Miradas Al Sur | Entrevista a Carlos Heller
El pasado viernes lanzó su precandidatura a jefe de la Ciudad por el Frente para la Victoria. Enumera propuestas de gobierno y describe la gestión del macrismo como una exitosa campaña publicitaria.
Por Francisco Balázs
–¿Cómo se le disputa al PRO esta próxima elección luego de ocho años de gobierno en la Ciudad de Buenos Aires?
–Por varios frentes. En primer lugar no creo que los ciudadanos porteños seamos ni más malos ni menos inteligentes que el resto de los ciudadanos de la Argentina. Sí creo que en los grandes centros urbanos, el poder de penetración de las corporaciones mediáticas es muchísimo más grande, acá y en el mundo entero. En la Ciudad de Buenos Aires está instalado el poder mediático, el poder corporativo y, por lo tanto, tiene una capacidad de derrame de influencias sobre la sociedad que es muy grande, más grande que en otros lugares. Ése es un problema. A partir de allí, yo creo que hay que trabajar en grandes temas. Estoy convencido de que los ciudadanos porteños pueden adherir a una propuesta que les ofrezca un modelo menos individualista, un modelo más cooperativo, un modelo más inclusivo, un modelo donde la ciudadanía recupere participación y protagonismo. La Ciudad de Buenos Aires tiene una ley de comuna aprobada en el 2005 que si se cumpliera las cosas funcionarían de manera totalmente diferente
–¿Se refiere a la participación directa de los vecinos en los cuestiones de su barrio, de su comuna?
–Claro; por empezar habría un interés absolutamente distinto si, efectivamente como dice esa ley, la administración central debe trasferir a las comunas el manejo y la administración de una cantidad de cuestiones de control para su correcta aplicación. Y entonces pienso en la basura, en el alumbrado público, en la poda de los árboles, en los baches que tengo en la cuadra, y pienso en el comisario reuniéndose con la comisión comunal para ver por qué no tengo a la noche en la esquina tal a un patrullero. Creo que tenemos una enorme posibilidad si le explicamos esto bien a la ciudadanía porteña. Hay muchísima más ciudadanía porteña que tiene una visión común de que no quiere cambiar el rumbo pero que es crítica de ciertos aspectos que para esa ciudadanía son de alguna manera chocantes, incómodos. Entonces nosotros tenemos que apelar aquí más que en cualquier otro lado, a la idea de que la expresión del kirchnerismo tiene que ser de enorme amplitud y debe ser capaz de interpelar a la diversidad, la mayor diversidad de sectores. Eso es lo que creo que tiene que ser una de las claves. Yo me acuerdo en el 2009 cuando hacíamos campaña y Néstor decía (lo dijo en algún discurso) no importa el resultado de una elección, lo que nosotros tenemos que hacer es construir la fuerza que vaya acumulando y que vaya creando las posibilidades. Y esa fuerza tiene que ser necesariamente amplia y plural. Y esto es una cuestión a la que nosotros aportamos. Por eso creemos que, aportamos por historia, por trayectoria, por tradición. Creo que esta ciudad aspira a ser gobernada con capacidad de gestión, que pueda gestionar bien
–Uno de los valores que el macrismo supo instalar en su discurso como eje de su campaña…
–¿Pero gestión de qué? El macrismo tiene una coraza protectora notable, y entonces el jefe de Gobierno está protegido, está procesado pero nadie habla de eso. ¿Cuál es la eficiencia de la gestión? Los subtes no los hizo, el tránsito es un caos, la basura está mal, ¿cual es la gestión?
