El pedido de condena por parte del fiscal Diego Luciani contra la Vicepresidenta de la Nación, en el marco de un alegato preparado para las cámaras de televisión, y la negativa posterior del Tribunal a cargo del juicio al requerimiento de la acusada de ampliar su declaración quedarán en las páginas más tristes de la historia política, económica, mediática y judicial de la Argentina.
Lo que nuevamente ha quedado en evidencia es que el lawfare impone la culpabilidad como punto de partida. Primero se decide la condena y luego se pone en escena un supuesto proceso judicial para justificarla. De ese modo, se destruye el principio de inocencia, la defensa en juicio y se cae en la aberración jurídica de la condena previa por la cual el acusado debe probar su inocencia en lugar de ser el sistema judicial quien deba probarle su culpabilidad.
Cristina Fernández de Kirchner ha sido condenada antes de que el juicio haya comenzado. Posteriormente, la acusación de los fiscales, amplificada por los grandes medios, actúa como si esa acusación ya fuera la condena. Por ello, lo que resulta eliminado es todo el proceso que incluye fundamentalmente el derecho a defenderse.
La “República” intenta destruir a la República.
Los procedimientos judiciales son transformados en un armazón manipulado ya no al servicio de la producción de verdad sino de las arbitrariedades del poder concentrado.
Estamos ante un ataque que se personaliza en Cristina Fernández de Kirchner pero que está dirigido a todo el pueblo argentino. Las democracias son una conquista de las clases populares para defenderse de los grandes poderes corporativos.
Todos y todas tenemos la obligación ciudadana de defender la democracia en las fábricas, en las oficinas, en las universidades, en los sindicatos, en las calles, y en todos los lugares en los que tengamos la oportunidad de hacerlo.
Como dijo Cristina en el discurso a la ciudadanía que reemplazó al alegato que no le permitieron realizar: “No les importa nada, van por todo. Se los dije una vez antes de irme como Presidenta. No vienen por mí, vienen por ustedes. Por los salarios, por los derechos de los trabajadores, de los jubilados (…)”.
Y agregó: “Nos piden 12 años de prisión por los 12 años del mejor gobierno que tuvo la Argentina en las últimas décadas: el de Néstor Kirchner y mis dos mandatos. Por eso me van a estigmatizar y condenar. Si naciera 20 veces, 20 veces haría lo mismo”.
Carlos Heller, Presidente Partido Solidario
Juan Carlos Junio, Secretario General Partido Solidario