Solidario en la Ciudad de Buenos Aires, la fuerza política que encabeza y que aspira a extender por todo el país, el presidente del banco Credicoop, Carlos Heller, habló con Buenos Aires Económico de la crisis financiera mundial, los posibles alcances para la Argentina y el necesario cambio que debería tener el orden capitalista imperante.
Casi como un ejemplo de la línea mercantilista que está en juego con la actual crisis, considera que la gestión de Mauricio Macri en la Ciudad tiene que ver más con el marketing que con la gobernabilidad y que es simplemente consecuencia de su visión privatista.
– Desde su posición dentro de la banca, ¿cómo percibe que la crisis financiera mundial está impactando en la economía argentina? – Hay que separar la crisis financiera y el impacto que tendría en la economía real. La Argentina no parece alcanzada por el impacto y las repercusiones en ese sentido a nivel local, no se visualizan. En septiembre los depósitos bancarios continuaron creciendo y no hubo alza en los intereses que se han pagado.
El sistema parece consolidado y con altísimos niveles de liquidez y es así porque tiene una gran cantidad de fortalezas, como el bajo nivel de participación que el sistema financiero tiene respecto del PBI. Estamos viendo crisis en países donde el crédito del sector privado es del 120% o más, y en Argentina es del 11,6 por ciento.
Aquí hubo un desarrollo inmobiliario muy fuerte que hizo que subieran muchos los precios. Pero se hizo sin financiamiento bancario, por lo tanto no hay una burbuja que se pueda pinchar. Lo que hay es gente que ha sacado dinero del colchón, para decirlo genéricamente.
El mayor problema está en cómo la economía real se va a ver afectada desde el punto de vista productivo.
Si como muchos suponen hay una desaceleración global y una recesión más o menos generalizada uno puede suponer que la posibilidad argentina de exportar va a sufrir restricciones dobles, por caída de precios y de volúmenes. Y podemos sufrir un impacto competitivo por la presencia de productos manufacturados de origen chino, cuyo país necesita encontrar mercados, y podemos encontrarnos con presiones de esos productos que distorsionarían la situación interna.
La pregunta que hay que hacerse es si alcanzarán las medidas que hoy están tomando en los EE.UU.
y en Europa para normalizar la confianza en el sistema financiero y en los flujos de financiamiento.
– En este marco de crisis hubo críticas al pago de la deuda al Club de París y a la reapertura del canje de la deuda, ¿cómo ve esta iniciativa del Gobierno? – Lo primero que habría que decir es que no le hemos pagado nada a nadie. La negociación con el Club de París está en pleno curso.
De lo que yo he visto hay 180 o algo así, de créditos distintos y todos deben ser discutidos uno por uno.
Por lo que me imagino, es un proceso bastante largo de negociación hasta que comience a haber desembolsos efectivos. Por otro lado, por algunos dichos, hay un sutil cambio en la posición oficial argentina desde el anuncio de que vamos a cancelar la deuda al contado, a otra posición que dice “vamos a pagar lo vencido”. Entonces indicaría una modificación de actitud.
– Y sobre los holdouts? – En cuanto al tema de los bonos, habría que decir que se puede estar a favor o en contra del canje, pero el canje no significa desembolso de dinero. El canje es cambiar un bono que hoy está en default por otro que va a estar vivo, que va a valer un 33% de lo que valía el otro y que ese bono vence en el 2033 y comienza a cancelarse en el 2027. Por lo tanto, hablar de desembolsos hoy es por lo menos carecer de información. Por otro lado, hay que decir que con ese canje una de las condiciones para que se haga, por lo menos como viene planteado, es que tiene que haber un desembolso en efectivo de esos tenedores de bonos, es decir que lo que en realidad va a haber es desde el punto de vista concreto y del corto plazo un ingreso de dinero y no un egreso.
La otra cosa que yo agregaría es que aunque el camino de normalización con los mercados internacionales es un paso en la dirección correcta, no tendríamos que cantar loas al mercado, o a nuestra reinserción en el mundo. Porque ese mundo es del que estamos hablando que está explotando, que se está hundiendo. Y si hoy aparecemos menos atacados por esa situación es justamente porque un poco estamos afuera de él.
– Usted fue fórmula con el senador Filmus para jefe de Gobierno porteño, ¿el Partido Solidario que lanza (hoy) se identifica con el Gobierno nacional? – En la Argentina parece que sólo pudiéramos ser oficialistas u opositores.
Realmente estamos convencidos de que hay otra posibilidad y es la que intentamos construir. La de ser autónomos, de tener opinión propia y de tener la capacidad para estar de acuerdo y para ser críticos según nuestra convicción. Lo que el Partido Solidario pretende es tratar de construir la posibilidad de construir una alternativa autónoma que se puede mover dentro de ese espacio. Que suponga que nadie pierde su identidad o que compre a libro cerrado ningún espacio de adhesión. Tenemos la aspiración de construir un espacio plural, amplio y que se mueva frente al Gobierno en una autonomía no confrontativa.
– ¿Se va a lanzar como diputado nacional? – No y sí. Nosotros creemos que primero hay que definir los acuerdos políticos y después las candidaturas.
No es un momento adecuado para que lancemos candidaturas.
Yo soy crítico de las alianzas conformadas alrededor de un candidato.
Yo creo que las alianzas deben ser sobre la base de acuerdos políticos. De coincidencia de objetivos, y cuando se logran esos acuerdos tenemos que discutir quién representa mejor la posibilidad de éxito de ese acuerdo.
– Hablemos de la Ciudad,¿cómo evalúa estos meses del gobierno de Macri? – Macri logró instalar en el imaginario de los porteños que venía realizando un trabajo de años. Lo cierto es que ganó las elecciones y ya pasaron nueve meses y sigue diciendo cosas que son obvias. Por ejemplo, que los hospitales reciben a mucha gente de otros distritos no es algo de lo que se está anoticiando, entonces no se puede utilizar como un argumento para explicar el conflicto y su mal funcionamiento.
Pro otro lado, estamos en el último trimestre del año y he leído que hay rubros en los que ha utilizado entre el 10% y 15% de esas partidas.
Eso está hablando de un nivel de ineficacia muy importante.
Creo que intenta resolver (los problemas), por su visión y mentalidad, con aumentos drásticos de tarifas y la solución, en otro ejemplo, sería avanzar rápidamente en una mejora del transporte público, que es la única manera de descongestionar el tráfico y ofrecerle a los ciudadanos opciones de calidad de transporte público para desalentar el uso del transporte individual.
– En ese sentido, y retomando el tema de la crisis financiera mundial, ¿cree que vaya a haber un paso hacia una nueva concepción del sistema capitalista? – Corremos un gran riesgo, de que terminemos haciéndole sólo unos retoques al sistema. Lo deseable es que esto sirviera para sentar las bases de la discusión de un nuevo orden internacional. El mundo ha sido llevado a una concepción consumista global de despilfarro.
Quizás llegó la hora de pensar en un mundo un poco más racional que éste al que nos han ido llevando. Y que yo resumo en algo sencillo: hay que recuperar el papel de ciudadanos que ha sido reemplazado por el de consumidores.
Nos han convertido a todos en consumidores y creo que es hora de que nos repensemos como ciudadanos.
NUEVA FUERZA POLÍTICA
Esta tarde a las 19, Carlos Heller hablará en el hotel Panamericano, Carlos Pellegrini 551, como principal orador del acto de lanzamiento del Partido Solidario en la Ciudad.
La nueva fuerza política, que aspira a ocupar un espacio progresista y a conformarse como un partido nacional, también tiene ya capítulos en otras provincias.
(Buenos Aires Económico)