El Foro de São Paulo celebró sus 25 años en el marco de su XXI encuentro, que se realizó en la ciudad de México entre los días 29 de julio y 1° de agosto. A instancias de Fidel Castro, Lula da Silva y otros dirigentes de la izquierda latinoamericana y del Caribe, se reunió por primera vez en la ciudad de San Pablo en 1990. El Partido Solidario (PSOL) participa del Foro en condición de miembro pleno y como integrante del Grupo de Trabajo permanente.
Ciudad de México, 1 de agosto de 2015
Los partidos integrantes del FSP, reunidos en la Ciudad de México, DF, del 29 de julio al 1 de agosto de 2015 bajo la consigna “Igualdad, equidad, justicia social, desarrollo sustentable y soberanía, signos del cambio de Nuestra América”, damos a conocer nuestra posición sobre diversos temas relacionados con la situación internacional y de nuestra Gran Patria Latinoamericana y Caribeña.
Agradecemos a los partidos mexicanos miembros del FSP, especialmente al Partido de la Revolución Democrática (PRD) y al Partido del Trabajo (PT), por auspiciar este XXI Encuentro, en este momento en que los países latinoamericanos y caribeños buscamos profundizar la integración regional con base a los principios de solidaridad entre los pueblos, desarrollo con cooperación y complementariedad, justicia social, democracia y participación popular.
La celebración en el actual momento histórico que vive América Latina y el Caribe, del XXV Aniversario de la creación del FSP, fruto de la iniciativa del ex Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y del líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, nos permiten confirmar, con el avance incuestionable de las fuerzas de izquierda en la región, la trascendencia histórica de la fundación de esta agrupación de partidos y movimientos políticos.
El Foro ha contribuido en medida importante al logro de estos avances y, ahora que el imperialismo y las oligarquías nacionales a su servicio continúan y profundizan la contraofensiva con el objetivo expreso de restaurar en el poder a las fuerzas conservadoras de la derecha, el hecho que la izquierda latinoamericana y caribeña se mantenga unida en torno a este proyecto adquiere particular vigencia y constituye una necesidad insoslayable para el futuro de nuestros pueblos.
Después de veinticinco años de la creación del FSP, una de las experiencias más exitosas y unitarias de la izquierda en la región latinoamericana y caribeña y en el mundo, el balance de la situación política en la región es favorable a las fuerzas políticas que lo componen. Cuando fue creado el FSP, un solo país de esta región, Cuba, estaba gobernado por un partido perteneciente al Foro, y hoy, además de Cuba, estamos en los gobiernos de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Uruguay y Venezuela, a los que debemos sumar cientos de gobiernos subnacionales. La izquierda, con diferentes procesos de acumulación, en los últimos años no ha perdido las elecciones en ningún país de América Latina después de haberlas ganado. La izquierda ha ido revalidando su representatividad en las sucesivas contiendas electorales y ha sido desplazada mediante golpes de estado cuando la derecha no pudo acceder al gobierno por medios democráticos, como en Honduras y Paraguay. Hoy América Latina vive, ya no una época de cambios, sino un cambio de época.
Ante enormes desafíos, los revolucionarios y progresistas del continente debemos reafirmar nuestra convicción de que la defensa de lo alcanzado hasta hoy, independientemente de las limitaciones que se manifiestan en los procesos históricos y de los errores que puedan cometer los protagonistas de estas luchas, es un deber insoslayable; tener claro que nuestro enemigo principal es el imperialismo y la derecha oligárquica aliada a este y que sirve a sus intereses, además de sus propios, y pretenden borrar las conquistas económicas, políticas y sociales alcanzadas; y por ende, la soberanía e independencia nacional conquistada.
Unidad en la diversidad, y la construcción de bloques amplios en torno a un proyecto político común, son condiciones indispensables para poder continuar librando y venciendo este combate. El antiimperialismo y la defensa de las identidades nacionales y regionales en torno a la construcción de un nuevo modelo político y social, ante la penetración económica e ideológica de los poderes imperiales, deben ser pilares que abracemos los hombres y mujeres que nos sentimos comprometidos con los ideales de los próceres de nuestra independencia.
En esta coyuntura resulta muy importante que los partidos políticos de izquierda continuemos articulando mecanismos y vías de comunicación y relacionamiento con los movimientos sociales. Reconocemos los significativos aportes de estos movimientos al proceso actual de transformaciones, donde en algunos casos son claramente la vanguardia de los cambios revolucionarios, y denunciamos la política de penetración del imperialismo sobre determinadas organizaciones representativas del ámbito social.
