Página/12 | Opinión
Por Carlos Heller
Ingresamos en un periodo preelectoral. Sería interesante y necesario poder discutir proyectos de país. Pero Juntos por el Cambio insiste en generar confusión y en rehuir el debate sobre los grandes temas de la pospandemia en la Argentina: crecimiento, trabajo, reducción de la pobreza, distribución de los ingresos y la riqueza, entre otras cuestiones. Nuestro proyecto está a la vista, es el que ya estamos implementando: se lo puede ver en las leyes sancionadas y en las diversas medidas de gobierno. Lo que vamos a seguir haciendo es lo que ya estamos haciendo. Y lo que ya estamos haciendo es lo que comienza a dar resultados.
El Aporte Solidario y Extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la pandemia, por ejemplo, es una ley que ha recorrido, en muy poco tiempo, el trayecto entre su aprobación y el inicio de su aplicación. Por eso, en sentido contrario a las campañas que buscan desacreditar al Parlamento, esta ley muestra claramente su utilidad: en este caso, transfiriendo recursos desde sectores económicos muy poderosos a otros muy vulnerables.
Cuando presentamos el proyecto dijimos que la iniciativa alcanzaría, por única vez, a las personas humanas con un patrimonio declarado de más de 200 millones de pesos. Agregábamos que lo recaudado sería dirigido, entre otros destinos, a la mejora de las condiciones de hábitat y de vida de los habitantes de barrios populares y al fortalecimiento del programa de becas para contribuir al desarrollo educativo y académico.
La semana pasada, luego de unos meses de haber sido aprobada la ley, el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación informó sobre sus planes para la urbanización de barrios populares. Se trata de 214 proyectos de integración en 20 provincias, de los cuales 121 ya están en marcha y 93 se ejecutarán antes de fin de año. Estos están orientados a proveer de servicios básicos a esos barrios: veredas, conexiones de agua y cloacas, red de electricidad, alumbrado público, conexiones intradomiciliarias y desagües peatonales, entre otros. La inversión total para esas 214 intervenciones, de 18.022 millones de pesos, proviene de lo recaudado en un 15% del Aporte Solidario y Extraordinario y del 9% del Impuesto para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS).
En simultáneo, se asignaron 45 mil millones de pesos del mismo Aporte Solidario y Extraordinario a las Becas Progresar. El programa contaba con un fondo inicial de poco más de 25 mil millones de pesos. Ahora superará los 70 mil millones de pesos. Más de un millón de pibes y pibas van a ser beneficiados por esta iniciativa.
Pero no es la única política redistributiva. Hace unos meses aprobamos la ley de modificación del Impuesto a las Ganancias de las personas humanas, por la que los trabajadores y trabajadoras registrados que perciben menos de 150.000 pesos, y los jubilados y jubiladas que cobran hasta ocho haberes mínimos, quedaron eximidos de pagar ese tributo. Por supuesto: esos recursos que los sectores beneficiarios no destinan al pago de este gravamen se transforman en ingresos indirectos que pueden orientar hacia el consumo.
Ahora se ha comenzado a discutir la elevación del piso a partir del cual se debería pagar este impuesto. ¿Qué significa eso? Significa que, desde que se aprobó este tributo, hubo paritarias a la suba consecuencia de que los precios aumentaron más de lo previsto. Por lo cual, los ingresos de un sector de los trabajadores y trabajadoras, jubilados y jubiladas se elevaron por encima del piso originalmente establecido y, entonces, los favorecidos por esa ley se reducen. El aumento de ese piso, una atribución que la norma le confiere al Poder Ejecutivo, permitirá mantener a los 1.200.000 trabajadores, trabajadoras, jubilados y jubiladas alcanzados inicialmente por la medida dentro del universo de beneficiados.
Por un lado, el Estado, a partir de una ley progresiva, traslada recursos desde un pequeño núcleo de la sociedad hacia sectores que necesitan ayuda. Por el otro, renuncia a percibir ingresospor el Impuesto a las Ganancias de una parte de la ciudadanía; los recursos que serían empleados para el pago de ese tributo terminan orientados al consumo y, por lo tanto, a la generación de crecimiento y trabajo, y a estimular el circuito virtuoso de la economía.
En esa línea, el gobierno también lanzó el programa de generación de empleo, por el que las PyMEs que contraten jóvenes serán beneficiadas con una reducción en aportes patronales y con una contribución directa del Estado para el pago de salarios durante los primeros 12 meses de la contratación. A través de esta iniciativa se busca fomentar la inserción laboral de 50.000 jóvenes de 18 a 24 años, en una primera etapa.
En paralelo, se anunció la ampliación del programa Ahora 12 de financiación de compras con tarjetas de crédito. Además de las 12 cuotas, se suman planes de 18, 24 y 30. Se trata de una medida cuyo objetivo es contribuir a profundizar la reactivación económica. El ministro Matías Kulfas afirmó que el programa se vincula “exclusivamente a bienes que se fabrican en el país”, lo que “genera un circuito donde los productores venden más, los consumidores tienen una herramienta que les permite financiar hasta 30 cuotas”, y ayuda “a recuperar la producción y el consumo, luego del Gobierno de Macri y el año de pandemia”. Esta es una pequeña muestra de una serie de iniciativas que el gobierno viene instrumentando de modo sostenido.
Juntos por el Cambio genera un escenario en el que predominan la confusión, el barro y las agresiones. Es claro: no quieren discutir proyectos. Tampoco quieren que alcancemos mayorías parlamentarias que nos permitan sancionar nuevas leyes como las que estamos llevando adelante. Nosotros no escondemos nada. Está todo a la vista: queremos más legisladores para seguir desplegando el proyecto de país que es el que ya venimos desplegando. Ahí están las leyes. Ahí están las medidas de gobierno. Necesitamos sacar más votos para incorporar más legisladores y legisladoras que nos permitan avanzar con los cambios que aún faltan. Lo necesitamos para seguir haciendo, con más fuerza, lo que ya estamos haciendo.