Página/12 | Opinión
Por Carlos Heller
Los anuncios recientes del Gobierno y los proyectos de ley tratados en el Parlamento deben ser vistos en el marco de una política que apunta, como denominador común, a la recuperación de los ingresos y a la protección de los sectores productivos. Son, además, el resultante de un contexto muy impactado por la devaluación impuesta por el FMI y también debido a la sequía.
Así, en las últimas semanas se avanzó, por un lado, con la eliminación del pago de Ganancias a trabajadores/as que ganan hasta 15 salarios mínimos vitales y móviles y, por el otro, se mandó al Parlamento un texto para que transforme esa decisión en política de Estado, que este último jueves fue sancionada por el Senado, luego de su aprobación en Diputados.
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A su vez, se implementó la devolución del IVA sobre los productos de la canasta básica para quienes ganan menos de 708 mil pesos mensuales, que se inició la pasada semana, continúa hasta diciembre y, según lo informado por Guillermo Michel, director de Aduanas, hasta el jueves 28 alcanzó a 10,7 millones de personas por un valor de 17 mil millones de pesos.
En paralelo, el Gobierno remitió al Congreso un proyecto de ley para que la devolución quede normada en adelante. Este proyecto ya comenzó a tratarse en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados. Estas decisiones indican claramente la intención del Gobierno: que estas iniciativas, y otras que seguramente vendrán, se transformen en políticas que trasciendan la actual coyuntura.
Entre las múltiples medidas de alivio no hay que dejar de mencionar el refuerzo de la tarjeta Alimentar y de los planes Potenciar Trabajo; el refuerzo para personas trabajadoras de casas particulares; los bonos y el refuerzo alimentario para jubiladas/os; y la suma fija para trabajadores/as del sector público y privado.
También se anunció “retenciones cero” para economías regionales; alivio fiscal para autónomos, monotributistas, profesionales y PyMEs; flexibilización del SIRA para más de 7.400 PyMEs y ampliación de la línea Crear Crédito Argentino. Además, en los últimos días se anunció un refuerzo de 94 mil pesos en dos cuotas mensuales destinado a los trabajadores informales que tienen entre 18 y 64 años, no presentan ingresos y no fueron alcanzados por los últimos beneficios económicos.
A su vez, las empresas del sector de hidrocarburos deberán liquidar el 75 por ciento de sus exportaciones en el mercado de cambios y el 25 por ciento restante será de libre disponibilidad. El objetivo es que siga aumentando la inversión del sector, garantizar empleos y lograr un mayor ingreso de divisas a las reservas del BCRA.
También se le dio media sanción en Diputados al Programa de Generación y Fortalecimiento del Empleo Argentino, cuyo objetivo es crear nuevos empleos (en forma incremental) y que las empresas regularicen la situación de trabajadores/as que se encuentran en la informalidad. Además, se busca que los planes sociales se transformen en trabajo registrado, para lo cual se otorgan mayores beneficios.
En juego
Hay dos proyectos de país y eso es lo que se va a dirimir en las elecciones. Uno está representado por quienes apuntan a restringir derechos, proponen desregular y un feroz ajuste fiscal que sólo “cierra” con represión. Son los/as mismos/as que desmerecen las iniciativas del Gobierno diciendo que generan déficit fiscal, pero por otro lado no acompañan proyectos para mejorar los ingresos fiscales. Son los/as que tildan a las medidas de electoralistas.
El otro modelo, en cambio, parte del reconocimiento de que existen carencias y dificultades, y que el entorno es sumamente complejo. Si bien en 2023 la Argentina tuvo un fuerte golpe producto de la sequía, éste se va a revertir en 2024, cuando, si se continúa con este rumbo y con estas políticas (resalto, además, los desarrollos energéticos), Argentina va a volver a crecer y tendrá una mejora sustancial desde el punto de vista fiscal y de las políticas de distribución del ingreso y de generación del empleo.
Para que se logren las mejoras es esencial que estas políticas tengan continuidad y así avanzar para que los frutos del crecimiento no queden concentrados en pocas manos.