Por Carlos Heller
La reciente reunión trilateral realizada entre los gobiernos de Brasil, Venezuela y Argentina en Buenos Aires es un paso importante que se suma a los muchos que hay que dar para poder construir un polo independiente que apunte a ser cada vez más formal y más amplio, y más duradero a través de la concreción de proyectos estratégicos que permitan pasar de las palabras a la acción, para que la posibilidad de mejorar la calidad de vida, la autonomía y la emancipación de nuestros pueblos sería una realidad cada día un poco más cercana.
Para ello resulta necesario desarrollar un eje Caracas, Brasilia, Buenos Aires que no solo se exprese en acuerdos políticos, sino que construya emprendimientos multinacionales concretos, como son el Banco del Sur que ya está avanzando y en pleno proceso de creación, como puede ser una Aerolínea regional, como puede ser una empresa de energía regional, como puede ser una empresa de transporte regional, como el Gasoducto del Sur una obra monumental, que unirá Caracas con Buenos Aires, atravesando el Amazonas y del Banco del Sur, sumadas a todas las cosas que surgirán en el camino a la Unión Sudamericana de Naciones, que no tiene que ser solo un acuerdo político o voluntades políticas de integración o posicionamiento común ante terceros, sino realmente, aprovechar la potencialidad de nuestras economías.
Aquí no estamos hablando de fantasías ni de buenas intenciones. Por el contrario se trata de por fin rectificar el camino en un sentido que favorezca nuestras necesidades y complementariedades regionales. En tal sentido vale la pena detenernos por un momento a pensar caminos alternativos a los que nos han hecho caminar durante nuestra historia reciente. Por ejemplo: si en lugar de privatizar YPF hubiéramos avanzado en un proyecto de integración regional de una petrolera que sumara Petrobrás, PDVESA e YPF, esa Multinacional Sudamericana sería la principal petrolera del mundo.
Si nosotros en el balance regional somos superavitarios en lo que está en crisis en el presente y va a estar mucho más en crisis en el futuro, insisto en la idea, somos superavitarios en alimentos, somos superavitarios en energía y somos superavitarios en agua potable, si somos capaces de unir esas potencialidades y las complementamos con proyectos estratégicos comunes, la unión sudamericana de naciones será, verdaderamente, el camino hacia nuestra segunda independencia.