"El modelo iniciado en 2003 permitió realizar los pagos"

03/08/2012

03/08/2012 Clarín - Nota

Por: Carlos Heller DIPUTADO NACIONAL FRENTE NUEVO ENCUENTRO

El último pago del Boden 2012 marca el cierre de una etapa donde la crisis financiera fue el corolario de la crisis del modelo neoliberal, que intentó mantener la moneda nacional atada al dólar, con una liberalización financiera que elevó drásticamente el endeudamiento en divisas y una liberalización comercial que barrió con gran cantidad de industrias y "lastró" a la economía nacional con cifras altísimas de desempleo y pobreza.

El corralito y luego el corralón fueron la coronación de la crisis de un modelo, cuya salida generó enormes costos financieros, y una destrucción del tejido social en una magnitud histórica. Con una política económica diametralmente opuesta, que generó riqueza en el país y mejoras significativas en la situación social, se pudo saldar por completo la deuda contraída al emitirse este bono.

Los pagos también indican el cumplimiento de los compromisos asumidos con los depositantes, a través de títulos que emitió un gobierno anterior, pero que fueron pagados durante los gobiernos posteriores a 2003.

El Boden 2012 se pagó en 8 cuotas a partir de agosto de 2005. Estos pagos pudieron hacerse gracias a las políticas implementadas a partir de 2003, que incrementaron significativamente las reservas internacionales.

Hacia fines de 2007, cuando la crisis financiera internacional derrumbó el precio de los bonos argentinos y muchos auguraban un seguro default, desde nuestro espacio aconsejábamos comprar Boden 2012 porque analizábamos las fortalezas del modelo; el tiempo nos dio la razón y el bono se terminó pagando íntegramente en dólares.

Hay que interpretar esta capacidad de pago a partir de la exitosa reestructuración de la deuda argentina en 2005 y dentro de la estrategia de desendeudamiento que ha tomado el Gobierno. Porque esa deuda pendiente del corralón no se pagó con más deuda , sino que se utilizaron recursos genuinos para cancelar los compromisos y desendeudar al país, lo que permite una mayor independencia, una estrategia eficiente que fue fuertemente criticada por los analistas neoliberales. A fin de 2011, la deuda en moneda extranjera con los acreedores privados fue del 9,6% del PBI, cuando en 2002 llegaba al 92%. Está todo dicho.