El sábado en Atlanta, en ese acto masivo que desbordó entusiasmo y compromiso, volvimos a encontrarnos muchos y muchas de los que creemos, hoy más que nunca, que otro país es posible. Lo sabemos: no hay política transformadora sin encuentros colectivos. Por eso, vuelvo a agradecer a cada uno y cada una que trabajó con dedicación y convicción para que el acto fuera la fiesta que todos y todas vivimos. Dijimos allí que para el gobierno ya no se trata sólo de acelerar la aplicación de las políticas que promueven “los mercados”. Además, trabaja para garantizarles su permanencia en el tiempo. Al fin del gradualismo debe sumarle la garantía de que esas políticas se aplicarán más allá de 2019. Por eso, el gobierno necesita de un sector de la oposición que se comprometa a apoyar esas políticas. Que las apoye ahora y que las continúe luego de 2019 si gana las elecciones. En este escenario, algunos gobernadores, diputados y senadores de la “oposición”, ya anticipan que van a hacer todo lo que haga falta para que el país tenga el Presupuesto que necesita para cumplir con los acuerdos con el FMI. Se presentan como la oposición racional y responsable. El plan B de la estrategia política de “los mercados”. En esos casos la unidad es con el gobierno y con los intereses de “los mercados” que éste representa. Por eso, nosotros decimos: unidad lo más amplia posible, sin exclusiones, pero en torno a una propuesta alternativa a la que lleva adelante el oficialismo. Debemos construir un compromiso público ciudadano de 20 puntos sobre lo que vamos a hacer cuando recuperemos el gobierno, y de 20 puntos sobre lo que nunca haremos cuando gobernemos. Una clara línea divisoria. Entre quienes apuestan a una integración subordinada a los países centrales y quienes apostamos a la integración regional, fortaleciendo la UNASUR y la CELAC y promoviendo la relación con los nuevos países emergentes. Entre quienes delegan el gobierno en los mercados y quienes promovemos el gobierno de la ciudadanía a través de un Estado que regula. Entre quienes le entregan la administración de las divisas al Mercado y quienes creemos que debe estar regulada por el Estado. Entre quienes apuestan a inversiones que nunca van a venir y quienes creemos en un poderoso mercado interno para el cual son necesarias paritarias libres, mayor poder adquisitivo de la población y jubilaciones que aumenten. Entre quienes desprotegen a las pymes y a las economías regionales y quienes las concebimos como el motor de la economía nacional. Y así podemos agregar otros puntos hasta completar una propuesta. Nos quieren hacer perder la esperanza. Nos quieren hacer creer que no hay alternativas posibles. Pero cuando hay voluntad popular y hay líderes convencidos nada es imposible. Trabajamos todos los días para construir una propuesta con la cual forjar la unidad más amplia posible y enamorar a una mayoría ciudadana que establezca el 9 de diciembre de 2019 como el último día en el que un presidente neoliberal ocupe la presidencia de nuestro país. |