03/09/2008
opinión
Carlos Heller
Pagarle al Club de París significa mejorar las relaciones con los gobiernos de Europa, con Japón y con Estados Unidos. No es un club de amigos. Es un club con el que conviene tener la cuota al día.
La cancelación ratifica a la vez la intención del gobierno nacional de mantener autonomía respecto de los organismos financieros internacionales. Hoy no hay una dificultad con las reservas. El Banco Central las ha acumulado sin cesar en los últimos años. Hay un superávit en la balanza comercial que el mes pasado superó los 1.000 millones de dólares, así que fuentes genuinas de divisas no nos faltan. Y, además, no es serio decir que las reservas se podían usar para pagar planes sociales. (Crítica de la Argentina - 03-09-2008)