Página/12 | Opinión
Por Carlos Heller
A partir de 2016, el BCRA fomentó la colocación de Lebac (Letras del Banco Central) entre inversores privados, quienes vieron una gran oportunidad para cambiar sus dólares a pesos, e invertirlos en estas letras que daban un rendimiento muy superior a la depreciación del tipo de cambio.
Luego de un determinado período, los inversores cambiaban sus pesos a dólares pero con un rendimiento en moneda dura que difícilmente lo obtuvieran en otras partes del mundo. “Carry trade” fueron las palabras elegidas para denominar estas operaciones. A fines de 2017 y principios de 2018, las Lebac colocadas a los emisores no bancarios ascendieron a un monto promedio de unos 42.000 millones de dólares.
Cuando a mediados de 2018 el mercado internacional le cerró el grifo a la deuda argentina, estos inversores volvieron a los dólares, generando una significativa pérdida de Reservas. Gran parte de los 45.000 millones de dólares tomados del FMI por el gobierno macrista se dedicaron a compensar la salida de estos capitales especulativos.
En la actualidad, estamos nuevamente en una situación en la cual las tasas de interés superan a la depreciación administrada del tipo de cambio (al 2% mensual desde enero de este año). En la primera licitación de octubre, el Tesoro colocó Lecaps (letras de capitalización) a una tasa mensual del 3,9%, bien por encima de la depreciación cambiaria.
De allí que muchos inversores están vendiendo sus dólares para entrar al “carry trade”, al igual que exportadores que están tomando préstamos en dólares en el sistema financiero para convertirlos en pesos y financiar sus gastos operativos. Conductas que están engrosando las Reservas, así como achicando la brecha de los dólares financieros (MEP y CCL) con la cotización oficial.
No resulta fácil avizorar cuánto tiempo más durarán estas conductas. De hecho, el BCRA acaba de reducir su tasa de política monetaria al 35%, y habrá que ver cómo impacta en los mercados, junto con la evolución que pueda tener el mecanismo de depreciación diaria del peso. Pero es claro que para lograr lo que se proponen los inversores que hacen “carry trade”, ganancias excepcionales en dólares, en algún momento tendrán que convertir nuevamente esos pesos en dólares. Aunque actualmente casi no se menciona, es el modelo de valorización financiera que estuvo presente en las gestiones de Martínez de Hoz, Menem y Macri. La historia nos muestra cómo han terminado.
¿Brotes verdes?
Hace ya meses funcionarios de alto rango del Gobierno están hablando de la “recuperación” de la actividad productiva, mostrando cifras aisladas. Y son aisladas porque los sectores que evidencian alguna mejora son pocos. No obstante, si bien las variaciones mensuales de julio y agosto del Estimador mensual de actividad económica (EMAE, anticipador del PBI) mostraron valores levemente positivos, aún nos encontramos en un nivel de actividad que se encuentra por debajo del registrado en 2023. En el acumulado de los 8 primeros meses de 2024, el EMAE se ubica un 3,1% por debajo del mismo período del año anterior.
En efecto, mientras la Industria (-13%), la Construcción (-20%) y el Comercio (-11%) mostraron caídas interanuales acumuladas a agosto, éstas no llegaron a ser compensadas por el crecimiento de Agricultura y ganadería (42%, influido por la baja base de comparación dada la sequía de la campaña pasada) y Minas y canteras (incluye petróleo y gas, 7%).
Vale la pena mencionar el caso de la industria automotriz. Tras la fuerte recuperación registrada en julio, la producción parece haberse estabilizado en agosto y septiembre. Según los datos de la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), las ventas a concesionarios, si bien crecieron un 2,8% en septiembre comparado con igual mes del año anterior, en el acumulado de los 9 primeros meses se observa una caída interanual del 10,7%, pero al desagregar este último dato, se observa que las ventas a concesionarios de vehículos nacionales se derrumbaron un 32,7%.
Un ítem importante, como es el consumo, no repunta, lo que se evidencia en la caída de las ventas en Supermercados y Autoservicios Mayoristas. Según publicó el INDEC, las ventas en los súper en el acumulado a agosto se ubican un 10% por debajo de igual período del año anterior, y en el caso de los Autoservicios la caída es del 13,5%. Informes privados siguen dando cuenta del freno del consumo en los meses siguientes.
La conclusión es que, más allá de las expresiones de deseo de algunos funcionarios de gobierno, no se vislumbra un cambio de tendencia sostenido, que contenga a la mayoría de los sectores e incluya a distintos segmentos de la población, ya que continuamos en un nivel de actividad económica y consumo que se encuentra muy por debajo del alcanzado en 2023.