–El impuesto al ABL en los ocho años de gobierno del PRO creció un 850%, y pasó de ser bimestral a mensual; sin embargo, esto no parece mellar ni producir quejas entre sus adherentes…
–Porque también las políticas nacionales influyen en la Ciudad. Y a los sectores medios de estas ciudades les ha ido muy bien. Han ganado mucha plata; entonces, más allá de que tengan cierta aversión a algunos aspectos de la política del kirchnerismo, lo cierto es que han resultado beneficiados con esa política. Y tal vez por eso les duele menos que, por otro lado, el gobierno de Macri les suba los impuestos como se los ha subido. Pero yo agrego un dato: si Macri llegara a ganar la elección nacional (cosa que no creo que suceda), y cumpliera con su promesa de que el primer día levanta las restricciones para la compra de dólares, produciendo una devaluación fenomenal, los porteños vamos a tener un aumento inmediato fenomenal de impuestos porque la Ciudad ha sido endeudada en dólares. Tendría que generar más pesos para pagar esa deuda, para generar más pesos tiene que aumentarle los impuestos a la gente. Así que el jefe de gobierno actual promete que si es presidente lleva a aumentar la presión impositiva de los porteños para arreglar el desbarajuste del endeudamiento que ha hecho durante todo este tiempo. Ahora, ha hecho otras cosas desde la cosmética, las peatonales, las plazas. Y vuelvo al tema de la basura. Cómo con un presupuesto tan grande destinado a este tema no se resuelve, por ejemplo, que haya dos recolecciones de basura diarias, para que no se acumule, o en ciertas zonas que son grandes productores de basura. Entonces me parece que hay que trabajar en desmitificar algunas cosas: no es una gestión eficiente, es una gestión cosméticamente eficiente, publicitariamente eficiente. Otro ejemplo tiene que ver con la guita de los porteños que se está gastando en campaña nacional, ¿cómo es eso de que Macri tiene que estar contándole a los cordobeses lo que hizo en la Ciudad de Buenos Aires con guita del aporte de los porteños. Hay cosas que son muy groseras desde ese punto de vista.
–En términos de infraestructura destacan el metrobus, las bicisendas…
–El tema de la bicicleta, uno no puede decir que esté mal, pero tiene que responder a una planificación. Cómo puede haber una bicisenda de mano doble en una calle de mano única donde además se puede estacionar del otro lado y además pasa una línea de colectivo? Eso es el caos. Pero eso es falta de planificación, falta de criterio, falta de cabeza, cosmética pura. Sobre todo eso se puede trabajar. Yo quiero tirar una idea más de fondo que tengo, creo que Buenos Aires debe ser la única ciudad del mundo en la que en un pequeñísimo radio conviven el gobierno federal, el gobierno del distrito, la city bancaria, el puerto, los tribunales y la terminal de ómnibus. En veinte manzanas. Yo creo que es mucho más complejo pensar en sacar la capital federal de acá, y creo que no sería tan complejo y creo que sería una gran solución, por ejemplo, sacar el puerto de carga de acá y hacer uno en Ensenada y uno en Zárate, de manera que lo que viene del sur se cargue allá, y lo que viene del norte se cargue allá y usar el camino del Buen Ayre que la trazaba perfectamente para generar un corredor norte-sur para que el tráfico del norte al sur del sur al norte no pase por esta ciudad. Con eso sólo se produce un notable cambio. Y si, además, se avanza con la idea de las tres terminales de ómnibus, una para el norte, una para el sur y una para el oeste y no todo metido acá en Retiro y, en serio, extender las redes de subterráneos por lo menos hasta el límite de la Ciudad y desde ahí combinar con otro tipo de transporte.
–La excusa del macrismo fue que no contó con los avales para financiar las obras de extensión de la red de subterráneos como prometió en su campaña.
