12/03/2010 - Buenos Aires Económico - Pág. 5/Sección: Argentina
El análisis de Carlos Heller
La Argentina es un país que tiene un sistema de gobierno presidencialista, no parlamentario. Y esta situación no es sencilla para un Ejecutivo que tiene un Parlamento con dos Cámaras en las cuales la mayoría opositora está plantada en rechazar todo lo que se le proponga y tratar de imponer otro tipo de marco legislativo. Esta postura genera una situación crítica, lo cual nos puede llevar a un camino sumamente complejo.
Resulta indispensable buscar una manera de funcionar para que los distintos proyectos se puedan discutir, que se encuentren consensos que permitan un avance. Los trámites parlamentarios adquieren una complejidad táctica difícil de seguir para no profesionales de la política. Para dar una idea de esta complejidad, investigando más a fondo aparece que una altísima proporción de los decretos de necesidad y urgencia se dieron durante el funcionamiento del período legislativo. También otros decretos obvia-
ron la publicación en el Boletín Oficial, como el firmado por Raúl Alfonsín para implementar el Plan Austral, que establecía taxativamente que "El presente decreto tendrá vigencia a partir del 15 de junio del '85, sin perjuicio de su posterior publicación en el Boletín Oficial". Temas de enorme-trascendencia se instrumentaron por decretos en uso de las facultades delegadas, como la emisión de los Bonos Brady para el reconocimiento y pago de la deuda externa, en el marco del Plan Financiero República Argentina 1992 durante el gobierno de Carlos Menem, o el ruinoso mega-canje firmado por Fernando de la Rúa y Domingo Cavallo por el decreto 648 de mayo del 2001.
Desde la oposición se obvian estas complejidades y muchas veces se enuncian dislates, como ha expresado un jefe de bloque opositor, al decir que "las reservas son los depósitos de la gente"; sin embargo, este disparate puede inculcar miedo en la población como parte de una es-
trategia destituyeme.
La acumulación de reservas internacionales responde a las políticas de defensa del tipo de cambio real implementadas por este Gobierno. Si se hubiese seguido la política de no intervención cambiaría, hoy tendríamos menos reservas y un tipo de cambio sobrevaluado, como muchos otros países.
Considero válido hacer referencia al fenomenal proceso de desendeudamiento que la Argentina tuvo en todos estos años, que es resultado del canje de deuda del 2005 y del crecimiento del producto bruto, combinado con un importante aumento de las reservas. Gracias a estas políticas, se pasó de ser un país in-viable desde el punto de vista de su sector externo, a un país su-peravitario y con un endeudamiento manejable, ya que la relación deuda publica-producto bajó de un 139% en el 2003 a un 49% en la actualidad.
En este contexto debe entenderse el pago de deuda con reser-
vas internacionales, teniendo en cuenta que los pagos se irán desarrollando durante todo el año, con un mayor peso en agosto del 2010, mientras que se espera un fuerte ingreso de divisas derivado de la excepcional cosecha de soja de esta campaña. Ello indica que existen grandes probabilidades para que las reservas utilizadas para el pago de deuda se recuperen con facilidad durante el año.
La utilización de reservas permitirá dejar de emplear recursos fiscales para cancelar deuda y sumar esos recursos para otros empleos más productivos, ya que el país se está recuperando del impacto de la crisis internacional, lo cual requiere un nivel de gasto público de fomento elevado.
Por las razones expuestas la mejor opción existente para cancelar deuda durante este año es la utilización de las reservas.
Porque fundamentalmente, esta decisión tendrá una positiva repercusión en el financiamiento externo tanto del Gobierno como de las empresas privadas en el ex-
terior, al reducir la tasa de interés.
Y porque ello mejora las posibilidades de un mayor éxito en la reapertura del canje de la deuda, de forma tal que la Argentina pueda salir del default, lo que redundará en menor tasa aún y en el acceso a préstamos de fomento de organizaciones y gobiernos internacionales.
La implementación de esta estrategia a partir de una ley sancionada por el Congreso es muy importante, dado que la posibilidad del Gobierno de pagar deuda con reservas internacionales tiene que estar vinculada con una discusión de los recursos presupuestarios y financieros que necesariamente se liberan, y cómo se aplicarán los mismos.
En ese debate, me propongo lograr que el resultado de estos recursos liberados se aplique a la mejora de las prestaciones sociales, tanto en servicios como en infraestructura. Será un primer paso para ir desarrollando políticas que acentúen aún más la mejora en la distribución del ingreso, un tema sobre el cual el uso de reservas para el pago de deuda no es ajeno.
Diputado - Nuevo Encuentro