Por Carlos Heller
El 2 y 3 de diciembre se celebró en Caracas la cumbre de constitución de la Comunidad de Estados latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Asistieron representantes de 33 países de la región, es decir América completa sin Estados Unidos y Canadá. Este hecho ya de por sí es histórico y tiene una trascendencia notable: está marcando la voluntad y la decisión de avanzar en un sentido.
En los discursos se dijo que si bien los países tienen ideologías, matices y visiones diferentes, todos tienen también una vocación común de buscar juntos cómo resolver la crisis. “La crisis está, nos afecta, no sabemos cuánto nos va a afectar porque no sabemos cuán profunda será la crisis. Pero la mejor respuesta y la única que tenemos en mano es más integración“, dijeron algunos de los Jefes de Estado.
Por ello, para enfrentar los desafíos que vienen del mundo desarrollado es necesario estar unidos. Porque históricamente estos países nos han trasladado las crisis, tal como hacen ahora, inundando de dólares la región que no hacen más que apreciar nuestras monedas, sacando competitividad, complicándonos para seguir exportando, y permitiéndoles comprar empresas nacionales baratas para avanzar en los procesos de desnacionalización. En este contexto, la CELAC viene, en primer lugar, a generar mallas de protección y dentro de esas mallas de protección, a diseñar políticas que nos permitan enfrentar con éxito los desafíos que hoy nos presenta la crisis.
Ejemplos claros de esto son las dos reuniones clave que tuvo la Argentina. Una fue con el presidente venezolano Hugo Chávez, en la que se firmaron 20 acuerdos nuevos por 1600 millones de dólares, entre los que hay que destacar el incremento del cupo para exportar autos a Venezuela; y convenios para la venta de bienes finales y de tecnología por 200 millones de dólares. La otra reunión fue entre las presidentas de Argentina y Brasil en la que crearon un mecanismo de integración productiva para ver de qué manera potencian las respectivas capacidades económicas como formas de enfrentar la crisis.