Desgrabación Juan Carlos Junio

14/03/2011

 

12/03/2011 - La Red - Marca de Radio

Juan Carlos Junio

 

Eduardo Aliverti: Bueno, ya que venimos hablando de David Viñas, yo creo que se habló bastante en los homenajes que se hicieron, lo que pudo leerse, del rol de Viñas como intelectual, como provocador, como polémico, algunas cosas además muy bien escritas ¿no? No sé si se habló tanto y en todo caso me parece que se tergiversó, como por ahí lo dice también algún oyente en Facebook, sobre el rol de los intelectuales, sobre el papel de Viñas como intelectual comprometido, me parece que de esto no se habló tanto. Y elegimos para hablar de esto a Juan Carlos Junio, que es el director del Centro Cultural de la cooperación. ¿Cómo te va, Juan Carlos?

Juan Carlos Junio: ¿Qué tal, cómo estás, Eduardo?

E.A: Bien. ¿Me escuchas bien, no?

J.J: Sí, te escucho perfecto, sí.

E.A: Bueno, ¿qué tenés para decir como hombre también de la cultura y al frente nada menos que de un Centro Cultural como el de la Cooperación, a propósito de ese rol de Viñas como intelectual en la política o en el compromiso político?

J.J: Sí, cómo no, es interesantísimo. Yo escuchaba hoy al propio David, muy bueno, en la apertura de tu programa, que en un día como hoy escuchar su voz fue muy emocionante, es muy emotivo, pero adonde quiero llegar es a que él mismo hizo citada en gran parte en sus dichos esta temática que vos planteas y que yo creo que es trascendente para la cultura, para la intelectualidad y para la política. Porque el intelectual, los intelectuales juegan un papel de gran trascendencia con vistas a cualquier proyecto de transformación de la sociedad, reformistas, revolucionarios, progresistas, de izquierda o lo que sea. Y es un problema de debate eterno entre la intelectualidad y la cultura y es una responsabilidad también de los políticos y de los líderes políticos, o sea, creo que es un tema mutuo. David, que no fue un hombre que actuó tanto directamente en la esfera de la política, aunque alguna vez la transitó, más allá de que fue presidente de la FUBA siendo muy joven, anduvo por la primera Izquierda Unida por allá, '88, '89, '90 que era un independiente, pero que estaba en la Izquierda Unida. Yo recuerdo en nuestro Centro Cultural charlas más que nada sobre Cuba, un compromiso -yo diría- ferviente, muy claro. También recuerdo en una oportunidad que fue el epicentro de un gran debate que hicimos en contra de la venida de Bush, que nucleó a muchos intelectuales. O sea que él en ese sentido no tenía un papel, pero lo esencial del aporte, creo, de David viene de su propia obra literaria, que implica la novelística, el ensayo, el teatro, en fin, una obra muy vasta. Y allí él lo que muestra con una gran coherencia, con una gran consecuencia, yo diría con una enorme intensidad, quizás como pocos, tanto en su visión y en sus contenidos como en su estilo, tan filoso, cortante, casi diría agresivo.

E.A: Sí.

J.J: Expresa todo el tiempo esa búsqueda, más allá de que él no se propone escribir un panfleto político, sino que lo que se propone es hacer una obra de arte. Sin embargo hay en la obra de arte una fuerte pulsión, yo diría, una esencia que te lleva a que esa obra de arte tenga un fuerte sentido de crítica política, de crítica social, y un fuerte compromiso ¿sabés qué? con las luchas políticas, aunque él no explica y no despliega en su obra de arte la convocatoria a la lucha política.

E.A: Claro, pero por qué hay que andar explicando todo ¿no? si está ínsito, digo.

J.J: Está ínsito en la obra de arte, pero porque él parte, yo diría, de un lugar ideológico y de toda su formación, de toda su historia personal, parte de una visión ideológica de que el intelectual, el literato, el escritor no tiene que estar quedando bien con el sistema, como decía ahí, en la nota que le hiciste vos. Casi yo diría que David es un especialista en quedar mal con el sistema, lo cual no es poco porque muchos están preocupados siempre por no quedar mal, porque quedas mal, después no te editan, después no escribís en los grandes medios, después no te hacen una película ni una obra de teatro, o se hace una actitud política, moral, intelectual de gran determinación. Y en eso creo que David fue un hombre de una extraordinaria consecuencia y ha dejado... nos va a dejar en ese sentido un valor notable. Ahí estoy viendo un título de Grüner de hoy "no tengo como proyecto vivir en paz", que decía David ¿no?