El FSP reconoce y respeta la presencia de la lucha de los pueblos indígenas como legítimos aportes a otro mundo posible y como alternativas propias y diversas. Los pueblos indígenas defienden el patrimonio territorial de Nuestra América frente a los megaproyectos extractivistas neoliberales que destruyen la Madre Tierra. Reconoce y respeta también la vigencia de los derechos históricos ancestrales y colectivos, los valores de vida comunitaria y respeto a la Madre Tierra, y las formas propias de organización social, política y de ejercicio democrático de cada pueblo originario.
Un nuevo modelo económico y social alternativo al neoliberal que rompa y supere el sistema capitalista, debe contener un atributo imprescindible: el rompimiento con los aun existentes sistemas patriarcales de organización social y política. En ese marco el FSP se compromete con la igualdad plena de todas las personas y demanda la garantía de sus Derechos Humanos independientemente de su género, orientación sexual e identidad de género. Asimismo, el FSP se compromete con las políticas públicas y acciones afirmativas a favor de los afrodescendientes.
Los miembros de los partidos del FSP reconocemos que para lograr una sociedad verdaderamente justa y equitativa es imprescindible la presencia y participación de las mujeres en los diferentes sectores de la sociedad. Es necesario modificar los roles y patrones tradicionales que han sido asignados y asumidos históricamente de forma diferente por hombres y mujeres, desde una perspectiva despatriarcalizadora; deben crearse las condiciones para la emancipación total de la mujer que destierre las bases de la discriminación y la violencia contra la mujer y elimine las brechas de género que aún subsisten al interior de nuestros países. Las políticas y estrategias de nuestros partidos deben asegurar de jure y de facto el empoderamiento de las mujeres en condiciones de igualdad, con paridad de participación, tanto en el ámbito público como en el privado. Continúa siendo un desafío para los partidos de izquierda y revolucionarios el reconocimiento de la agenda feminista como un eje transversal de la incorporación de la agenda de las mujeres y de un correcto enfoque de género en las políticas, programas y acciones que se diseñan en la lucha contra la derecha, el capitalismo opresor, depredador y patriarcal, y la contraofensiva imperial de estos tiempos.
Los procesos progresistas y de izquierda llevados adelante en América Latina y el Caribe prácticamente representan una excepción en un mundo que transita un tiempo de descenso relativo de la unipolaridad estadounidense hacia una situación multipolar en un contexto de crisis económicas, sociales y políticas, así como conflictos armados con implicaciones globales como la agresión y ataque del Gobierno de Israel al territorio palestino, en particular a Gaza, los ataques de EUA y de la OTAN a Irak y Libia, que han llevado al crecimiento de grupos armados fundamentalistas como el “Estado Islámico” (EI), y las agresiones externas multinacionales en contra de Siria. Se señala también la injerencia externa en Ucrania a partir de la alianza entre EUA y la UE con grupos neo-nazistas, tendientes a aislar a Rusia. Las contradicciones entre esta alianza y los independentistas de ciertas regiones del este de Ucrania provocaron la confrontación de ellos con el ejército de este país. Condenamos los ataques ucranianos contra la población civil y demandamos el inmediato cese de fuego. El FSP exige el pleno respeto a la soberanía de Ucrania.
Estos conflictos son expresiones del nuevo diseño de la geopolítica mundial donde Estados Unidos de América trata de afirmar la validez de la hegemonía o reaccionar a las presiones que sufren. En Irak está en disputa una de las principales regiones productoras de petróleo. En el caso de la crisis en Ucrania hay una reacción del Gobierno de Putin a rechazar las provocaciones de la OTAN, organización militar de carácter agresivo e expansionista, realizando maniobras militares afianzando su control en las fronteras con Rusia. En respuesta a las sanciones impuestas por EUA y la Unión Europea a Rusia, el Gobierno de este país decidió embargar la compra de alimentos de estas economías. Esta medida afecta fuertemente a los agricultores de estos países y anima a nuevos proveedores, especialmente los países agroexportadores de América Latina.
Reafirmamos nuestro compromiso con el contenido de declaraciones anteriores, en particular la del XX Encuentro realizado en La Paz, Estado Plurinacional de Bolivia, en agosto de 2014. Apoyamos la constitución del Estado Palestino de acuerdo con las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas, con soberanía sobre los territorios ocupados por Israel desde 1967, nos solidarizamos con la lucha del pueblo saharaui que está impulsando el Frente Polisario y la RASD por los derechos territoriales que les asisten y que están siendo negados por la monarquía marroquí desde 1975. Asimismo, exigimos al Consejo de Seguridad y demás organismos de control de la ONU la vigilancia de los Derechos Humanos en los territorios ocupados por el reino de Marruecos. Saludamos al Presidente de la RASD, Mohamed Abdelaziz, e instamos a los gobiernos de Nuestra América a que reconozcan a este Gobierno permitiendo la apertura de sedes diplomáticas en sus países.
