Carta abierta a la Mesa de la Producción Provincia de Córdoba

17/10/2020
cdba

Por Eduardo Fernández

En primer término, quiero agradecer la nota que me hicieran llegar el pasado 8 de octubre cuyo objetivo es transmitirme sus inquietudes respecto al Proyecto de Ley de Aporte Solidario y Extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la Pandemia que ya obtuvo dictamen en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.
Utilizo este canal público para responder porque el carácter del asunto en cuestión es de profundo interés de la sociedad toda y en mi rol de diputado me interesa aportar claridad y transparencia en las razones que me llevan a acompañar con convicción este proyecto, cuya autoría lleva la firma del presidente de mi partido, Carlos Heller.
Allí donde vuestra carta comienza expresando que economistas y juristas “han demostrado” que el proyecto podría ser inconstitucional, debo decirles que otros, consultados por el cuerpo legislativo, opinan lo contrario.
La condiciones de “excepcionalidad” que atraviesa el mundo se demuestran por sí mismas y sólo a modo ilustrativo podemos mencionar el tremendo impacto global de la pandemia en las economías, incluso las más poderosas como la de los Estados Unidos, donde el desempleo saltó más de 10 puntos, y que los Estados de todo el mundo tuvieron que intervenir fuertemente para morigerar el desplome económico que de todas maneras se ha producido; según el Banco Mundial, el PIB global se reducirá un 5,2 por ciento durante 2020. En este sentido, el Gobierno Nacional lleva invertidos 7 puntos del PBI para asistir a los argentinos.
Me permito disentir con la afirmación de que el proyecto “genere un enorme desincentivo a la producción, inversión y confianza en la Argentina”, teniendo en cuenta que el aporte recae sobre un conjunto de contribuyentes muy acotado, no sobre las empresas, sino sobre el patrimonio de personas humanas y sucesiones indivisas declaradas y a valores fiscales.
Pensamos, junto al Gobierno Nacional, que la mantención de un mercado interno, la protección de nuestra industria y evitar la especulación financiera son mucho más importantes en la reactivación económica que la posible incidencia de este aporte sobre 9298 contribuyentes que representan el 0,02 por ciento de la población.
Donde encuentro más difícil coincidir es cuando consideran que este aporte “no colabora en ninguna manera a cumplir con los objetivos que dice propulsar”. Les invito a leer el dictamen aprobado que define específicamente la utilización de lo recaudado: 20 por ciento para la compra de vacunas y/o elaboración de equipamiento e insumos críticos para la emergencia sanitaria, 20% para asistencia y fortalecimiento a las pymes, 15% a los programas para el desarrollo de los barrios populares, 20% a becas al programa integral de becas Progresar y 25% a programas de exploración y desarrollo de gas natural.
Doy por hecho que no estarán en desacuerdo en la importancia que tiene para el desarrollo de nuestra economía, la inversión urgente en estas áreas, y permítanme decirles que nada me parece más justo que obtener los recursos, entre un 2 y un 3,5% de los patrimonios declarados por más de 200 millones de pesos, de aquellos propietarios que han demostrado en los últimos años poder acrecentarlos mientras la inmensa mayoría de los argentinos ha retrocedido al punto que el 40% no supera hoy la línea de pobreza.
Expresan en la nota que la carga tributaria de nuestro país es “marcadamente superior a la mayoría de los otros países de la región y de casi el doble del promedio mundial”.
Según datos oficiales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) mientras que en sus países miembros la incidencia de la carga impositiva es del 34,3% de su PIB, Argentina recauda a través de impuestos el 28,8%, por debajo de Uruguay (29,2%) y Brasil (33,1%).
Incluso, por estos días, el propio Fondo Monetario Internacional a través de su director del Departamento de Finanzas Públicas, Vitor Gaspar, ha expresado que “los Gobiernos deben tomar medidas para mejorar el cumplimiento tributario y evaluar la aplicación de impuestos más altos para los grupos más acaudalados y las empresas más rentables. Los ingresos resultantes contribuirían a pagar servicios críticos, como las redes de salud y de protección social, en una crisis que ha afectado de manera desproporcionada a los segmentos más pobres de la sociedad”.
Por último, les expreso que comparto la confianza en que compartiendo visiones y aportando datos objetivos podremos enriquecer el debate y encontrar las mejores soluciones a esta crisis inédita que nos toca sortear, por todas y todos los argentinos que la están pasando mal y el futuro de las próximas generaciones.
Los saludo respetuosamente.