Versión taquigráfica
En realidad yo soy integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores y he participado de los debates; entonces pido que se me respete en el uso de la palabra y, como dijo la diputada Stolbizer, que tratemos de no gritarnos y nos escuchemos. En todo caso en el momento que corresponda tomemos las decisiones pertinentes.
En el transcurso de la sesión en la que estuvo presente el embajador Sadous, y usando parte de mi tiempo cosa que luego el presidente me reprochó y lo limitó impidiendo que hiciera otras preguntas que yo tenía dos veces le pregunté al presidente cuál era el alcance del supuesto secreto que la Comisión de Relaciones Exteriores había establecido, porque mientras estábamos sesionando en secreto me estaban diciendo mis colaboradores que diputados que habían pasado rápidamente por la reunión estaban haciendo declaraciones a los medios con juicios de valor que tenían que ver con lo que estaba discutiéndose allí adentro. El señor presidente me reiteró los alcances de ese secreto, y debo decir que la realidad no se ha correspondido para nada con lo que el señor presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores dijo.
Es notable la cantidad de páginas y horas de televisión y radio que hemos escuchado con informaciones o supuestas informaciones o trascendidos de las cosas que se dijeron y las cosas que dijo el embajador Sadous en esa reunión. Dicho sea de paso, a esa reunión no concurrió como testigo sino como invitado, porque como bien aquí se ha aclarado, nosotros no estamos investigando la comisión de ningún delito tarea que le corresponde a la Justicia , sino que se está analizando una serie de cuestiones que tienen que ver con una supuesta diplomacia paralela u otras cuestiones que hacen a las relaciones de la Argentina con Venezuela, según se ha dicho en la propia comisión a través de diversas intervenciones que allí se hicieron.
Quiero decir que hoy a la mañana en la reunión de la Comisión de Relaciones Exteriores hice referencia y fundamenté mi posición de que debía hacerse público lo que se había tratado, en primer lugar, citando –según refleja el diario La Nación los dichos del propio embajador Sadous antes de ingresar a la reunión secreta. Dijo el embajador Sadous en diálogo con los periodistas en la puerta de su casa, según consigna el citado diario: “Mantengo mi opinión. Todo lo que tengo para decir está dicho ante la Justicia."
Cuando le preguntaron si en las últimas horas había sufrido presiones de la Casa Rosada, afirmó: “En absoluto. Hablé con el canciller Timerman y me dio total libertad de acción.” Es decir, el señor Sadous habló con total libertad de acción y sin ninguna limitación, según sus dichos, y repitió lo que la Justicia ya había escuchado de su boca, cosa que además certifica en la misma nota periodística una declaración del presidente de la comisión, diputado Atanasof. Este último dice: “Entiendo que ratificó lo que declaró ante la Justicia.” Esto fue dicho por el señor diputado Atanasof según cita el diario La Nación.
Tenemos entonces una cuestión, que es la siguiente: un señor que hizo una declaración en la Justicia como testigo, declaración que es de dominio público porque no está sometida a ningún tipo de secreto de sumario y de la cual muchísimos diputados teníamos una copia completa en la reunión de la Comisión de Relaciones Exteriores. Según el señor embajador es exactamente lo que ha declarado en la comisión cuando fue citado.
A mi juicio, el tema se desborda cuando en el diario Clarín del día de hoy, bajo el título escandaloso “No me cabe la menor duda, Kirchner estaba al tanto. Lo dijo en Diputados Eduardo Sadous, según consta en la versión taquigráfica”, se cita textualmente: “Sobre si el presidente Kirchner conocía el funcionamiento de esto, yo entiendo que sí, que lo debe haber conocido, evidentemente, por los numerosos viajes tanto de él como del presidente Chávez a la Argentina, por la cantidad de acuerdos que se firmaron en cada ocasión, y no me cabe la menor duda de que estaba al tanto.
“Ese fue el textual del ex embajador Eduardo Sadous hace una semana…”, y sigue la nota.
El hecho de que algunos tengan acceso a esa versión taquigráfica, vaya a saber por qué procedimiento, ha convertido este secreto en un secreto a voces, como a mí se me ocurrió decir hoy en la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto. Alguien me sugirió irónicamente que podríamos decir: “Un secreto a dos voces”. (Aplausos.) Pero vamos a quedarnos con que sólo se trata de un secreto a voces.
Si es un secreto a voces, parece absolutamente lógico que la ciudadanía en su conjunto conozca la versión taquigráfica a la que han tenido acceso medios de comunicación, máxime teniendo en cuenta que el propio embajador dice que contiene lo que ya ha dicho en los tribunales y que no ha sido sometido a ninguna presión, y además considerando que no se trata de ningún secreto de Estado ni están en juego relaciones internacionales ni nada que pudiera justificar tal secreto.