En ese sentido, también apoyamos la independencia plena de Puerto Rico y exigimos la inmediata liberación de Óscar López Rivera, así como condenamos todas las formas de colonialismo, en particular la persistencia de la dominación europea sobre países como Martinica, Guadalupe, Aruba, Bonaire, Curazao, Islas Vírgenes Estadounidenses, San Bartolomé, Anguila, Montserrat, Islas Vírgenes Británicas, Bermuda, Islas Turcas y Cayos, Islas Caimán, San Eustaquio, San Martín y la llamada Guyana Francesa, y reafirmamos su derecho a la autodeterminación. De la misma forma, reivindicamos la recuperación de la soberanía de Argentina sobre las Islas Malvinas como una causa latinoamericana y caribeña. Asimismo, expresamos nuestra inequívoca voluntad de mantener a América Latina y el Caribe como región de paz y libre de guerras, con relaciones de cooperación y complementariedad entre nuestros países. En tal sentido, como sugiriera el Papa Francisco, respaldamos toda iniciativa que apunte a superar, sobre la base del diálogo y el respeto al derecho internacional, el diferendo boliviano-chileno mediante la salida soberana de Bolivia al mar.
Expresamos nuestra solidaridad al pueblo de República Dominicana por ocasión del 50 Aniversario de la invasión y ocupación militar liderada por EUA en abril de 1965.
En este marco de confrontaciones militares, también existe una ofensiva de las fuerzas capitalistas neoliberales y del imperialismo, a través de sus corporaciones multinacionales, empresas y de la banca internacional, buscando controlar los recursos naturales, especialmente los bosques, los mares y las fuentes de agua, que generan conflictos socio-ambientales, territoriales y culturales y violan sistemáticamente los derechos de las comunidades campesinas, indígenas originarias y afrodescendientes en los cinco continentes, comunidades que deberían ser consultadas de acuerdo a la declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos colectivos de los pueblos indígenas a fin de respetar sus derechos territoriales.
Los recientes desarrollos en Europa han confirmado la verdadera naturaleza política de la UE y su modelo de integración – un proceso que, distintamente de los procesos en nuestra América Latina, se caracteriza por su objetivo de dominio económico e político de los grandes grupos multinacionales y de un directorio de potencias cada vez más arrogante, violento e intransigente, como demostrado en el caso de Grecia. El caso griego ha demostrado que la UE de la “solidaridad e cohesión” no existe. Expresamos nuestra solidaridad con los trabajadores y los pueblos griego e europeos en la resistencia contra las imposiciones de la UE, en su lucha en defensa de sus derechos sociales y laborales alcanzados al largo de décadas de lucha, contra las privatizaciones de funciones estatales sociales y de sectores estratégicos de las economías nacionales, en defensa de la democracia y de la soberanía nacional. Desde el FSP queremos denunciar el proceso de recorte de libertades y la escalada de represión en el Estado Español, cuya finalidad es neutralizar el ascenso de los movimientos populares a favor de la justicia social y el cambio político. La nueva Ley de Seguridad Ciudadana, conocida popularmente como “Ley Mordaza”, la reforma del Código Penal y otras normas jurídicas que reintroducen de facto la Cadena Perpetua, asociado a una línea de utilización claramente abusiva de las Unidades Especiales de intervención policial, son expresión clara de este clima que señalamos. Los pueblos de España y Grecia demostraron que es posible revertir las tendencias electorales que fortalecían las políticas de ajustes fiscales antidemocráticos y antipopulares.
El FSP lucha por defender el medio ambiente, los recursos naturales, los mares, los bosques, el agua, los hidrocarburos, la rica y extensa biodiversidad, y los derechos de la Madre Tierra. Asimismo, lucha contra los desastrosos impactos del incremento de los gases de efecto invernadero, en camino hacia la COP-21 en Paris en diciembre de 2015 sobre cambio climático, buscando un acuerdo y compromisos globales que eviten el avance del deterioro de nuestra Madre Tierra, además de impulsar una economía y cultura productiva sostenible, sustentable, renovable, con prácticas solidarias y Buen Vivir e Vivir Bien, superando el tipo de economías primario-exportadoras sometidas al mercado mundial e impulsando políticas que permitan el desarrollo de los procesos de industrialización que generen trabajos dignos para nuestros países.
En este sentido, expresamos nuestra solidaridad con la posición ecológica, humanista y reivindicativa del Gobierno y del pueblo de Ecuador en su lucha contra la transnacional petrolera Chevron, que tanto daño ha causado a su Amazonía y a varios pueblos del mundo.
Apoyamos los esfuerzos dirigidos a continuar estimulando la participación de agrupaciones políticas de izquierda del Caribe en el FSP, dirigida a una mayor integración entre nuestros partidos, movimientos y pueblos.
