Consumo e ingresos sin nada que festejar

30/12/2024
dinero

Ámbito Financiero | Opinión

Por Carlos Heller

La proximidad de fin de año motivó balances y proyecciones de la gestión del gobierno. Por lo general, se evalúa el desempeño macroeconómico, si hubo o habrá recuperación, en qué consistiría un nuevo acuerdo con el FMI, qué pasará con el mercado cambiario, si es sostenible esta política fiscal restrictiva. Yo quisiera centrarme en una variable que considero fundamental para analizar la fortaleza de una economía y la sustentabilidad de un modelo: el consumo.

El gasto que puede hacer la población nos brinda información sobre su nivel de vida y permite dilucidar qué esperar del nivel de actividad. En ese sentido, el año que termina mostró un desempeño nada alentador.

Según los últimos datos disponibles del INDEC, referidos a octubre 2024, las ventas en supermercados cayeron 17,8% en su medición interanual. Desde que comenzó el gobierno de Javier Milei, todos los meses dieron en rojo. Ni en los años de Mauricio Macri ni en los de la pandemia se dio tal situación. Pero este octubre fue el peor mes del año. El acumulado de 2024 se ubicó en -12,3% respecto a igual período del año anterior. En Autoservicios mayoristas la caída interanual fue de 22,8%, y su acumulado -15,4%.

Algunas consultoras especializadas sostienen que, a diferencia de otras crisis en las cuales la estrategia defensiva fue comprar en grandes supermercados o en los mayoristas, en este 2024 los consumidores prefirieron las tiendas de cercanía. ¿Qué motivó este cambio de comportamiento? ¿La expectativa de una inflación más baja? No. La explicación que dan los expertos es que las familias ahora no pueden llenar un changuito en una compra mensual. Se vive más día a día, moderando los consumos.

Para completar este análisis es preciso ver qué pasó con los ingresos de la población.

Los salarios y las jubilaciones han sido las variables de ajuste de este modelo. El gobierno se jacta de haber hecho “el mayor ajuste en la historia de la humanidad”. Pero lo que no dice es que una parte importante del ajuste recayó sobre las jubilaciones: supera, en monto, a los gastos en capital, que prácticamente se paralizaron. Según los datos del Ministerio de Economía, de enero a noviembre los gastos totales acumulados de la Administración Pública Nacional se redujeron 27% interanuales en términos reales. De cada cinco pesos recortados, más de uno corresponde al gasto en jubilaciones y pensiones contributivas. Ello se debió a que la actualización de haberes fue por debajo de la inflación. El poder de compra de los haberes mínimos (con bonos) de once meses de 2024 registra una caída real del 15,7% comparada con igual período del año anterior.

Por su parte, los salarios registrados de enero a octubre tuvieron una variación interanual real de -13,7%. La devaluación del 118% de diciembre de 2023, y las políticas desregulatorias posteriores, dispusieron nuevos precios relativos en la economía. No sólo en cuestiones financieras, o de comercio exterior, sino principalmente distributivas. La puja entre la ganancia y el salario fue dirigida por el gobierno, el cual se presenta como el gran desregulador, pero ha intervenido los principales precios de la economía: el tipo de cambio, las tasas de interés y las tarifas. Otros mercados como ciertos alimentos, medicamentos, alquileres, combustibles y la medicina prepaga fueron liberados para que suban. Muchos siguen subiendo aún.

En cambio, cuando se trata de ingresos, el gobierno busca que sean a la baja. Recientemente, el Poder Ejecutivo fijó el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) en $ 279.718. Puede estimarse que el valor real es el más bajo en dos décadas. Los gremios pedían $ 572.000: el gobierno expresó en la resolución que “no hubo consenso” y terminó estableciendo el valor, aduciendo que había fracasado el Consejo del Salario. La canasta de pobreza de noviembre para una familia tipo fue $ 1.001.466, por tanto una familia necesita casi cuatro salarios mínimos para no ser pobre.

Desde el gobierno se comentó que “el salario mínimo es un error conceptual, porque si hay personas dispuestas a trabajar por menos de ese salario el esquema no te permite contratarlos, porque no le podrías pagar menos que ese salario mínimo, vital y móvil”, y se agregó “esperemos que cuando Argentina sea completamente normal conceptualmente el salario mínimo deje de existir”.

Estos comentarios refuerzan la idea de que la “corrección” de precios relativos va en contra de los ingresos populares. Pero este ajuste también impacta negativamente en el mercado interno, y con ello compromete, no sólo la actividad productiva, sino todo el desempeño macroeconómico, incluso el tan buscado superávit fiscal. El desempeño del consumo es un botón de muestra para juzgar los efectos negativos para la economía nacional y la gran mayoría de la sociedad del plan implementado durante este 2024, que continuará, y muy probablemente se intensifique, durante el año próximo.

Nota publicada en Ámbito Financiero el 30/12/2024