Por eso a los diputados de nuestro bloque, por una cuestión elemental de respeto a la ciudadanía y a la opinión pública, nos parece que dada la cantidad de violaciones al secreto que ha tenido este secreto, es hora de que esa versión taquigráfica se conozca en su totalidad para que quede absolutamente claro qué se dijo, cómo, qué se preguntó y cuáles son las certezas que pueden surgir de las declaraciones que el señor embajador ha formulado.
Por ejemplo, en la declaración judicial –para no hablar de lo que dijo en la reunión dice textualmente que según le consta, los funcionarios argentinos no tenían posibilidad de administración o injerencia en los fondos del fideicomiso, cosa que personalmente me encargué de señalar antes, cuando discutiendo en la comisión, en la sesión anterior a la venida del señor embajador, les dije que dicho fideicomiso era un fideicomiso en el que la Argentina no tenía ninguna injerencia porque era un fideicomiso firmado por dos entes venezolanos: el BANDES de Venezuela y PDVSA, y que administraba los recursos que le llegaban por los pagos que la Argentina hacía por las compras de fuel oil y con los cuales tenía que comprar productos argentinos de una lista que figuraba en un convenio que se había firmado entre la Argentina y Venezuela.
Dije también, y me voy a permitir repetirlo hoy, que tal vez podríamos pensar –no se trata de entrar en la imaginativa y en las teorías conspirativas que hay sectores preocupados por el crecimiento importante que han tenido los vínculos de la Argentina con Venezuela y del comercio argentino con el venezolano.
Si se mira el informe de la Cámara de Comercio Venezolana Argentina surge claramente que la Argentina es un pequeño proveedor aún de Venezuela. El principal proveedor de Venezuela sigue siendo los Estados Unidos, seguido por Colombia y por Brasil, por China y por México y recién después, y bastante lejos, aparece la República Argentina.
Pero hemos escuchado que eso podría preocupar a empresas de otros países que estaban perdiendo mercados. Hemos escuchado decir en algún momento al presidente de Venezuela que en relación al conflicto que tenía con Colombia estaba reorientando muchísimas de esas compras para favorecer las relaciones con países como la Argentina, y eso probablemente preocupa a algunos estados, también a algunos lobbies de grupos económicos y preocupa sobre todo porque permite avanzar en el establecimiento de una relación que al margen de si hay algún hecho delictivo, que habrá que investigar y la Justicia llegará a las conclusiones que correspondan, está más allá de la existencia de la posibilidad, y está constituyendo un hecho virtuoso, donde podemos integrar economías que tienen una enorme capacidad de complementación y que permiten que la Argentina desarrolle exportaciones con altísimo valor agregado, como no hace con ningún otro país de la tierra.
A los que hablan de diplomacia paralela les quiero decir que el INTA y el INTI, de los que nadie habla, tienen oficinas en Caracas.
La apertura de esas oficinas habla de la magnitud de las actividades que están desarrollando estos institutos, incluso en la instalación de plantas llave en mano, de enorme valor agregado que forman parte de los innumerables convenios que han firmado y que seguramente habrán hecho que el ingeniero Martínez viaje mucho más que Uberti o De Vido a Venezuela. Pero nadie se ocupa de eso y nadie dice que se trate de una diplomacia paralela.
Es absolutamente normal que los distintos ministerios desarrollen actividades que tienen que ver con sus funciones específicas y este convenio marco ha sido firmado entre el Ministerio de Planificación Federal y los entes estatales del gobierno de Venezuela. Por lo tanto, su participación allí es absolutamente aceptable y justificada.
En síntesis, creemos que en el marco de una relación que nosotros decimos que hay que defender, proteger y profundizar le va a hacer bien a esa relación que se haga público todo lo que se ha dicho porque sino queda en la opinión pública todo lo que ha trascendido.
Todos los que hemos estado en la reunión sabemos que la mayoría de las cosas que han trascendido se titulan, se suponen o se imaginan, porque no tienen nada que ver con lo que efectivamente se ha dicho; en el mejor de los casos se trata de suposiciones, comentarios y cosas que se dijeron. Sospechosamente vemos que algunas de esas cosas trascienden cinco años después, vaya a saber uno por qué.
Por todas estas razones y por respeto a la ciudadanía, estamos de acuerdo con que se haga pública la versión taquigráfica de la reunión de la Comisión de Relaciones Exteriores y culto de la semana pasada.