En el momento actual afloran dos elementos políticos de la mayor importancia. Uno de ellos es la indiscutible continuidad en el avance de las fuerzas progresistas y de izquierda en América Latina y el Caribe. Felicitamos a los pueblos de Bolivia, Brasil y Uruguay por las victorias obtenidas en las elecciones presidenciales de 2014, con las respectivas fórmulas electorales de Evo Morales Ayma y Álvaro García Linera, Dilma Rousseff y Michel Temer y Tabaré Vázquez y Raúl Sendic.
Expresamos nuestro apoyo y confianza en el liderazgo histórico de la Revolución Cubana y en el Partido Comunista de Cuba, que conducen el proceso de actualización del modelo económico y social hacia la consolidación de un socialismo próspero y sostenible, con gran importancia estratégica y económica para el país y para toda América Latina y el Caribe.
Saludamos las victorias recientes de Cuba, como la libertad de los 5 Héroes cubanos que estaban encarcelados en prisiones estadounidenses por luchar contra el terrorismo practicado contra el pueblo cubano, y la retirada de Cuba del listado de países que promueven el terrorismo.
Respaldamos la decisión soberana de Cuba de restablecer relaciones diplomáticas con EUA, en el camino hacia una eventual normalización de los vínculos bilaterales sin hacer concesión alguna a los principios defendidos por la Revolución a lo largo de más de 56 años. Ha sido este hecho trascendental, el fruto de la resistencia del pueblo cubano y de la solidaridad permanente de sus hermanos latinoamericanos y caribeños. Según el propio Presidente de EUA, Barack Obama, en su discurso de 17 de diciembre del año pasado, la política con pretensiones de aislar a Cuba “provocó un aislamiento regional e internacional” de EUA.
A pesar de eso, se mantiene el criminal, injusto e inhumano bloqueo comercial, financiero y económico sobre la Isla, y aunque el pueblo y Gobierno cubanos han sabido salir adelante, debemos continuar nuestra lucha por el levantamiento de ese cerco. Igualmente debemos luchar por impedir la aplicación de leyes de carácter extraterritorial con las cuales EUA pretende presionar a gobiernos y empresas amigas de la Isla, y también por la desactivación de la base militar estadounidense en Guantánamo y la devolución de ese territorio a la soberanía de Cuba.
Saludamos al mensaje social y espiritual del Papa Francisco, el primer Papa latinoamericano, en su gira por Ecuador, Bolivia y Paraguay, invitando a los movimientos sociales a la lucha por la tierra, un techo y trabajo digno para todos, e invitando a la juventud a la protesta con propósitos de solución a los problemas que confrontan.
En Centro América se presenta una situación política en la que se combinan la izquierda en el gobierno (el FSLN en Nicaragua y el FMLN en El Salvador), crecientes e importantes espacios institucionales en manos de la izquierda (LIBRE en Honduras y el Frente Amplio en Costa Rica), y expresiones de lucha popular masiva en contra del poder de las oligarquías, que ha entrado en una grave crisis de legitimidad, detonada por los escándalos de corrupción (Honduras y Guatemala), denunciando a los regímenes militaristas de Honduras y Guatemala que continúan asesinando sistemáticamente y haciendo prisioneros a dirigentes políticos y sociales de la oposición, y tanto los autores materiales como intelectuales de los mismos continúan impunes.
Condenamos la criminalización de las luchas sociales en varios países, particularmente en Colombia, Perú, Paraguay, Guatemala y Honduras. En Guatemala y Honduras, las alianzas militar-oligárquicas que gobiernan estos países recrudecen la represión contra los pueblos indígenas y los movimientos reivindicativos en defensa de los bienes naturales, la tierra y sus territorios, que están siendo invadidos y saqueados por empresas nacionales y transnacionales. Expresamos nuestra preocupación por la escalada de violencia en Paraguay y la persecución y criminalización al movimiento popular. Repudiamos los asesinatos a dirigentes campesinos, periodistas y militantes sociales. Exigimos la liberación de los presos políticos y el inmediato esclarecimiento de la masacre de Curuguaty. Alentamos el significativo avance de las fuerzas de izquierda paraguayas con el Frente Guazú, que en noviembre de este año disputará las elecciones municipales en el 85% de los municipios del país.
Apoyamos las experiencias políticas y sociales que demandan cambios sustanciales en las leyes que permiten la corrupción y limitan la participación electoral democrática de las fuerzas de la izquierda y de las diversas expresiones de la sociedad.
