Tiempo Argentino
07.10.2012 | Panorama económico
Entre las cuestiones tratadas se expresó que los mercados no se comportan como lo estipulan los libros de texto.
Por: Carlos Heller
Las recientes Jornadas Monetarias y Bancarias del BCRA han tenido la virtud de poner en el centro de la discusión académica los temas que son obviados por el pensamiento ortodoxo, al igual que las críticas a esta ideología, que domina las corrientes de pensamiento y las políticas aplicadas en los países desarrollados.
Las jornadas tuvieron expositores de primerísimo nivel académico, de las más afamadas universidades de los países desarrollados y en desarrollo. Entre las cuestiones tratadas, se expresó que los mercados no se comportan como lo estipulan los libros de texto, una observación que cuestiona con sagacidad la validez de la teoría dominante.
Resulta interesante analizar las razones que se expusieron sobre la crisis internacional, que se deriva del modo de funcionamiento del sistema capitalista existente, cuyos orígenes deben encontrarse no sólo en la generación y propagación de los activos que luego derivaron en tóxicos, el enfoque habitual; también hay que buscarlos en la evolución de la tasa de ganancia de las corporaciones en las últimas décadas, y cómo el sostenimiento o incremento de las ganancias empresariales fue posible por la paralela disminución de los salarios reales, que evolucionaron por debajo incluso del crecimiento de la productividad. Para evitar que este proceso de menores ingresos laborales reales desencadenara en menor consumo, y por ende menos producción, se acudió al financiamiento a las familias, que creció astronómicamente desde inicios de esta década.
La presidenta del Banco Central lo expresó claramente en su discurso de apertura "esta crisis del neoliberalismo... tiene raíces mucho más hondas que lo vinculan con ondas de creciente desigualdad en los países centrales, de concentración económica, de pérdida de competitividad, en pérdida de los trabajadores en la discusión del ingreso". Su preocupación por el rumbo futuro de la economía mundial fue compartida con posterioridad por la mayoría de los expositores.
Otro de los temas presentes fue la crítica académica al excesivo interés por la tasa de inflación y por intentar llevarla a niveles extremadamente bajos, a costa del impacto negativo sobre el crecimiento. Se expresó que no hay evidencia concluyente acerca de que los bancos centrales que aplican este objetivo, el de metas de inflación, hayan tenido más éxito en lidiar con los precios que aquellos bancos centrales que se preocupan por el empleo y el crecimiento, además de la estabilidad monetaria. En esta discusión sobre la política monetaria aparece como un gran logro la nueva redacción de la Carta Orgánica del BCRA, y las medidas que se han implementado para orientar el crédito y regular las tasas de interés.
La necesaria reforma financiera internacional fue un tema presente en varios paneles, y así se discutió que el foco de la estabilidad financiera debe ser el adecuado control de las entidades para que sean social y económicamente útiles a la economía en su conjunto y en especial al sector productivo. No faltaron las críticas al accionar de las calificadoras de riesgo, así como se propuso colocar límites al tamaño de las entidades para evitar bancos "demasiado grandes para caer".
Estas son observaciones por demás incompletas acerca del nutrido temario de las jornadas en las cuales también estuvo presente el tema de la restricción al atesoramiento de dólares: Marcó del Pont expresó que "casi es de sentido común que un gobierno como este, que aspira a avanzar y consolidar este proceso de acumulación interna y de distribución del ingreso, tenía que abordar la fuga de los propios argentinos", salida que alcanzó al 4,5% del PIB en el último año, según citó. Las divisas para las operaciones de importación aprobadas, para aquellos que decidieron cancelar sus depósitos en dólares, para el pago de los títulos y sus rentas siempre han estado disponibles y son operaciones que siguen siendo atendidas, entre otras tantas. Aplicar el mote de "cepo" a las legítimas limitaciones al atesoramiento de divisas tiene que ver con esa ortodoxia que se asfixia ante la más mínima regulación, lógicas que han sido criticadas con argumentos contundentes en las interesantes jornadas recientemente realizadas.