Por Eduardo Fernández
El 3 de junio se cumplieron 250 años del natalicio de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano. En algunos días, además, se recordarán los 200 años de su fallecimiento. Por ello este año se declaró como el año del General Manuel Belgrano. Más allá del evento histórico, es fundamental retomar sus conceptos en el momento que vive Argentina.
Cuando se recuerda a Belgrano como el creador de la Bandera, corremos el riesgo de caer en una simplificación injusta. Es por ello que se vuelve prioritario rescatar la importancia que tuvo en el proceso independentista, donde sus ideas marcaron a fuego el desarrollo y el debate de un proyecto de país.
Belgrano tuvo un posicionamiento político claro. Buscó promover el desarrollo a través de la industria y la agricultura, enfatizando en la importancia de un reparto equitativo de los recursos. Este planteo lo hizo a riesgo de enfrentarse con la oligarquía del momento, conformada por sólo cinco mil mineros en un territorio que contaba con unas 400 mil personas. “La repartición de las riquezas hace la riqueza real y verdadera de un país, de un Estado entero, elevándolo al mayor grado de felicidad”, escribió en el “Telégrafo Mercantil”.
“Otro mal imponderable al labrador y a los pueblos, es el de los usureros, enemigos de todo viviente, a estos que tragan la sustancia del pobre y aniquilan al ciudadano, se les debe considerar por una de las causas principales de la infelicidad del labrador, y como mal tan grande, no hay voces con qué exagerarlo”, sintetizó.
Belgrano fue un dirigente brillante señalado por muchos historiadores como “la cabeza política de la Revolución de Mayo”. Fue un promotor de la educación pública y popular, haciendo especial énfasis en el acceso de las mujeres a la misma. También luchó por un país soberano e independiente, no sólo del dominio extranjero.
Una Nación solidaria
Podemos decir que sus ideas, muchas veces ocultas en la enseñanza de la historia argentina, dan cuenta de un dirigente con un proyecto claro que priorizaba el beneficio colectivo. Un proyecto solidario que planteaba desconcentrar las riquezas y brindar oportunidades a toda la población.
Los conceptos que nos heredó siguen vigentes en este momento histórico para nuestro país y el mundo. Por ejemplo, en la actualidad atravesamos un proceso de reestructuración de deuda pública, con el objetivo planteado por Alberto Fernández de llegar a acuerdos con los tenedores de bonos, siempre y cuando no se condicione el desarrollo de la industria y el bienestar social. En esta misma línea de trabajo la Comisión Bicameral Permanente de Seguimiento y Control de la Deuda Exterior de la Nación solicitó informes con la idea de investigar el proceso de endeudamiento y fuga de dólares (formación de activos externos), que tuvo lugar entre los meses de diciembre de 2015 y de 2019.
Asimismo, gran parte de la sociedad sigue preceptos planteados por Belgrano y condena a quienes fugaron capitales al exterior en el marco de un ajuste salvaje durante los cuatro años del macrismo, y aprueba ampliamente el debate sobre la aplicación de un tributo extraordinario para gravar las grandes fortunas.
Los conceptos del abogado y periodista siguen siendo una guía fundamental para construir un país solidario bajo la definición de no postergar más a la Argentina. En este sentido, tal como expresó el Presidente Alberto Fernández, es fundamental comprometer a toda la dirigencia a abrazar la política con un componente ético central: “no hacernos los distraídos frente a la desigualdad”.