Expresamos también nuestra preocupación por la grave situación de violación a los Derechos Humanos que padecen las y los migrantes sudamericanos, caribeños, centroamericanos y mexicanos, todos cruzando el territorio de México, donde existe una crisis humanitaria, hacia EUA. Demandamos el respecto a su vida e integridad física y a sus derechos, y la no criminalización de la migración con la garantía del derecho a la movilidad humana o a migración. Nos preocupa la detención de cientos de niñas, niños y jóvenes por las autoridades migratorias estadounidenses y condenamos las actitudes xenofóbicas de grupos conservadores del país que buscan expulsarlos violando sus propias leyes. Nos solidarizamos con el movimiento migrante en EUA en su demanda de una reforma migratoria integral. Asimismo, condenamos los asesinatos de la policía contra la población afrodescendiente y la criminalización permanente de las y los migrantes latinos en su territorio.
En ese contexto hay que destacar la hegemonía revolucionaria ejercida por el sandinismo en el poder en Nicaragua, donde se aprecian grandes avances en la reducción de la pobreza y de la desigualdad social, la democratización de la economía, la instauración de un modelo político con protagonismo popular, la equidad de género, la protección de la Madre Tierra y la restitución de derechos del pueblo nicaragüense, lo cual se expresa en el gran respaldo popular sostenido con que cuenta el sandinismo desde hace ya varios años. La gestión del actual Gobierno sandinista encabezado por el Presidente de Nicaragua, Comandante Daniel Ortega, ha garantizado este mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo nicaragüense, en el marco de un sostenido crecimiento económico que tendrá su consolidación sustancial con la construcción y puesta en marcha del canal interoceánico.
El actual Gobierno del FMLN, encabezado por Salvador Sánchez Cerén, miembro de la comandancia general en la guerra civil, negociador y firmante de los Acuerdos de Paz en 1992, continúa y profundiza los cambios de transición democrática en El Salvador iniciados en 2009 con el primer Gobierno de ese partido, en medio de una feroz contraofensiva mediática y con acciones directas sobre la vida pública del país. Asimismo, reiteramos nuestro apoyo incondicional al proceso de cambios que vive el pueblo salvadoreño y expresamos nuestra solidaridad ante la campaña de desestabilización que impulsan la oligarquía y fuerzas golpistas locales y extranjeras en contra del Gobierno del FMLN legítimamente electo, con la pretensión inequívoca de revertir las transformaciones alcanzadas y recuperar sus privilegios, y convocamos a nuestros miembros a participar y felicitamos al FMLN por la realización de su 1er. Congreso en noviembre de 2015.
Para avanzar en la ocupación y consolidación de espacios desde los cuales defender con efectividad los intereses populares, así como en el acceso de la izquierda al poder para emprender las transformaciones sociales y estructurales necesarias, se impone la imperiosa necesidad de la unidad de proyecto político y de acción, incluso en las elecciones, de todas las expresiones organizadas de la izquierda, así como a nivel de todo el movimiento popular social y revolucionario.
Declaramos nuestro respaldo al compañero Evo Morales, a su Gobierno y al MAS-IPSP, al mismo tiempo que felicitamos al pueblo boliviano por los grandes logros obtenidos en este proceso de cambios profundos: construcción del Estado Plurinacional, la aplicación de un modelo económico que genera excedentes y los redistribuye en beneficio de toda la población a través de distintos mecanismos, el inicio de un proceso de industrialización como resultado de la recuperación de la propiedad estatal de los recursos naturales, el protagonismo de los movimientos sociales en la transformación revolucionaria y la articulación del socialismo con el proyecto emancipador de los pueblos indígenas.
Exigimos la aparición en vida de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, y de los más de 30.000 desaparecidos, así como justicia y verdad para los más de 100.000 muertos. Condenamos la política represiva y punitiva del Gobierno mexicano hacia los movimientos sociales, en especial el de los maestros, y exigimos su cese inmediato.
En Chile nos solidarizamos con el impulso de las reformas estructurales que plantea el programa de gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, a la cabeza de la coalición Nueva Mayoría, por una nueva Constitución que supere la legada por la dictadura militar, y la demanda de Asamblea Constituyente impulsada por fuerzas de izquierda dentro y fuera del Gobierno, y la lucha del pueblo chileno.
En respuesta a estos logros, la derecha y ultraderecha fascista reinciden en implementar una estrategia de desestabilización en gran medida como reacción a su incapacidad de derrotar políticamente a las fuerzas populares que en sucesivas contiendas han resultado vencedoras.
México es de las escasas naciones latinoamericanas donde aún no ha llegado un partido de izquierda al Gobierno nacional. A pesar del evidente fracaso de una política económica que por espacio de 30 años no ha rendido frutos. Treinta años de estancamiento económico, entre crisis, devaluaciones y recesión. La inseguridad, el crimen, la corrupción y la impunidad siguen el panorama de todos los días. Ante este panorama, hacemos un llamado a la unidad de las izquierdas y a las organizaciones sociales, para que se constituyan en una alternativa viable para que el pueblo mexicano retome el rumbo del desarrollo y acompañe al proceso transformador que actualmente se está desarrollando en la mayoría de los países de Nuestra América.
