Télam | Opinión
Por Carlos Heller
La pandemia está impactando seriamente en la salud, en las condiciones de vida de millones de personas, y en la economía, debido a los efectos del aislamiento social, preventivo y obligatorio. El presidente Alberto Fernández fue claro: la salud es más importante que la economía. Pero también se preocupa por la economía: "Tratamos de evitar que nadie vaya a la quiebra; que a la clase media no se la devore la crisis; que las clases más pobres se sostengan".
La atención de la salud exige ingentes recursos, al mismo tiempo que mantener los ingresos de los afectados por la crisis económica también requiere recursos, y en algunos casos, diferimiento de ingresos fiscales.
Ante esta situación, el presidente del bloque de diputadas y diputados del Frente de Todos, Máximo Kirchner, me solicitó, en mi rol de presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados, la redacción de un proyecto destinado a obtener recursos adicionales a partir de una contribución especial de las grandes fortunas y patrimonios. Este proyecto se está estudiando, se está trabajando seriamente, y estimo que hacia el fin de esta semana estará completado.
Paralelamente, el ámbito parlamentario es diverso y plural, es su esencia. De allí que los diputados y las diputadas toman iniciativas, elaboran proyectos, algunos de ellos llegan a tomar estado parlamentario y otros no. Esta misma dinámica hace que muchas veces trasciendan hacia los medios de comunicación, y se los tome como "el proyecto", cuando en realidad son iniciativas de uno o varios diputados y diputadas, y no significa necesariamente que representen la postura del Bloque que integran.
Estamos trabajando seriamente con un objetivo que apunta en forma clara a gravar de manera excepcional, por única vez y para un fin determinado (abordar los efectos de la pandemia), a aquellos sectores y personas que detentan elevada riqueza. Podría decirse que, después del gravamen, van a seguir siendo tan millonarios como antes. Se trata de impulsar el concepto de solidaridad, que los más privilegiados de nuestro país ayuden en estas horas tan dramáticas, no sólo para la Argentina sino para la casi totalidad del mundo.
La crisis ha cambiado el enfoque de la economía. El G20 está evaluando una moratoria para la deuda de los países más pobres (en consonancia con lo solicitado por el FMI y el Banco Mundial), e incluso se especula sobre la posibilidad de una condonación. Y hasta el periódico Financial Times, conocido por sus posturas conservadoras, sostiene que "la redistribución volverá a estar en la agenda. Las políticas hasta hace poco consideradas excéntricas, como los impuestos básicos sobre la renta y la riqueza, tendrán que estar en la mezcla".
En el Frente de Todos estamos trabajando en un proyecto que no incluirá en absoluto a la clase media, ni a la clase media alta. Está pensado para que alcance sólo las grandes fortunas. Una iniciativa que, estamos convencidos, contará con el apoyo de la mayoría de la ciudadanía.