Página/12 | Opinión
Por Carlos Heller
El gobierno ha desplegado un conjunto de medidas articuladas entre sí. Vistas en conjunto, impactan sobre distintos sectores de la pirámide social.
Por un lado, la suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, un beneficio que van a recibir los trabajadores/as que ganan más de 700 mil pesos mensuales. En paralelo, se envía al Parlamento el proyecto de ley para eliminar la cuarta categoría de ese tributo. Con la aplicación de la suba del mínimo no imponible sólo pagará el gravamen el 0,88% del total de los trabajadores/as registrados en el país.
Por el otro, se anunció la devolución del 21% de IVA para la compra con tarjetas de débito de los productos de la canasta básica, que alcanza a todas las personas que ganan hasta 708 mil pesos mensuales. Si bien este tipo de mecanismos de reintegro estaba funcionando en el caso de quienes cobran la AUH y para los jubilados/as de la mínima, con la nueva medida se amplía el universo a más de 18 millones de personas: alcanzará a 7 millones de jubiladas/os, alrededor de 9 millones de trabajadoras/es, cerca de 2,7 millones de monotributistas y 440 mil personas trabajadoras de casas particulares.
También se anunció un programa de créditos de hasta 400 mil pesos pagaderos en hasta 48 cuotas fijas y a tasa del 50%. En la misma línea se decidió ampliar el refuerzo alimentario de PAMI a casi 3 millones de beneficiarios y el aumento del monto a 15 mil pesos mensuales en el periodo que va de septiembre a noviembre. Y el jueves se anunció un programa de lotes con servicios para sectores populares, usando las tierras ociosas en manos del Estado.
Mientras la primera medida impacta arriba de la pirámide social, las otras lo hacen en su parte inferior.
La mayoría de estas iniciativas está orientada a compensar el impacto de la devaluación del 21,8% impuesta por el Fondo Monetario Internacional y a recomponer los ingresos de la población.
Además de tener como objetivo mejorar la distribución del ingreso, medidas como el “Compre sin IVA” apuntan a aumentar la formalidad de la economía. Si el trabajador tiene sus ingresos registrados y realiza sus compras pagando con tarjeta de débito, contribuye al crecimiento de la economía formal. Con la medida anunciada, el 21% del tributo se devuelve a las 48 hs. Esta política es posible por la contrapartida de ingresos producidos por el Impuesto PAIS. El Estado argentino le cobra un impuesto al trabajo extranjero para bajar el impuesto al trabajo argentino. Es un cambio muy relevante.
Otra fuente con la cual compensar los recursos que dejarán de ingresar por las modificaciones tributarias anunciadas podría provenir de un impuesto a las grandes corporaciones globales que operan en la Argentina, como en otros países, pero tributan en lugares donde hay una muy baja carga impositiva. Se trataría de que a estas empresas globales se les aplique un gravamen del 15% a sus utilidades producto de su actividad local. Es decir: la idea es bajarles los impuestos a los trabajadores/as y subírselos a las corporaciones. Es una política que le saca a los que más tienen y lo distribuye entre los que menos tienen.
En la misma línea se ubica el proyecto de ley MiPyME para registrar trabajadores/as informales. La oposición estuvo presente en la Comisión de Presupuesto cuando se trató este tema durante la semana y allí sostuvieron que no compartían el dictamen y que iban a producir uno propio. ¿En qué consiste la iniciativa del Ejecutivo? Cuando un trabajador se incorpora a una empresa, esta última tendrá como beneficio, si se aprueba la ley, no pagar las cargas sociales hasta 24 meses. Si ese trabajador ya está incorporado y la empresa lo formaliza, ésta también recibirá un beneficio. El objetivo es incrementar el número de trabajadores registrados.
La formalización de la economía cumple una función muy importante. Según el Ministerio de Trabajo, más del 74% de los trabajadores informales están en empresas con menos de 5 trabajadores.
Con relación a la supresión de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias, llama la atención la resistencia a apoyar la iniciativa en el Congreso por parte de Juntos por el Cambio: ellos han afirmado en repetidas oportunidades que estaban dispuestos a aprobar cualquier proyecto que consistiera en eliminar o disminuir tributos. Ahora se oponen antes de conocerlo.
Por supuesto: deberán explicar por qué no apoyan una medida que genera una mejora de más de un 20% en los ingresos de una parte significativa de los argentinos/as. Son cerca de 880 mil personas que ganan entre 700 mil y 1 millón 700 mil pesos.
En este sentido, Massa sostuvo que quiere “ver” si todos aquellos que “se llenaron la boca hablando de que en la Argentina había que bajar impuestos, van a levantar la mano cuando se trata de bajarle impuestos a los que menos tienen”, en obvia referencia a Juntos por el Cambio. Agregó: “queremos ver si tienen el coraje y la determinación de promover la economía formalizada”.
Al cierre de esta columna se conocieron los datos del Presupuesto 2024 ingresado a Diputados. La inflación se estima en un 135,7% para 2023 y en un 69,5% para el 2024 (variación a diciembre de cada año).
Se proyecta un mantenimiento del tipo de cambio oficial hasta el 15 de noviembre de 2023 en $350 por dólar, y luego con subas diarias posteriores a una tasa mensualizada del 3%, para finalizar al 31 de diciembre de 2023 en $366. Para diciembre de 2024 se espera un tipo de cambio de $607, subiendo un 65,9%, muy cerca del ritmo de la inflación estimada. También se prevén subas del salario privado registrado del 1,8% interanual real a diciembre de 2023.
El PBI de este año se reduciría un 2,5%, pero con un incremento del Consumo Privado y del Consumo Público, ambos del 0,9%. La inversión cae un 4,3%, mientras que las exportaciones se reducen en mayor cuantía (8,7%) que las importaciones (2,5%). Para 2024 se espera un aumento del PIB del 2,7%, recuperando la caída de este año.
Según expresa el mensaje, “el resultado primario del Sector Público Nacional resulta compatible con un resultado primario expresado en base caja del -1,9% del PIB en 2023 y un déficit primario del -0,9% del PIB en 2024”. Resta conocer si en el tratamiento se resolverán algunos de los temas del gasto fiscal que están detallados en el Mensaje del Presupuesto, que en el total llegan al 2,34% del PBI.
Sergio Massa y el gobierno ocupan el centro del escenario político con un despliegue de iniciativas que benefician a diversos sectores de la sociedad, mostrando un gran dinamismo que aparece como una anticipación de su futura gestión de gobierno.