Como parte de la contraofensiva global del imperialismo y de las derechas, es necesario alertar a los partidos y gobiernos de la región sobre el peligro de la restauración conservadora que actúa en nuestros países, a través de una amplia gama de instrumentos subversivos dirigidos y coordinados por EUA, conjuntamente con organizaciones políticas y sociales de la derecha, corporaciones transnacionales, medios de comunicación, entre otros actores contrarrevolucionarios, que atentan contra los gobiernos que en su opinión constituyen un obstáculo o afectan su interés global.
Actualmente está en curso lo que puede denominarse “guerra no convencional”, a ejemplo de agresiones militares como en el caso de Libia, y determinadas prácticas de influencia política de mediano plazo se combinan con una mayor radicalidad en las acciones desestabilizadoras, que desembozadamente procuran el llamado “cambio de régimen” mediante revueltas “supuestamente populares”, focos terroristas e injerencias imperialistas que pueden derivar en un conflicto armado, como es el caso sirio.
La República Bolivariana de Venezuela es una democracia asediada por el imperialismo y sus aliados. De hecho está sometida a una guerra permanente en lo político, económico y psicológico. El decreto del Presidente Obama, que declara a Venezuela una amenaza inusual a su seguridad y decreta la emergencia nacional, es una clara declaración de guerra y un peligro para la paz en la región. La campaña mediática de desprestigio del gobierno y las instituciones del Estado pretenden debilitar la soberanía popular; las acciones emprendidas por algunas ONGs de Derechos Humanos de dudosa actuación y la guerra económica acompañada de acciones subversivas y violentas buscan desmoralizar al pueblo y asaltar el poder por vías no democráticas. Sin embargo, en medio de las difíciles condiciones, el pueblo venezolano se organiza y se moviliza para participar y ofrecer al mundo una victoria contundente el próximo 6 de diciembre, en las elecciones parlamentarias en las que el pueblo chavista, bolivariano y antiimperialista habrá de triunfar
Debemos acompañar el desarrollo de la situación en Venezuela, apoyando las iniciativas de diálogo, y estar atentos a las elecciones legislativas del 6 de diciembre, siendo solidarios y apoyando incondicionalmente al PSUV y al Gran Polo Patriótico, que recientemente tuvieran una victoria expresiva en las previas electorales con un record de participación de 3.162.400 votantes.
En Brasil, luego de la cuarta victoria electoral nacional del PT, PCdoB y otros partidos y movimientos aliados en octubre de 2014, las fuerzas de derecha y conservadoras, con la activa colaboración de la gran prensa, sectores del Poder Judicial y de los aparatos investigativos y coercitivos de los poderes públicos, han lanzado una ofensiva política con el objetivo de desestabilizar el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, criminalizar y judicializar al PT y a la izquierda brasileña, y desacreditar e inhabilitar al compañero ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Aprovechándose de la investigación de actos de corrupción de funcionarios de carrera de la empresa Petrobrás, los ataques de las fuerzas neoliberales pretenden cambiar la legislación referente a esa empresa y a la exploración del petróleo del Pre Sal, buscando crear ambiente propicio a las empresas petroleras transnacionales. El FSP se solidariza con la izquierda brasileña y se posiciona en defensa de la democracia, de la legalidad constitucional y del legítimo mandato de la presidenta Dilma Rousseff, en contra las tentativas de golpe por parte de la derecha brasileña
Expresamos nuestro respaldo y solidaridad al Presidente Rafael Correa Delgado y a los miembros del Frente Unidos y a Alianza PAIS, así como a todo el pueblo ecuatoriano, frente a las manifestaciones beligerantes convocadas por la derecha conservadora ecuatoriana, que intentan fortalecerse a través de la consolidación de un golpe blando. Por estas razones apoyamos el llamado al Diálogo Nacional, convocado por el Gobierno ecuatoriano, que con el proceso de Revolución Ciudadana viene enfrentando la tarea de construir un país más equitativo, justo y solidario. Hacemos un llamado a las y los ecuatorianos a defender todo lo adquirido y al Gobierno, así como a estar en permanente vigilia frente a las posibles intervenciones no democráticas de los grupos de la burguesía, que quieren regresar al pasado, impidiendo de esta manera continuar con el mejoramiento de las condiciones de vida de amplios sectores de la población históricamente excluidos.
