Por Eduardo Fernández
En las últimas semanas hemos enumerado cómo la pandemia golpea a distintos sectores, entre ellos a la pequeña y mediana empresa. También analizamos las medidas del Gobierno de Alberto Fernández para dar asistencia a un sistema productivo sumamente deteriorado.
Las pymes, que aportan el 70 por ciento de la mano de obra privada del país, vienen de padecer cuatro años de destrucción del entramado productivo, a partir de políticas que beneficiaron al sector económico concentrado argentino. Ante el descomunal esfuerzo de este último por buscar chivos expiatorios para no aportar en la búsqueda de soluciones, es imprescindible identificar el rol que jugó y que juega cada actor en esa crisis.
Ataques a las PyMEs
El ataque al sistema productivo durante el macrismo debe entenderse en el plano económico y también en el discursivo. Por poner un ejemplo, ante la advertencia de dirigencias empresarias como Apyme, sobre la situación a la que llevaba el Gobierno anterior a las pequeñas y medianas empresas, el ex ministro de Producción Francisco Cabrera no dudó en llamar “llorones” a quienes reclamábamos en 2016 la necesaria emergencia social y productiva. Este funcionario fue quien afirmó más tarde que “los aumentos de tarifas no impactan en las PyMEs”.
Así se intentó construir una idea del sistema productivo basado en ilusiones, sustentada en metáforas que daban a entender que el Estado no inducía algunas situaciones.
Por su parte, Dante Sica, sucesor de Cabrera, tuvo el triste papel de avalar la etapa de recrudecimiento del ajuste, la fuga de capitales y el endeudamiento externo que llevaron a la implosión del modelo, implosión que el gobierno saliente buscó endilgar a la “incertidumbre” electoral. Siempre buscando culpas en otros factores y no haciéndose cargo de lo que sus políticas generaron.
En abril de 2019 las PyMEs marcharon junto con las y los trabajadores como respuesta a esas políticas y se plantó frente al Congreso de la Nación la bandera con la leyenda “Ni una PyME menos”. Como dato, desde la asunción de Cambiemos hasta esa fecha ya se habían destruido 18.748 empresas a un ritmo de 43 empresas menos por día. Sólo en los primeros cuatro meses de 2019 se contabilizaba el cierre de 5.170 empresas, mayoritariamente del sector manufacturero que genera más empleo de calidad.
El sistema financiero
La política económica de Cambiemos consistió en una gigantesca transferencia de recursos desde el conjunto de la población y el entramado productivo local compuesta en un 95 por ciento por PyMEs, hacia la cúpula empresarial y el sistema financiero especulativo.
Hoy es justamente el sistema financiero el que en la primera etapa del aislamiento obligatorio puso trabas a la asistencia que el Gobierno nacional actual trata de dar a la producción argentina. En ese marco hace algunas horas presenté un proyecto de resolución en la Cámara de Diputados de la Nación que busca dar cuenta del accionar del sector financiero.
Es fundamental cuidar la salud en primer término. En segundo lugar es importante asistir a las mayores generadoras de empleo, como viene planteando el Gobierno nacional. Para ello, uno de los pasos en esta dura tarea es el de poner el sistema financiero al servicio de la comunidad.