–Pero si todo lo que ha hecho, es decir, toda la inversión que se ha hecho de la red es con fondos del Estado nacional y lo que él ha hecho con fondos propios, la verdad es una vergüenza. El otro día leía en el diario El País una nota que decía: Subterráneos de Madrid festeja alborozado que le vendió la chatarra que tenía al gobierno de Buenos Aires en cuatro millones y pico de euros. Y acá hacen una bandera y después esos mismos tipos critican los vagones chinos que están modificando el sistema ferroviario de la Ciudad de Buenos Aires. Entonces hay que trabajar, hay que hablar mucho, hay que explicar mucho, hay que insistir mucho y hay que asumir que esto puede ser, o sea, para ganar las elecciones ahora o para crecer ahora y para crear las condiciones para más adelante. Los proyectos políticos no son proyectos de una etapa o de un acto. Después están las cosas que pasan en la historia. Cuando Néstor Kirchner largó su candidatura a presidente no pensó que iba a ser presidente. Pensó que se comenzaba a instalar para más adelante. Los acontecimientos se precipitaron de una manera tal en la Argentina que se crearon condiciones para que él sea presidente con escasos votos. Sin embargo, una vez que tuvo los atributos, el mando del poder, puso en marcha todo este proceso que es fundamentalmente virtuoso, aunque uno pueda decir que tal cosa se podría hacer mejor o lo que destacamos que debemos profundizar.
Entrevista publicada en Miradas Al Sur el 29/03/2015
Heller: “Para construir igualdad, algunos tienen que ceder algo, si no es magia”
En el plano nacional, Heller repasa el año electoral, la conformación de fuerzas opositoras, y define los principales objetivos para profundizar el proyecto politico inicado en 2003.
Por Francisco Balázs
-¿Cómo analiza el curso del año electoral para las presidenciales?
-Cada vez se va perfilando con más claridad que en las próximas elecciones hay un debate y una elección entre dos proyectos e independientemente de quien lo represente lo fundamental es que el actual proyecto político tenga continuidad. Y la respuesta del otro lado es simétricamente similar porque en definitiva dicen "no importa que no pensemos igual, importa que lo que tenemos que hacer es impedir que este proyecto continúe". Es decir que desde ambas vertientes lo que se establece, tal vez con más claridad que nunca, es que lo que está en discusión es la continuidad de este proyecto o su interrupción. Nosotros estamos profundamente convencidos de que los procesos trasformadores son necesariamente largos y también decimos por eso que los conservadores han instaurado algunas cosas como símiles de democráticas pero que en realidad tienen más que ver con impedir que los procesos puedan ser largos, entonces establecen la alternancia. La alternancia cuando no hay objeto de cambio. Cuando se tiene que pensar en reconfigurar un país que durante un montón de años había decidido dejar de ser un país industrial, que era un país de puertas abiertas a las importaciones, que era un país que tendía al desarrollo de servicios complementarios, que no tenía necesidad de desarrollar su matriz energética porque al no ser industrial no era necesario, y en esto vale como ejemplo que hicimos dos gasoductos para venderle el gas a Chile porque no sabíamos qué hacer con el gas. Entonces, la reconfiguración de un país que había privatizado todo lo público, que fue devastado, desmantelado produjo un retroceso al que se lo llevó durante todos esos años que básicamente fueron años de dictaduras militares, alternadas por breves períodos de gobiernos civiles, y que toca fondo, porque creo que hay una continuidad, y el 2001 es el final. Final de ese proyecto que toca fondo. ¿Por qué? Porque era un país brutalmente endeudado que no tenia reservas, que había generado un sistema financiero dolarizado y no tenía dólares que importaba mucho más de lo que exportaba, no podía pagar las importaciones, no podía pagar la deuda externa, no podía nada. Un país que el costo financiero de esa deuda generaba inevitablemente déficit fiscal. Déficit fiscal que no había cómo cubrirlo si no era solamente con emisión y cuando la emisión se acabó, porque ya no se podía emitir más porque tenían la convertibilidad, pasaron a la multiplicidad de las monedas locales.
-¿Además de destacar lo obtenido en estos doce años, cuáles son los puntos que considera como indispensables para profundizar el proyecto nacional del kirchnerismo?