Especial mención merece el seguimiento y denuncia de los Tratados Bilaterales de Inversión firmados por nuestros países en la última década del siglo pasado, durante el auge del oscuro neoliberalismo, cuya aplicación puede constituirse, en estos momentos, en factor de profunda desestabilización económica y en instrumento de chantaje internacional a nuestros países, violando nuestra soberanía. Estas estrategias mediáticas, económicas, políticas y sociales, implementadas a nivel nacional e internacional, a menudo preceden a una invasión militar directa, pero también están presentes en la aplicación de los preceptos del llamado poder inteligente puesto en práctica en el periodo más reciente.
Todos estos procesos antidemocráticos contra nuestros pueblos siguen siendo ejecutados en estos días, como la acción de los Fondos Buitres intenta avanzar sobre Argentina, y constituyen una amenaza sobre América Latina y el Caribe utilizándose de instrumentos del capital financiero. Se trata de un novedoso ataque que pretende recuperar la incidencia del neoliberalismo sobre los gobiernos. En ese sentido, resaltamos los esfuerzos y nos solidarizamos con el Gobierno de Argentina liderado por Cristina Fernández de Kirchner de impedir que prospere este nuevo ataque del poder financiero internacional.
Los gobiernos de Chile, Colombia, México y Perú firmaron en abril del 2011 la creación de la Alianza del Pacífico (AP) que, según la Declaración de Lima, trata de “alentar la integración regional, así como un mayor crecimiento, desarrollo y competitividad” de las economías de sus países y “avanzar progresivamente hacia el objetivo de alcanzar la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas”. Además, en 2012 se retomaron las negociaciones para firmar un Acuerdo Estratégico Transpacífico de Cooperación Económica, o TPP por sus siglas en inglés, tratado de libre comercio multilateral que involucra a 12 naciones: Estados Unidos de América, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá, y los latinoamericanos México, Perú y Chile. Es en ese mismo sentido que en muchos de nuestros países, se vienen desarrollando actividades en torno a la denuncia de otras formas de intromisión a través de los tratados como puede ser la negociación del TISA (por sus siglas en ingles) que, pese al secretismo en su negociación, hemos podido acceder informaciones que encienden una luz roja de alerta por los contenidos del mencionado tratado.
Tanto la AP como el TPP buscan impulsar los Tratados de Libre Comercio (TLC) con los países de la cuenca del Pacífico, que han tenido hasta ahora resultados nefastos para nuestros pueblos. Se trata de una creación de los gobiernos de EUA y de las potencias imperialistas que buscan dividir la integración económica, comercial, política y cultural de los pueblos latinoamericanos y caribeños, expresada en los diferentes procesos propios de Nuestra América. El FSP rechaza estas dos formas de subordinación a las grandes potencias.
En este contexto, se destaca la importancia de las reuniones de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) celebradas en Fortaleza – Brasil, en 2014, y en Ufa – Rusia, en 2015, y sus decisiones que crearon el Nuevo Banco de Desarrollo y la “Cuota Acuerdo de Reserva”. Asimismo, las reuniones de la Organización de Cooperación de Shanghái, entre los BRICS y la UNASUR, y entre China y la coordinación de la CELAC y la Cumbre del G-77 más China. Estas representan importantes arenas de discusión y cooperación soberana entre bloques que comparten su malestar con los mecanismos actuales de gobernanza global que todavía responden a la escena internacional establecida hace más de medio siglo y que ya no corresponde a la realidad.
Desde la perspectiva de la unidad e integración latinoamericana, así como de las relaciones Sur-Sur, es importante actuar con mayor pro-actividad en el fortalecimiento de todos los mecanismos de integración y foros políticos regionales como la UNASUR y la CELAC – el instrumento de interlocución de América Latina y el Caribe. De la misma forma el Mercosur, así como el Área Complementaria establecida entre ellos, el ALBA, PETROCARIBE y CARICOM, los que juntos constituyen la cuarta economía del mundo. En este sentido, el FSP debe avanzar en propuestas concretas que consoliden estos procesos de integración y, cuando estos mecanismos de integración plantean la constitución de parlamentos, defendemos que sean de composición plural. No obstante entendemos imprescindible la coordinación y el intercambio entre los parlamentarios pertenecientes a los partidos miembros del FSP.
Respaldamos la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz y Libre de Colonialismo, aprobada en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), efectuada en La Habana en enero de 2014, como documento político histórico de especial trascendencia, que precisa y defiende el derecho de nuestros pueblos a decidir soberanamente su propio destino, sin injerencias externas. Apoyamos los esfuerzos de la CELAC en el camino de la construcción de un proyecto estratégico de integración genuinamente latinoamericano y caribeño.
