LA DERECHA CONTRAATACA
El escenario político abierto luego de las elecciones legislativas del 28 de junio confirma lo que dijimos durante la campaña electoral: “Si se debilita el gobierno, lo que viene es la derecha”.
Aquí y en América latina los factores tradicionales del poder real se han conjurado para erosionar y demoler, si es preciso, a los gobiernos constitucionales elegidos por la voluntad popular que, con matices y claroscuros procuran impulsar proyectos emancipadores destinados a promover el desarrollo económico con justicia social.
A partir del día después del acto electoral y aún antes, los grupos económicos concentrados pretenden instalar una verdadera restauración conservadora, para retornar al modelo perverso de la década pesada. Añoran los privilegios de la “patria contratista”, el Estado mínimo, la privatización del patrimonio nacional, el negocio multimillonario de las AFJP, las superganancias especulativas y la subordinación de nuestro país a los designios del imperio.
Los mismos que impulsaron y sostuvieron los golpes de estado y las dictaduras a lo largo de la historia Argentina, pretenden condicionar al gobierno nacional .
Intentan, cuanto menos, fijar su agenda de exigencias para los que los dos años de gestión presidencial allanen el camino hacia el 2011, cuando prevén volver a imponer la receta de los ajustes permanentes y la subordinación a los organismos financieros internacionales.
Estos grupos que se llenan la boca de democracia no soportan que se hayan retirado los retratos de Videla y Bignone del Colegio Militar de la Nación. Les resulta insoportable que la Argentina se integre con los países hermanos de la región latinoamericana, para sumar fuerzas en defensa de sus identidades nacionales, el desarrollo y la consolidación de sus mercados internos y el diseño de estrategias destinadas a fortalecer la democracia y garantizar la distribución de la riqueza con equidad.
Cabalgan, también, sobre las debilidades del campo popular, que hasta el momento no supo y no pudo construir una verdadera alternativa política que permita defender todo lo que hizo bien en los últimos seis años y garantizar la realización exitosa de todo lo que falta.
Desde el Partido Solidario afirmamos nuestra voluntad de aportar ideas y esfuerzos en esa dirección. Sostenemos nuestra definición de autonomía no confrontativa con la fuerza política gobernante y, al mismo tiempo, el compromiso de contribuir a profundizar el rumbo iniciado en mayo de 2003.
En ese camino, pondremos todo nuestro empeño para consolidar y ampliar el espacio de coincidencias con el más amplio abanico de vertientes del progresismo, la izquierda y la centro izquierda. Hay que superar las visiones mesiánicas y ver con claridad el acecho de una campaña destituyente, con la potencia de una peligrosa contraofensiva que viene por todo. Y esto no es un eslogan ni una especulación teórica. La revancha derechista a los logros de esta etapa histórica tiene nombre y apellido: es la decisión del jefe de gobierno porteño para instalar a Jorge “el fino” Palacios al frente de la policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es, también, la presión para volver a sufrir los condicionamientos del Fondo Monetario Internacional. Se trata, en definitiva, de poner en crisis la gobernabilidad e influir sobre la opinión pública para legitimar un cambio hacia atrás, a contramano de lo que reclaman los trabajadores, las pymes y la ciudadanía democrática en general.
El espacio de las fuerzas progresistas tiene una inmensa responsabilidad y un deber insoslayable: hay que poner todo el empeño en la unidad de acción, sin abandonar las identidades y los símbolos propios de cada vertiente ideológica y política. Debemos articular la organización, las propuestas y las luchas, tanto en el ámbito del Congreso Nacional, de la Legislaturas, en el plano territorial y en todos los terrenos.
Es el momento de trabajar mancomunadamente y con sentido patriótico, para resistir la contraofensiva derechista, afirmar las conquistas obtenidas y honrar el Bicentenario de nuestra gesta emancipadora.
(Declaración del Partido Solidario)