Por Carlos Heller
El Programa de Redistribución Social anunciado por el Poder Ejecutivo Nacional, tiene emblemáticamente una importancia notable, porque le dan, concretamente, a partir de esta resolución, a los excedentes en las retenciones, un sentido directamente redistributivo, porque establece que van a ser utilizados para construir hospitales, viviendas populares y caminos rurales.
En mi opinión lo más importante es parte de lo que se dijo en el discurso, cuando la Presidenta anunció el tema dijo: "el problema de la pobreza, sin redistribución del ingreso, y sin tocar rentas extraordinarias, es imposible".
Esto, es de una gran importancia, desde el punto de vista de la legitimación del discurso de la distribución del ingreso en serio. Nosotros, veníamos advirtiendo, hace mucho, sobre esta cuestión, de que, de la pobreza habla todo el mundo.
Los que crearon la pobreza, el Banco Mundial, los organismos todos hablan de la pobreza, pero hablan de atacarla, desde el punto de vista del subsidio, a la indigencia más extrema. De atacar, digamos, los efectos más visibles, dramáticos, de la pobreza, pero ninguno de estos habla, de que, la verdadera cuestión, está en la distribución de la riqueza, y no del ataque a la pobreza.
Es decir, la pobreza hay que resolverla, como parte de la aplicación de políticas que distribuyan la riqueza, y no como parte, de políticas de dádivas, que apunten a evitar que en vez de morirse de hambre, los chicos sean famélicos, y entonces estemos un poquito mejor, y terminemos con este tipo de cuestiones.
Entonces, nosotros, estamos, desde hace años, diciendo, que redistribuir no es una cosa indolora, y siempre, redistribuir tiene que ver con quitarles a unos, apropiarse, de lo que unos tienen en demasía, y transferirles a otros, tiene que ver con la discusión de si el Estado tiene derecho a apropiarse de la renta extraordinaria, y si el Estado debe regular, o debe ser el mercado, Y desde mi punto de vista, es importantísimo, que esta definición se instale, se oficialice, porque en realidad, en la Argentina hay muchísimo por hacer. Yo diría que las asignaturas pendientes, en materia de distribución del ingreso, están a la vista.