La puja por las divisas

24/02/2013

Tiempo Argentino l Panorama Económico

Por:

Carlos Heller

Quizá el cambio más significativo sea la reducción de la salida de dólares al exterior.

Los datos del Balance Cambiario de 2012, recientemente conocidos, reflejan la evolución del sector externo así como el impacto de las políticas implementadas de administración de divisas.

Quizá el cambio más significativo sea la reducción de la salida de dólares al exterior, llamada formación de activos externos del sector privado, que evidenció una salida neta de US$ 3404 millones, muy inferior comparada con el déficit de US$ 21.504 millones de 2011. Además, la salida estuvo concentrada en el primer semestre, dado que en el segundo semestre se manifestó un pequeño ingreso neto de capitales.

A partir de la política de administración de remesas de utilidades y dividendos implementada durante el 2012, estas han sido exiguas (US$ 225 millones) comparadas con los US$ 4400 millones del año anterior.

También es importante destacar que la Inversión Extranjera Directa (IED) de no residentes en nuestro país creció levemente hasta los US$ 3744 millones, volumen determinado en gran parte por las inversiones en el sector minero que dan cuenta del 45% de la IED total.

La cuenta de servicios, impactada principalmente por el turismo, arrojó un saldo negativo de US$ 3825 millones, mucho mayor que en 2011, dado el incremento de los gastos en viajes de los argentinos en el exterior, y un menor ingreso por turismo receptivo, motivado por la crisis internacional; a ello se suma un cambio metodológico, ya que en 2012 se contabilizaron en esta cuenta las ventas de divisas que antes quedaban disimuladas en las compras para atesoramiento.

Si bien la cuenta de mercancías evidenció un saldo levemente menor en 2012 respecto al año anterior, al mismo se llegó por un aumento del 2% de las exportaciones y un 3% de las importaciones.

El acotado aumento de las exportaciones se dio en gran medida por la baja del 6% en las ventas externas de oleaginosas, aceites y cereales, mientras que el resto de los rubros creció un 7 por ciento. Cabe destacar que los 30 principales exportadores, entre los que se encuentran 14 del sector oleaginosas y cereales, 7 automotrices, cinco petroleras, dos siderúrgicas y dos mineras, acapararon el 56% de las exportaciones totales. La concentración en este grupo también es alta, dado que los primeros diez exportadores dieron cuenta del 31% del total de exportaciones del país.

Con estos datos, a los que se suma una cancelación de deuda pública mayor a la de 2011 por el pago del cupón PBI, efectivizada con Reservas Internacionales, estas exhibieron una reducción de US$ 3305 millones en 2012. En un año de menor crecimiento de la economía, la reducción de Reservas Internacionales podría haber sido muchísimo más profunda, de no haberse aplicado las diversas medidas adoptadas para regular los flujos de divisas.
ABSTINENCIA SOJERA. El precio de la soja en Chicago promedió el mes de enero de 2013 en US$ 526 (el viernes cerró a US$ 547), un valor menor al máximo histórico de US$ 623 alcanzado en agosto del año pasado, muy cercano al pico de julio de 2008 cuando llegó a los US$ 554, y abismalmente lejos de los US$ 277 que promediaron el año 2004.

En este contexto, en el que no se puede descartar el impacto de la crisis internacional, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luis Miguel Etchevehere, acaba de proclamar: "los productores dijeron basta, pidieron medidas de fuerza. Pidieron no comercializar soja por tiempo indeterminado a partir de abril. Tomamos nota los dirigentes y vamos a seguir con asambleas por el resto del país para ver qué opinan los productores" (La Nación, 17.02.13) .

Sin embargo, otros representantes de los productores pusieron en discusión la medida. El titular de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), Carlos Garetto, detalló que "el que dice que es viable no vender soja por un mes, no vive del campo. Para el pequeño y mediano productor, esa medida de fuerza es insostenible y menos aún durante un largo tiempo. Seguramente es una propuesta de los productores que tienen algún ingreso por fuera de la producción agropecuaria" (Ámbito Financiero, 22.02.13).
Queda claro que mientras las grandes empresas tienen espaldas muy anchas para retener y especular con la venta de la cosecha (los datos de concentración de exportaciones son abrumadores), la mayoría de los productores no lo puede hacer. De allí que la decisión de un paro indeterminado es funcional sólo a los intereses de los grandes productores y comercializadores de soja.

Este llamado a la no comercialización da por sentado que los empresarios pueden decidir no comercializar la cosecha de soja, sin importar el impacto negativo que esa decisión pueda tener en la economía del país. Sin embargo, la totalidad de la cosecha es fruto del esfuerzo de todos los argentinos, en especial pero no exclusivamente de los productores, así como de quienes le venden insumos y servicios, y principalmente, de los trabajadores sin cuya participación cualquier producción, no sólo la agrícola, sería imposible. Pensar entonces en retener la soja por tiempo indeterminado no sólo significa avanzar sobre los intereses de los pequeños y medianos productores, sino también sobre el bienestar de toda la sociedad.

También hay que considerar que, muchas veces, el mayor beneficio de ese gran esfuerzo que es la cosecha queda en manos de las empresas concentradas. Sin embargo, esta cuestión no está en la discusión de la Mesa de Enlace, ni tampoco aún en las medidas tomadas por el gobierno. La creación de juntas reguladoras de granos sería un gran paso para garantizarle a los productores pequeños y medianos gran parte de la rentabilidad que actualmente se queda en manos de la industrialización y la comercialización.

Este es un interesante debate para que toda la sociedad participe. Un debate que debe ser realizado con responsabilidad, un adjetivo que no puede aplicarse a la opinión vertida desde la página del partido Unión por Todos, y firmada por un integrante de la fuerza, el abogado Carlos Maslatón, en la que se convoca a los productores agropecuarios a la "legítima evasión tributaria" y a "mantener cuentas bancarias fuera del conocimiento" de la AFIP. En el escrito, Maslatón aconseja a los productores conservar "cada peso y cada dólar" para que sea "invertido eficientemente en el momento de la redención republicana" y para ello pide, entre otras cosas, "realizar contrabando, eludiendo retenciones y cualquier otro impuesto" (BAE, 20.02.13).

Esta postura extrema, que reconoce el origen neoliberal de su autor, que como estudiante participó de la Upau, la agrupación universitaria de la UCeDe, podría considerarse como apología del delito y abiertamente destituyente. Sin embargo, rápidamente tuvo sus apoyos: el 20 de enero, mediante un comunicado de prensa, el Partido Liberal Libertario (sic) que tiene por Presidente del Consejo Honorario a Alberto Benegas Lynch (h), realizó una efusiva defensa del escrito de Maslatón, y sostuvo su habitual prédica contra la excesiva injerencia del Estado, en especial en los temas tributarios.

Estas expresiones dan cuenta de la existencia de múltiples voces, algunas más desmedidas que otras, que acechan para limitar la participación del Estado en la gestión de la economía. Ante estas actitudes y expresiones, se requiere reforzar el apoyo a un Estado activo para que, entre otras regulaciones, controle los costos de las grandes empresas, gestione juntas reguladoras en los diversos sectores y administre las divisas, políticas diseñadas con el objetivo último de mejorar el proceso productivo, para que el mismo impulse un mayor crecimiento asociado a una mejor distribución del ingreso generado.