El diputado nacional Juan Carlos Junio, la socióloga Dora Barrancos y el historiador Fernando Devoto participaron el miércoles 12 de agosto del panel de presentación del libro “Argentinos, judíos y camaradas tras la utopía socialista” de Nerina Visacovsky, que se llevó a cabo en el Centro Cultural de la Cooperación (CCC) Floreal Gorini. La obra explora la manera en que se organizaron los inmigrantes judíos cuando llegaron a Argentina. Algunos traían consigo una cultura de izquierda de distintas vertientes; otros, o sus hijos, la adquirieron aquí. En la búsqueda de preservar ese legado, que era a la vez étnico, cultural, idiomático y político, desarrollaron estrategias institucionales y educativas que encontraron resistencias, mayores o menores, por parte de actores gubernamentales permeados de ideologías antisemitas y anticomunistas. Entre esas estrategias, crearon un programa educativo complementario al de la enseñanza oficial, en ídish, con contenidos reformistas o revolucionarios y con una pedagogía nueva.
“La concepción que trajeron aquellos fundadores e icufistas fue de mucha ayuda para el movimiento cooperativista. Se trata de la concepción de vincular lo étnico con lo social, con lo cultural y con la lucha política; porque si es un objetivo cambiar el mundo, ir por la utopías -que para ellos era el socialismo-, era y sigue siendo imprescindible combinar el rescate de lo mejor de la cultura universal y nacional, y en este caso latinoamericana, con la lucha social reivindicativa y la lucha política para transformar la sociedad con un sentido de progreso. Hoy por hoy, hay que reconocer que, más allá de las derrotas del socialismo real, podemos apreciar que hay una nueva generación de icufistas que defienden lo creado por aquellos fundadores y las generaciones que le siguieron y se proponen continuar con aquel legado, con las características de su generación”, comentó Junio, director del CCC y referente nacional del movimiento cooperativista.
“Este libro habla del pasado argentino, del pasado de la izquierda argentina, y desde ese lugar habla de la Argentina toda, de una Argentina compleja”, comentó Devoto. “Y la complejidad puede verse en esas escuelas judías, ¡qué diversidad! Desde las ortodoxas, a las sionistas de izquierda, a las icufistas. La experiencia del ICUF no era solo ideológica o política, era una cultura en un ámbito de sociabilidad, y Nerina nos lo recuerda. Las sociabilidades tienen una perdurabilidad que sobreviven a las idas y venidas de las modas ideológicas”, concluyó el historiador.
“Nerina viene aquí a este encuentro maravilloso con la comunidad judía en la Argentina. Y con este libro nos ha atado en el siglo 20, en un trayecto que así no se pierde”, comentó Barrancos. Y prosiguió: “tenemos idea de que se trató de una construcción bastante utópica pero que además tuvo consecuencias fundamentales sobre la cultura letrada en Argentina y sobre la cultura política. Y creo que Nerina, en su obra, instala bien la idea de que es posible todavía hacer una cultura utópica, solidaria. Lo que no debemos perder, desde mi perspectiva, es la idea utópica de seguir transformando nuestras sociedades desde la solidaridad”.