El análisis de Carlos Heller*
La oferta es importante porque dada la alta aceptación que se espera, permitiría que la Argentina salga de la categoría de país en default, categoría injusta dado que en los últimos años ha venido pagando puntualmente. Esta situación permitirá que tanto el Gobierno como los empresarios obtengan crédito externo en mejores condiciones y a menor tasa. Ejemplo de ello es que la tasa del 8,75% ofrecida en el bono Global 2017 es muy inferior a la que pagan hoy los bonos de deuda pública ya existentes. Es importante que no se hayan reconocido los pagos anteriores de los cupones ligados al PBI. Para los inversores minoristas se entregarán bonos a la par con una emisión máxima de u$s2.000 millones, un 10% de la oferta, cuando en el 2005 los bonos Par llegaron al 24% de los bonos elegibles. Como novedad, se anunció que a los inversores minoristas se les abonarán los intereses devengados en efectivo, como una forma de dar un incentivo adicional. Un tema principal es que el Gobierno no paga comisiones, y que tampoco hay posibilidad de que los acreedores se las trasladen. El reconocimiento de los intereses devengados para todos los bonistas se realiza en función de las tasas anteriores a las usurarias del megacanje, y que además no se actualizan, lo que significa una importante punción de la renta y del capital de aquella vieja deuda heredada de la convertibilidad que hoy se canjea.
*Economista y diputado nacional
(BUenos Aires Económico)