La ley de la corrupción

13/12/2024
Caputto

Página/12 | Opinión

Por Juan Carlos Junio

Días discepolianos: un senador de la Nación atrapado con las manos en los dólares, a muy poco de su voto "transfugista" a favor de la Ley Bases de Milei. Un presidente que reacciona contra los “coimeros” cuando todos miran al Gobierno como el culpable de la dádiva, ya que fue el beneficiario directo. El cuadro del cambalache libertario se completa con la amistad del senador corrupto con la vicepresidenta Villarruel, quien le dio la titularidad de la importante comisión de Asuntos Constitucionales. Retorna el fantasma de la compra de votos, una de las expresiones más inmorales de la corrupción que denigra a la democracia, particularmente cuando está comprometido el propio gobierno, aunque ahora nos ofrece infructuosamente huir despavorido. 

El senador votante de la Ley Bases, mutado a leproso, intenta ofrecernos aquello de que “la inocencia te valga”. “Soy inocente, la plata no es mía, es de mi secretaria”. Casta degradada en estado puro, reclutado oportunamente por Guillermo Francos, “el ministro bueno”. En la aplicación del precepto oriental de tomar fuerzas del contrincante, el mileismo y su ejército de trolls utiliza el episodio para ocultar el tema político más trascendente: la decisión del presidente de no darle tratamiento al Presupuesto Nacional. El señalamiento de que Milei prefirió gobernar con el Presupuesto del 2022, potenciando su discrecionalidad en el manejo de los recursos del estado, es veraz; pero insuficiente. La sola idea presidencial de que el Parlamento debía aprobarlo a libro cerrado, demuestra la continuidad del desprecio al Congreso Nacional, expresada desde el primer día, cuando le dio la espalda, y luego con sus insultos al “nido de ratas” y las patoteadas a los parlamentarios y gobernadores. 

La caracterización del Presupuesto como la ley de leyes no es una expresión literaria. Los representantes del pueblo deben debatir y disputar el sentido político en la asignación de los recursos generados por el conjunto del sistema productivo como parte del tejido social y cultural de la Nación. En suma, se trata de un nuevo golpe a la democracia y el avance hacia un modelo de gobierno fujimorista. El Presidente no puede funcionar con un parlamento verdadero inclusive contando con la aquiescencia de una paleta descolorida de “amigables”, que le votan desde la Ley Bases y su RIGI neocolonialista  hasta los vetos en contra de leyes a favor de jubilados, universitarios y científicos. 

El Presidente impone su bando “doctrinario”: ¡Presupuesto, afuera! ¡Parlamento, afuera! Mientras, en la city porteña y de otras plazas celebran al ministro de Economía y al presidente, ya que están en plena fiesta de fantásticas ganancias, especulando con el carry trade, el carrusel de la felicidad de los grandes especuladores locales y extranjeros. Todos declarados “héroes” por el Presidente. Ya no pueden, ni les interesa, ocultar sus opulencias, aunque el país se llene de pobres y hambrientos, los siete millones de jubilados son cada vez más pobres, los trabajadores y clases medias deben soportar tarifazos impagables, y las Pymes sin mercado interno y atacadas por la apertura importadora. El diario El Cronista titula en su página de finanzas y mercados: “Desde que asumió Milei las empresas del Merval valen u$S 43 mil millones más”. Se verifica nuevamente que la riqueza no se esfuma en el aire sino que se trasfiere, desde el sector trabajo a los empresarios supermillonarios. 

Pero no solo ganan los especuladores financieros. Como siempre, los formadores de precios, que controlan monopólicamente cada rama de actividad, cierran el año mileista con aumentos que superan largamente lo recibido por el sector del trabajo. Las tarifas de las prepagas son solo un ejemplo obsceno de la conducta de los triunfadores del proyecto ultraderechista del Milei, sus aliados subordinados del PRO, y los “amigables” que privilegiaron "darle las herramientas de gobernabilidad al presidente". El argumento es tan falso como humillante.

Siguiendo con el hilo discepoliano “solo faltaba pa´completar” el anuncio de Adorni contra los extranjeros. Si bien se trata de otra maniobra distractiva de este vendedor de chiches y abalorios, al decir de Mariano Moreno, disfrazado de vocero, no habría que subestimar la esencia ideológica de la iniciativa contra los estudiantes y usuarios de nuestros hospitales provenientes de países hermanos, con el propósito declarado de ir hacia “un país ordenado que cuide fronteras y proteja a los argentinos”. La dupla Milei – Adorni tiene antiguos inspiradores en la historia negra de la discriminación política y cultural. A principios del siglo XX, actuaba la Liga Patriótica, una organización violenta integrada por pitucos de la oligarquía. Por entonces, atacaban a inmigrantes principalmente italianos que venían con ideas “extranjerizantes” y a judíos con ideas socialistas que convocaban a sindicalizarse y ejercer el derecho a huelga. Un “avanzado” del racismo clasista fue Miguel Cané, quien impulsó la “Ley de Residencia” (4.144), utilizada por gobiernos reaccionarios para expulsar del país a los obreros combativos. Muchos de ellos fueron deportados a sus países de origen, donde serían reprimidos y encarcelados.

El ¡afuera! mileista involucra también a los liberales del crisol de razas, generadores de la gran inmigración de toda Europa hacia nuestro país. Estos ultraderechistas actuales, que exhiben impúdicamente sus ignorancias, admiradores fervientes de Margaret Thatcher y del trumpismo norteamericano, reniegan de los propios liberales fundadores, muy particularmente de su laicismo y su promoción de la educación y las universidades públicas. Eso sí, coinciden en su ideología biologicista que denigra a los pueblos originarios, de allí el voto en la ONU de nuestra Cancillería en contra de una resolución sobre derechos de los pueblos originarios. Argentina fue el único país del mundo que aplicó la “doctrina” decadente de ¡Originarios, afuera!, complementada por ¡extranjeros, afuera! Puro racismo y odio.

La gran concentración y marcha del 5 de diciembre de sindicatos, movimientos universitarios y fuerzas políticas fue una demostración valiosa de las reservas democráticas decididas a sostener la lucha por los derechos sociales de las mayorías.

Nota publicada en Página/12 el 13/12/2024