-Podemos discutir lo que falta a partir de afirmar que todo lo que falta se consigue en la dirección que vamos, porque si no entramos sin darnos cuenta en el juego de los que quieren cambiar el proyecto. Si yo miro desde lo que falta, entonces digo para resolver esto hay que profundizar lo que se hizo. ¿Qué falta? En primer lugar el objetivo primordial reiterado, tanto por Néstor como por Cristina luego, es construir igualdad. Construir igualdad, quiere decir que hay que hacer que algunos cedan parte de lo que tienen porque si no es magia. No hay magia, que algunos cedan parte de lo que tienen para que se distribuya entre los otros.
-Si no sería esperar a crecer al 8 o al 10% anual...
-Y no generaría necesariamente igualdad. Se puede crecer al 8 o 10% y seguir manteniendo desigualdades, porque hay dos cuestiones. Una es que el crecimiento puede elevar el piso pero no corrige la desigualdad. La desigualdad se corrige con políticas de redistribución. Las política de redistribución en el sistema capitalista no tienen otra forma que las políticas impositivas, y las políticas impositivas deben gravar las grandes rentas, los grandes patrimonios, las herencias, pero esto no lo digo yo pensando en la Argentina, cuando Thomas Piketty en el libro El capital del siglo XXl hace una descripción de lo que pasa en el mundo, demuestra cómo en los últimos doscientos años lo único que ha habido es un avance permanente del proceso de concentración de la economía, y eso es una ley inexorable del capitalismo que para que pueda ser resuelta Piketty propone estas tres cosas: hay que gravar las ganancias, hay que gravar los patrimonios y hay que gravar las herencias. Muy bien, entonces, ¿cómo se llama eso? Reforma impositiva integral. Creo que es una asignatura pendiente para el nuevo período.
-Mencionó avanzar en una reforma tributaria, ¿qué más señalaría como los próximos desafíos?
-Ley de inversiones extranjeras. La Argentina tiene una ley de inversiones extranjeras que también es una ley de la dictadura, es una ley cortita, tiene poquitos artículos, yo a veces en broma digo: tiene tres o cuatro primeros que definen qué es una inversión extranjera y luego una serie de "podrá, podrá, podrá, podrá", es una ley sin "deberán". Yo creo que tenemos que entender que el proceso de reindustrialización, de mejora de infraestructura, etc., etc., necesita inversión extranjera. Ahora, no cualquier inversión extranjera, no en cualquier condición extranjera, ni en cualquier sector. Esa ley tiene que establecer claramente en que áreas, en qué condiciones, con qué derecho y con qué obligaciones. Eso es otro gran debate pendiente. Quiero destacar que ha habido en el medio la reforma de la Carta Orgánica del Banco central, que corrigió muchísimo las cosas que nosotros aspiramos a corregir con nuestro proyecto. Hasta la terminología de la ley, ahora a partir de la reforma de la Carta Orgánica se habla de usuarios de servicios financieros. Terminología yo diría, absolutamente original de nuestro proyecto, porque hasta ahí se hablaba de clientes de los bancos, consumidores. Usuarios de servicios financieros. La segunda cosa central es que nuestro proyecto de una nueva ley de entidades financieras es taxativamente opuesto a la vigente. Nuestro proyecto dice: los bancos sólo podrán hacer aquellas operaciones para las que están expresamente autorizados. Establece regulaciones respecto del tamaño de las entidades para evitar los problemas que ha vivido el mundo con las entidades demasiado grandes para caer, limita la participación de la banca extranjera para, por otro lado, ponerles freno a cuestiones como la fuga y evasión de capitales. Es decir, es un cambio importantísimo.
-Transporte?
-Es fundamental continuar con el proceso de recuperación de los ferrocarriles porque creo que lo que se hizo hasta ahora no incluye todo, creo que habría que avanzar. Digo, cuando uno dice cosas que se podrían hacer en un próximo período de gobierno creo que con eso ya tenemos ejes, más todo lo que surja, más seguir consolidando nuestro lineamiento internacional, tanto desde lo regional, es decir Mercosur, Unasur, Celac, que es toda una novedad en el tema de los alineamientos. Hay que profundizar el vínculo con los Brics como parte de la construcción de un mundo multipolar y salir de la unipolaridad que significa la revisión al patio trasero de los Estados Unidos. Creo que hay muchísimo por hacer.