Saludamos los resultados alcanzados en la VII Cumbre de las Américas, celebrada en Panamá en abril pasado, donde se demostró la capacidad de nuestros países de mantenerse firmes ante las pretensiones hegemónicas del imperialismo. La participación de Cuba por primera vez en estas Cumbres y el respaldo prácticamente unánime a la Revolución Bolivariana ante los ataques del Gobierno de EUA marcaron la actuación de Latinoamérica y el Caribe.
Es fundamental que el Mercosur continúe con el proceso de ampliación de la integración iniciada en el Cono Sur, mediante la realización de las medidas necesarias e imprescindibles para su consolidación en todos los planos, sobre todo en el desarrollo de la iniciativa del Mercosur Social y Productivo. En este marco, debemos darle un impulso definitivo a la incorporación como miembros plenos de Bolivia y Ecuador, como señal inequívoca de solidez del proceso de crecimiento del Mercosur y de la región a nivel internacional. La reanudación de la iniciativa regional requiere acelerar los procesos focales de integración y las cadenas de suministro regionales, la integración energética y de infraestructura, los planes estratégicos, la acción social y la consolidación del Banco del Sur.
El logro de una paz justa y democrática en Colombia es fundamental para la estabilidad de la región. Respaldamos resueltamente el diálogo entre las FARC-EP y el Gobierno colombiano, resaltamos la necesidad del cese al fuego bilateral permanente y de la humanización del conflicto, ytomamos como propias las conclusiones del II Foro por la Paz en Colombia realizado en Montevideo en junio 2015. Nos complace el acuerdo alcanzado por las partes en la mesa de negociación el pasado 12 de julio de invitar a integrarse a la sub comisión del Cese al Fuego a un delegado del Secretario General de la ONU y a un delegado de la Presidencia de UNASUR, para la discusión sobre monitoreo y verificación de lo que se acuerde respecto al punto. Saludamos la designación por parte de la Presidencia Pro Tempore de UNASUR del compañero José Bayardi, del Frente Amplio de Uruguay, para cumplir dicha función. Apoyamos y exhortamos la apertura formal de negociaciones con el ELN y el inicio de contactos con el EPL. Saludamos y vemos como altamente positivo el nuevo gesto del cese al fuego unilateral decretado por las FARC e instamos al gobierno del Presidente Santos a hacer los máximos esfuerzos para lograr un real desescalamiento del conflicto.
Convocamos a todas y todos a la batalla que constituyen las próximas elecciones presidenciales en Argentina, en el mes de octubre de este año, respaldando y apoyando a la formula Daniel Scioli y Carlos Zanini. En estas elecciones, la disputa es nuevamente intensa entre las fuerzas populares y de izquierda contra la derecha y los medios de comunicación, que siguen cumpliendo el papel de principales “partidos de oposición”. Esa victoria es de gran importancia para la continuación del proceso de transformaciones económicas, sociales y políticas en la región latinoamericana y caribeña.
Mostramos nuestra preocupación por el retroceso producido en el caso del Gobierno del Perú, que habiendo ganado las elecciones con las fuerzas de la izquierda que forman parte del FSP y los movimientos sociales, está actualmente alineado con las fuerzas ideológicas y económicas del neoliberalismo extractivista. El pueblo peruano lucha contra el continuismo neoliberal y pro imperialista, por un gobierno democrático y patriótico. Nos solidarizamos y apoyamos a los movimientos sociales campesinos, indígenas, trabajadores, jóvenes, afrodescendientes y mujeres, que junto con las organizaciones de izquierda y progresistas marchan hacia las elecciones generales de abril del 2016, construyendo desde abajo una propuesta de gobierno y poder patriótico, democrático, de regeneración moral, solidario y latinoamericanista, con un solo programa, un solo frente y un solo candidato elegido en primarias abiertas.
Así vamos avanzando y construyendo nuestros propios caminos, surgidos de nuestra propia realidad y de nuestra propia historia. Debemos impulsar y coordinar la convocatoria conjunta de partidos y organizaciones sociales, de comunidades y pueblos indígenas, y de comunidades afrodescendientes de la región a participar en el desarrollo del proceso de integración latinoamericano y caribeño, convirtiendo esta causa en una de nuestras principales reivindicaciones políticas. Sólo el desarrollo de este proceso integracionista garantiza la autodeterminación y la soberanía de nuestros países y, una vez que nuestros pueblos asuman esta bandera, el proceso será irreversible.
Rendimos justo homenaje al legado de las y los fundadores del FSP, simbolizados en los que no nos acompañan físicamente pero están presentan en nuestras luchas: Gladys Marín, Schafick Handal, Tomás Borge, Hugo Chávez, Ana María Stuart y Javier Díez-Canseco.
Finalmente agradecemos al FMLN de El Salvador por su ofrecimiento a auspiciar el XXII Encuentro del FSP en el año de 2016.