E.A: Sí, así es.

J.J: En cambio otros creo que vacilan ante esa situación y él todo el tiempo está, yo diría, siendo crítico de esa actitud intelectual, él busca otra cosa ¿no?

E.A: Juan Carlos Junio, el director del Centro Cultural de la Cooperación. Te hago una pregunta más, en realidad te traslado algo que nos llegaba por Facebook de un oyente, que incluso recién compartíamos al aire como pregunta. Y me parece interesante que vos lo contestes como tipo que además está al frente de un Centro Cultural como el de la Cooperación. Esto de si todavía existe el país que produjo a los David Viñas.

J.J: Me quedo mudo, es difícil, pero voy a intentar dar mi impresión. Yo creo que los David Viñas, como intelectuales, digamos, que es la faceta que en este momento estamos dialogando, forman parte de momentos históricos y culturales, no son una golondrina que hace verano, sino que expresan determinados momentos y por eso hay generaciones que expresan momentos históricos, por lo tanto eso es lo primero que quiero señalar. Lo segundo es que efectivamente no podemos soslayar el tajo que significó en la Argentina la dictadura...

E.A: Y después el menemismo, eso decíamos ¿no? después el menemismo.

J.J: Y después el menemismo en términos culturales, y la dictadura en términos culturales y en términos de la matanza de una generación ¿no? Ese es un dato insoslayable que podría dar lugar a pensar en que no hay condiciones para eso, sin embargo yo creo que la historia de la sociedad y de los últimos años en la Argentina. En fin, yo tengo también, como vos decías, contacto con una buena parte de las jóvenes generaciones que investigan.

E.A: Claro.

J.J: Yo tengo, estoy muy esperanzado, creo que hay señales muy claras, muy interesantes, muy valiosas de que se está iniciando un nuevo momento, iniciando en términos históricos, no uno o dos años, sino una fase, un momento, se está iniciando una etapa en la que podemos iniciar con cierta esperanza, esperanza en un sentido -como decía Saramago- de lucha...

E.A: Sí, sí, sí, sí.

J.J: ...de lucha, en la que va a haber una joven generación que va a empalmar con otros que vienen de las anteriores, no solo como David, sino como otros intelectuales que hoy están muy consustanciados con las luchas políticas del pueblo. Y creo que entonces en un nuevo momento histórico, francamente yo creo que estamos ante la posibilidad de que no ocurra lo que él decía. Si vos me permitís, para terminar...

E.A: Sí.

J.J: Ahora lo recuerdo, hace tres o cuatro años en una charla en el Centro Cultural, David hace una charla de la historia del diario La Nación y va asociando las plumas principales del diario La Nación a cada uno de los gobiernos que se van sucediendo, con su obsesión además de ser muy crítico de la oligarquía terrateniente a la que asocia a la violencia del país. Y él dice que hay que tener cuidado con que los jóvenes no tengan como sueño último, yo diría "oculto", terminar escribiendo en La Nación como su objetivo final ¿no es cierto? Que ahora si vos... si tomamos las páginas de La Nación podemos ver a algunos que fueron jóvenes de izquierda que han coronado su periplo escribiendo en La Nación. Creo que podemos pensar con cierto optimismo, Eduardo, en que hay jóvenes ahora y yo diría de la generación intermedia que tienen más que nada puesta la mira, como David, en la crítica social sin concesiones para transformar a la sociedad y no tienen puesta la mirada, digamos, en terminar escribiendo en La Nación.

E.A: Te mando un abrazo, Juan, gracias por habernos atendido.

J.J: No, al contrario, gracias a ustedes, saludos.

E.A: Juan Carlos Junio, el director del Centro Cultural de la Cooperación.