-¿Recursos naturales?
-El tema de los recursos naturales, la minería en particular, el tema del medio ambiente, que tampoco quiero plantearlo desde un lugar facilista, pero sí creo que hay que poner límites a lo que podríamos llamar la voracidad por la máxima ganancia que pueden tener las empresas del sector, como la tienen las de los otros sectores, para que los problemas de la contaminación ambiental y el daño al medio ambiente se reduzcan a su menor expresión posible. Hay un equilibrio ahí, pero que requiere legislación.
-¿Comercio exterior?
-Yo mencioné oportunamente que cuando los puertos están en manos de privados, cuando la comercialización esencialmente está en manos de privados, el problema es mucho más complejo que pensar en recrear una Junta Nacional de Granos. No tengo dudas de que hay que crear leyes que establezcan regulaciones sobre la base del comercio exterior. Se está trabajando, por ejemplo, en varios aspectos. Empecemos por el más sencillo, esta última medida que se tomó de diferenciar las retenciones para los pequeños productores marca la intención de retomar aquel camino planteado en el momento de la 125. Es decir, que tributen más los que más pueden y que se alivie la situación para los pequeños de manera de hacerlo más equitativo. Todo el tema de la trazabilidad de los granos, todo esto de que tiene que estar perfectamente identificado, dónde están, quién le vendió a quién. Hay que avanzar muchísimo todavía, aunque creo que se ha avanzado muchísimo en la evasión fiscal en el comercio exterior. Para eso hay que atacar todos los mecanismos de triangulación, es decir toda esta cuestión de que yo le vendo de acá a mi filial de Uruguay y desde la filial del Uruguay exporto, y entonces, digo Uruguay para decir al voleo, digo un lugar donde tengo una posibilidad impositiva mejor. Cosas que además están planteadas en el mundo entero. Por eso destaco que hay que completar el tema de la recuperación para el Estado, para el país del manejo de todo el sistema de carga ferroviaria dotándolo de capacidad y de control para que efectivamente sirva. Si se controlan los puertos se sabe lo que se les pone arriba a los barcos.
-¿Cómo ve la dispersión del movimiento obrero como actor fundamental en la consolidación del proyecto nacional?
-La dispersión de las organizaciones sindicales responde a algunas visiones absolutamente diferentes del proyecto. Cuando nosotros discutimos en la Cámara de Diputados el estatuto de los trabajadores rurales, el Momo Gerónimo Venegas, titular del gremio de peones rurales (Uatre), vino a trabajar en contra, a alegar en contra, para dar un ejemplo concreto. Cuando vemos permanentemente el alineamiento que se produce, que tiene más que ver con la política que con la defensa de los intereses supuestamente representados, creo que ahí tenemos también una de las claves del problema y de cómo debería encararse y resolverse. Pero en última instancia también hay que decir que no se puede resolver desde arriba, lo tienen que resolver los trabajadores. Tiene que haber un proceso de democratización sindical. Hay ejemplos novedosos, como el de los trabajadores de subterráneos, hay infinidad de experiencias de representaciones sindicales mucho más genuinas desde el punto de vista de su proceso de representatividad, con mucho más compromiso con la defensa de los intereses representados en el marco de las políticas globales. Creo que eso es lo que deberíamos poner en discusión. Es decir, cuáles son los verdaderos intereses de los trabajadores argentinos, como parte del pueblo argentino. ¿Están en la defensa de este proyecto o no? Si en nombre de los intereses de esos trabajadores representados se milita en contra de este proyecto, de hecho se está militando en contra de los intereses que se representa. Ahora, eso es una cuestión que tiene que ser resuelta desde el protagonismo de los trabajadores.
Entrevista publicada en Miradas Al Sur el 29/03/2015