber asumido, y mientras atraviesa esas dos crisis superpuestas, el Gobierno soluciona cuestiones fundamentales. Por ejemplo, resolvió el problema de la deuda con los bonistas y ha comenzado a encaminar la negociación de la deuda con el FMI. La Argentina avanza hacia un escenario externo despejado.
En la misma perspectiva, la economía continúa recuperándose. Según algunas fuentes, la inversión en este tercer trimestre —comparada con el periodo anterior— muestra signos de crecimiento. Hay un fuerte repunte en la inversión en maquinaria agrícola, entre otros rubros. Ello es consecuencia de la expectativa que genera el sostenido aumento de los precios internacionales de los productos agropecuarios.
El valor del trigo, por ejemplo, sería el mayor desde el 2012. Según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, para la presente campaña 2020/21 “se esperan exportaciones de trigo en grano por unas 10 millones de toneladas” y, gracias a este aumento de los precios del cereal, sumado a las ventas externas que aportaría la harina de trigo, se lograría un ingreso de divisas de aproximadamente 2.800 millones de dólares.
En este escenario, es lógico que haya mayores inversiones con el objeto de optimizar la producción. En simultáneo, los fabricantes de maquinarias para el sector agropecuario han propuesto que las nuevas unidades contengan el 60% de piezas producidas en el país. Si esa maquinaria es producida en la Argentina, se logra que haya más trabajo y, entonces, más trabajadores se conviertan en nuevos consumidores en la economía local.
En la misma línea, el empleo industrial continuó recuperándose. Según el último informe de Situación y Evolución del Trabajo Registrado que elabora el Ministerio de Trabajo, el incremento de la mano de obra en la producción industrial fue en septiembre del 0,4% frente al mes de agosto.
Por supuesto: se trata de indicadores que muestran mejoras, en muchos casos aún leves, en un escenario donde subsisten problemas estructurales.
Se estima que en octubre había exportaciones pendientes de liquidar por unos 5.000 millones de dólares, cuando en septiembre el mismo cálculo daba como resultado cerca de 4.500 millones de dólares. Es decir: pese al trabajo sistemático realizado por el Gobierno para que las empresas liquiden, un sector de ellas incumple la normativa que establece que las exportaciones deben liquidarse a los quince días de realizadas.
Por supuesto, esos 5.000 millones de dólares deberían ser parte de las reservas.
El Banco Central está dando una batalla en ese frente, incluso con suspensiones en el registro de exportadores para aquellos que no están cumpliendo con la normativa. Si esta situación se lograra regularizar, se conseguiría un alivio y un freno a la especulación pro devaluación, que está debilitada pero permanece agazapada.
Estamos saliendo. De a poco, con las políticas públicas adecuadas. Luego de encaminada la negociación de la deuda, también se avanza hacia una imprescindible reforma impositiva y la sanción del Aporte Solidario y Extraordinario de las grandes fortunas es un primer paso en esa dirección. El Gobierno prevé vacunar contra el Covid-19 a 10 millones de argentinos y argentinas desde ahora hasta fin de febrero, luego de haber ejecutado una estrategia efectiva por la cual ningún habitante del país se quedó sin atención médica.
Hace un año el gobierno declaraba nueve emergencias. A los tres meses se sumaba a ello la pandemia sanitaria. Llegamos a fin de 2020 con un país en plena reconstrucción.
